20 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Los expertos pronostican que los primeros remedios llegarán en el primer semestre de 2021 y que no habrá dosis suficientes hasta 2022

Esta es toda la información que tenemos de las vacunas contra el coronavirus hasta ahora

Hay varios proyectos a nivel mundial que están avanzando en el desarrollo de las vacunas contra la pandemia.
Hay varios proyectos a nivel mundial que están avanzando en el desarrollo de las vacunas contra la pandemia.
Las informaciones sobre la ansiada vacuna que acabe definitivamente con la pandemia han liberado auténticos ríos de tinta en los últimos meses. Con el objetivo de informar al lector sobre esta inoculación, aclaramos las dudas más reiteradas que existen en la población con respecto a sus características, proceso de desarrollo y posibles consecuencias de su comercialización.

El coronavirus está desestabilizando a la sociedad. La anhelada vacuna aparece como la única salida posible en el horizonte ante una amenaza que, aunque jamás se fue del todo, ahora, con la proximidad del invierno, se ha recrudecido hasta el punto de que ya son muchas voces las que auguran que un confinamiento similar al de marzo es solo cuestión de tiempo.

Como ya informó elcierredigital.com, en todo el mundo se están iniciando proyectos para desarrollar la vacuna con la mayor presteza posible. En este sentido, de acuerdo con el Instituto Milken, en estos momentos hay más de 200 proyectos en marcha. Sin embargo, alrededor de la aplicación de cualquier vacuna siempre aparecen ambigüedades y cuestiones de difícil comprensión. En el caso de la potencial vacuna del Covid-19, la incertidumbre es aún mayor. Hoy, aclaramos algunos aspectos sobre ella que pueden generar controversia entre la población.

Funcionamiento de la vacuna y posibles implicaciones

Lo primero que conviene destacar es que una vacuna no es sino una forma de prevención contra enfermedades que puedan afectarnos. Su principio de uso es muy sencillo. Consiste en introducir los microorganismos de las enfermedades debilitados o incluso muertos en el organismo para estimular una respuesta por su parte. Es decir, lo que se quiere conseguir es estimular la formación de anticuerpos, fomentar una respuesta inmunitaria que pueda neutralizar al patógeno introducido. Como apunta la Organización Mundial de la Salud (OMS), “el método más habitual para administrar las vacunas es la inyección, aunque algunas se administran con un vaporizador nasal u oral”.

Hay que matizar que, en ocasiones, lo que hacen las vacunas es eludir la enfermedad, pero no la infección. Por tanto, en el caso del Coronavirus, que tiene una alta capacidad de propagación, según informa para Maldita la viróloga Sofía Zúñiga, investigadora de coronavirus en el Centro Nacional de Biotecnología, la vacuna contribuiría a desahogar la desbordada sanidad española, pues la gravedad de los pacientes de Covid-19 disminuiría, pero, en un primer momento, es posible que el número de infectados se mantenga estable.

En verano, muchos especularon con la posibilidad de que zonas de Madrid hubieran logrado la inmunidad de rebaño.

Sin embargo, ante una población vacunada, es indudable que el patógeno tendría problemas para multiplicarse, pues sería rechazado por todos los que hubieran recibido la vacuna. Incluso infectando a quienes no estuvieran vacunados, los virus tendrían dificultades para encontrar otras vías para expandirse. Es lo que se denomina inmunidad de rebaño, un grado de protección muchos expertos predijeron como cercano en zonas concretas de Madrid el pasado agosto, algo sobre lo que informó en su día elcierredigital.com y que, evidentemente, no se logró.

Seguridad garantizada

Otro tema peliagudo en lo que concierne a las vacunas tiene que ver con la conveniencia o no de vacunarnos. Los llamados negacionistas, que en nuestro país cuentan con el apoyo de destacadas personalidades como el mediático Miguel Bosé, han infundido el miedo en la población. No obstante, pese a todos los bulos surgidos desde que la pandemia arraigó en España, lo cierto es que el proceso de fabricación de una vacuna es muy exhaustivo, pues se prima por encima de todo la seguridad.

Este se canaliza por medio de una serie de fases estipuladas por la Organización Mundial de la Salud, que tiene que atravesar cualquier vacuna que se precie en su camino a su comercialización definitiva. Elcierredigital.com contactó en su día con el doctor Luis Montel Ramírez, urgenciólogo, director médico de la clínica madrileña Future Health Plus y director médico de la Asociación Madrileña de Afectados por el Covid (AMACOVID), que informó en Elcierredigital.com de todo el proceso.

Según explicaba Montel, mientras que la fase 1 es experimental, la fase 2 supone probar la vacuna en humanos en un número no inferior a 600 personas, normalmente voluntarios. Si se constata que en este espectro poblacional hay un porcentaje bajo de individuos que sufren efectos colaterales y que estos no son impedimento para el normal funcionamiento de la vida humana, se puede considerar que este grupo ha desarrollado inmunidad contra el virus a combatir y, por ende, se pasa a la fase 3.

El mosquito Anopheles es uno de los transmisores de la malaria.

En este estadio, se usa la vacuna en grupos poblacionales de muestra para constatar, a través de análisis comparativos, hasta qué punto el fármaco reduce el número de infectados. Una vez probada la reducción de la virulencia gracias a la vacuna, se llega a la última fase, la 4, que es la producción en masa. En resumen, la seguridad de las vacunas está garantizada.

Y es que las vacunas han sido uno de los brazos ejecutores de la medicina a nivel mundial, hasta el punto de haber salvado millones de vidas. La vacuna de la viruela, por citar el ejemplo más paradigmático, consiguió frenar una enfermedad que, de acuerdo con la OMS, acabó en el siglo XX con más de 300 millones de personas. En consecuencia, esta institución informaba el pasado julio de que gracias a las vacunas se evita la muerte de 2 a 3 millones de personas anualmente.

Una carrera con una meta común

Teniendo en cuenta todo esto, conviene conocer cómo son los proyectos de vacuna más importantes que se están llevando a cabo a nivel mundial para atajar la Covid-19. En este sentido, Sonia Zúñiga explicó para Maldita Ciencia que se están explorando distintas formas de inoculación y que la naturaleza de cada proyecto es muy diversa: “Desde vacunas subunidad, que sólo suministran un componente del SARS-CoV-2, como su proteína, pasando por vacunas basadas en vectores virales (que expresan una proteína a partir de virus parecidos), RNAs autorreplicativos (tienen la capacidad de producir una cantidad abundante de proteína inmunizante) o virus completos inactivados”.

En cuanto a los proyectos más avanzados, más allá de los archiconocidos de Oxford y Johnson & Johnson, elcierredigital.com ya informó sobre la velocidad de la vacuna rusa Sputnik y, especialmente, de la calidad y seguridad del proyecto cubano. De hecho, Montel se aventuraba a predecir a comienzos de octubre que, de seguir al ritmo de desarrollo de entonces, esta vacuna estaría lista en seis meses.

Imagen de la vacuna Sputnik.

Eso sí, los expertos no coinciden en el grado de efectividad de todos estos proyectos. Pero hay motivos para la esperanza.  En sus declaraciones para Maldita, Zúñiga explicaba que esta dependería de muchos factores pero que “nuestra experiencia con otros coronavirus nos indica que sí que se pueden conseguir estas vacunas”.

Otra experta como Nuria Izquierdo-Useros, jefa del grupo de patógenos emergentes de IrsiCaixa, apuntaba en El País que había razones para pensar que las vacunas contra la Covid-19, a diferencia de las del VIH, que no han funcionado, lo harían en este caso: “La razón fundamental por la que los científicos somos optimistas es que este virus, a diferencia de lo que ocurre con el VIH, tiene una tasa de mutación mucho, mucho, mucho más baja”.

Escenarios hipotéticos

En un principio, desde la OMS apuntan que no se podrá vacunar a todo el mundo hasta 2022, pues se estima que las dosis no serán suficientes hasta ese momento. Pese a ello, es muy probable que durante el primer semestre de 2021, que es cuando la mayoría de expertos consideran que las vacunas más desarrolladas estarán listas para su comercialización, se pueda proceder a la vacunación colectivos concretos. Según una publicación de la revista científica The Lancet, especialmente a aquellos con un alto riesgo de morbilidad y mortalidad.

Otro destacado del campo de la medicina, como el exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la OMS, Daniel López Acuña, informó a El Confidencial de que estas primeras dosis deben destinarse a mayores de 65 años, población con patologías que supongan un riesgo y colectivos de servicios esenciales, especialmente sanitarios.

Medidas de seguridad como la mascarilla se han convertido en la tónica general a nivel mundial.

Sea como fuere, lo que parece claro es que la “nueva normalidad” permanecerá con nosotros aún un largo tiempo. En ese sentido se han manifestado voces autorizadas como las de Jorge Carrillo, vocal de la Sociedad Española de Inmunología e investigador en IrsiCaixa, quien llegó a afirmar que la situación anterior no llegará de forma inmediata, aunque se empiece a vacunar a la población, pues las medidas de seguridad habrán de seguir manteniéndose. Queda ver si los pronósticos se cumplen y finalmente tenemos una vacuna funcional en los próximos meses. En estos momentos, esta se antoja como la única solución viable para este laberinto sin fin que es el Coronavirus.

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