Cincuenta años del Teléfono de la Esperanza, ONG pionera en la defensa de la salud mental de los ciudadanos

La ONG "Teléfono de la Esperanza" lleva ya 50 años ofreciendo un servicio integral y gratuito de apoyo a las personas que se encuentran en situación de crisis, velando por la salud emocional y mental de los españoles que lo precisen. Es por ello que en este 2021 celebra su 50 aniversario, con una historia marcada por el contacto con el  sufrimiento y por el trabajo de más de 25.000 voluntarios para abordarlo y ayudar al ser humano a levantarse en las circunstancias más adversas.

Aunque la actividad principal es la atención telefónica en toda España (717 003 717), esta asociación pionera en la promoción de la salud emocional dentro del mundo hispano-luso hablante, cuenta, además, con servicios presenciales de asesoramiento, con psicólogos, abogados, psiquiatras y trabajadores sociales, además de organizar talleres para la promoción de la salud emocional. Alineados con los objetivos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), su principal objetivo radica en concienciar sobre la necesidad de abordar la prevención del suicidio, primera causa de muerte no natural en España, como un objetivo prioritario en los planes públicos de intervención en salud comunitaria.

La crisis y la pandemia de COVID-19 y sus consecuencias han hecho aumentar el número de llamadas a este servicio. Así, durante el pasado año, se atendieron 160.646 llamadas, con un incremento del 38 % respecto a 2019, en el que se registraron 35.619 horas de atención telefónica efectiva anual. La media de edad de las llamadas que recibe el Teléfono de la Esperanza es de 45 años, y el motivo más repetido suele ser la soledad junto a la incomunicación y los problemas psicológicos. En concreto, según datos de la ONG, en el año 2020, el 65% de las llamadas las realizaron mujeres y el 35%, hombres.

Los problemas psicológicos, los más frecuentes en las llamadas.

En cuanto al tipo de problemas por los que se solicitó este tipo de ayuda cabe destacar que un 70% se asocia a situaciones psicológicas y psiquiátricas, un 24% a temas familiares, un 4% a problemas asistenciales, y un 2% relacionados con aspectos jurídicos.

Nuevos retos

Seguir avanzando en el programa de prevención del suicidio es uno de los principales retos marcados por esta ONG para su nueva andadura. Dentro de dicho programa se ha previsto impulsar el Plan Nacional de Prevención del Suicidio, los convenios con el 112 y asociaciones de supervivientes, la formación específica para voluntarios y la elaboración de una guía de prevención para la población. A ello hay que añadir, las campañas de sensibilización a la población y un protocolo de comunicación externa.

Además de dar respuesta a las emergencias sociales, otro de sus grandes proyectos tiene que ver con el programa de acompañamiento en la soledad, con una serie de objetivos como el seguimiento telefónico semanal, el fomento del calor humano y los vínculos, y la promoción de la autonomía personal, además de la animación sociocultural.

La apuesta por las herramientas tecnológicas y la comunicación también forman parte de sus planes, con nuevas estrategias y ampliando el uso de las redes sociales.

Serafín Madrid, su fundador

Esta inmensa labor social tiene su origen en 1971 gracias a su fundador, Serafín Madrid, un fraile de la orden de San Juan de Dios que concibió el "Teléfono de la Esperanza" como apoyo de forma anónima, confidencial y gratuita a personas en situación de crisis emocional, poniéndose en marcha en el marco de la ciudad de San Juan de Dios, en Alcalá de Guadaira (Sevilla).

Serafin Madrid. Foto: Teléfono de la Esperanza

Un año después, Serafín Madrid fallecía en un accidente de tráfico a la edad de 47 años. De mente inquieta, pero enfocada siempre a mejorar la calidad de vida de los demás, fue también inventor de un dispositivo para avisar de accidentes de tráfico en la carretera o de mapas iluminados de las ciudades que habrían de ponerse en farolas y postes para orientar a los ciudadanos.

Tal y como dice el lema de Serafín Madrid, "cuando tenemos esperanza todos los problemas son relativos. La esperanza lo puede todo, por lo que debemos cambiar el chip, ser positivos y situarnos en la vida desde otra perspectiva, sin quedarnos en lo superficial".