28 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

FUNDACIÓN MADRINA ALERTA DE LA SOLEDAD Y POBREZA QUE SUFREN LAS PERSONAS MAYORES Y LA IMPORTANCIA DE DIGNIFICAR SU PENSIÓN PARA PALIAR ESTA SITUACIÓN

La terrible huella que deja la pandemia: Aumenta un 63% el número de ancianos que acuden a las 'colas del hambre'

Casi dos millones de mayores viven solos en España, y de ellos, 368.400 superan los 85 años.
Casi dos millones de mayores viven solos en España, y de ellos, 368.400 superan los 85 años.
Las consecuencias, tanto sanitarias como sociales y económicas, que la pandemia ha provocado han sido devastadoras. Entre los grandes perjudicados, los abuelos, ya no solo por los trágicos efectos de la enfermedad sino porque, en muchos casos, de ellos ha dependido el sustento de miles de familias en España. Entidades como Fundación Madrina trabajan para paliar esta situación, y por ello reclaman medidas destinadas a su protección, como dignificar sus pensiones.

“Muchas madres adolescentes vienen a la fundación con embarazos tardíos, y su único miedo es cómo se lo van a decir a sus padres y cómo estos se lo van a tomar. A continuación se les pregunta si tienen abuelos, y replican ellas mismas que sus abuelos son los únicos que les apoyan, que no les importa lo que piensen o digan los demás, porque ellos son los únicos que les han educado y con los que han convivido”. 

Es la experiencia de Fundación Madrina, una entidad de carácter benéfico asistencial declarada de utilidad pública, que desde el abril de 2001 se dedica a la asistencia y ayuda de colectivos en riesgo de exclusión o marginalidad en el ámbito de la infancia, la mujer y la maternidad. “Ante el nacimiento de un niño, hay más dicha en ser abuelo que en ser padre”, explican, y es que, en muchos casos, los abuelos hacen de educadores y canguros, ejerciendo el rol de padres y de abuelos a la vez.

Por ello, para Fundación Madrina los abuelos son un pilar fundamental de la sociedad, junto a los niños y la familia. Sin embargo, no siempre se les valora como debiera. Una percepción que ha ido cambiado durante la pandemia, y no solamente porque hayan sido las víctimas que más han sufrido con la enfermedad, sino porque también han sido el soporte de miles de familias que, debido a la pérdida de trabajo y la ausencia de ayudas sociales, se han visto obligadas a desplazarse desde sus viviendas hacia la casa de sus padres, ante la imposibilidad de hacer frente al pago del alquiler o de los suministros básicos.

En este sentido, los “abuelos kanguro”, como a ellos se refieren desde la entidad, han sido los grandes héroes de esta pandemia, por ser primero víctimas de la misma, pero también por ser los amortiguadores sociales y humanos de la pobreza materno-infantil. "Los abuelos son los que educan a los niños ya que, cada vez más, en las familias se aprecian unos padres ausentes. Los adolescentes valoran mucho este acompañamiento y educación que les han proporcionado sus abuelos. Para Fundación Madrina, los abuelos, deberían ser considerados Patrimonio de la Humanidad”.

Aumento de la pobreza materno-infantil 

El INE confirmaba lo que Fundación Madrina venía anticipando hacía meses, el aumento sin precedentes, y desde la Segunda Guerra Mundial, del riesgo de la pobreza en familias, especialmente la pobreza “materno-infantil”, que ha crecido hasta alcanzar al 26% de la población residente en España. Así, los más damnificados por esta crisis han sido las familias con hijos menores a cargo, las familias monoparentales, y los ancianos.

En este sentido, se podría afirmar que "son estos tres colectivos a los que se debería proteger especialmente. No obstante, no tienen ninguna ayuda directa para sacarles de la pobreza extrema". En este sentido, para Fundación Madrina la presencia de niños en las familias aumenta por diez la tasa de vulnerabilidad y riesgo de pobreza de la misma. "Igualmente ocurre en las familias monoparentales que presentan hijos menores, la ausencia de uno de los progenitores en estas familias aumenta por dos la dependencia y vulnerabilidad de estos hogares. Y, por último, los más vulnerables, los abuelos en soledad, a los que hemos abandonado tanto la sociedad como sus propias familias. La mayor parte de estos ancianos carecen de ingresos adecuados por lo que literalmente se encuentran en riesgo de extrema pobreza".

Según datos de Fundación Madrina, cada día, ha aparecido un 1% de personas mayores en las “colas del hambre”, abuelos que se acercan a las mismas a pedir alimentos para sus hijos y nietos, porque con la pensión nos les llega. Un incremento que durante los últimos doce meses ha crecido en un 63%.

El número de personas mayores que han tenido que recurrir a las 'colas del hambre' ha crecido en el último año. 

"Por lo general, los abuelos suelen vivir solos o bien con los hijos, a quienes mantienen con su pequeña pensión pagando el alquiler, por lo que vienen a las 'colas del hambre' para comer. Por todo lo observado, podríamos afirmar que en España estamos asistiendo a un grave y creciente aumento de 'pobreza en la ancianidad' equiparable a la 'materno-infantil', es decir, se dan dos picos de pobreza en España en la infancia y en la ancianidad como consecuencia de la Covid" explican desde Fundación Madrina.

"El perfil de los abuelos que atiende esta fundación es variado, situando a estas personas en edades superiores desde los 65 años hasta los 90 años. Algunos de ellos se encuentran en situación de calle esperando la aprobación del Ingreso Mínimo Vital, o bien su pensión. Los más mayores son ancianos españoles o inmigrantes de larga duración, ya nacionalizados españoles, solos principalmente o con pareja, pero con una pensión mínima poco superior a los 600€. Alguna anciana nos ha indicado que gana tan solo 300€. Algunos de ellos viven en una pensión o en una habitación, cedida temporalmente por servicios sociales, y no tienen para comer ni para transporte, por ello vienen a las 'colas del hambre".

La pensión mínima de un abuelo en soledad, explican, y que haya cotizado lo que manda la ley, es de 639,50€. Cantidad muy justa para vivir en caso de que tenga vivienda en propiedad, y con la que no podría hacer frente a los gastos básicos si debe pagar un alquiler. "El problema viene cuando los hijos y nietos vienen a convivir en la misma vivienda, llegando en muchos casos a no poder comer".

"Por otra parte, hay personas mayores que carecen de papeles, los han traído los hijos o han venido solos, son los más vulnerables, ya que no tienen ayudas ni posibilidad de trabajo ni pensión. Sobreviven de la caridad y de las 'colas del hambre', también carecen de sanidad, algunos viven en situación de calle".

En todas estos casos, sorprende a los voluntarios de Fundación Madrina el mal estado de salud y la soledad que sufren estos abuelos, equiparable a la situación de necesidad que pasan por la Covid. Observan también que todos ellos tienen también problemas de movilidad, por lo que muchas veces la entidad les lleva la comida a casa a través de voluntarios. 

En Fundación Madrina se observa que, desde septiembre de 2020, empieza a emerger un fenómeno de reunificación familiar en pueblos y ciudades. Miles de familias con hijos menores han tenido que desalojar sus viviendas por desahucios, motivados por meses de impagos de alquileres y de facturas de energía, y la única solución ha sido ir a la casa de los padres. Así, se ha visto cómo familias enteras de hasta tres generaciones se hacinaban en la vivienda del abuelo, que mantenía con su pequeña pensión a sus hijos -que habían perdido trabajo y vivienda- y a sus nietos, y a veces hasta biznietos. En estos casos, la pensión del abuelo sólo daba para el alquiler o los gastos de la casa.

Cabe destacar que, en 2021, Fundación Madrina ha conseguido parar decenas de desahucios de familias con menores a cargo gracias al programa de realojo en “pueblos madrina” de la España vaciada, y ahora con “abuelos madrina”.

Los abuelos madrina

La solución rural a la soledad de los abuelos y a la vulnerabilidad en las ciudades de las madres y niños es el proyecto "abuelos Madrina", que mejora la calidad de vida de los abuelos, alarga su esperanza de vida y genera un entorno y vínculo de apego más seguro para ellos.

"En junio de 2013, hace 18 años, los mismos que tiene Verita, una pareja de abuelos en soledad nos llaman desde una bella localidad de Extremadura 'no hemos podido tener hijos, estamos bien situados, y queremos adoptar un niño'. Les indicamos que Fundación Madrina tenía el “kit completo”, -contesta bromeando el presidente de la fundación-, “madre con niño”, y no les importó. Fue entonces cuando empezó la aventura de la familia García".

"En un mes la Fundación envía a Vera, una joven madre boliviana, sin papeles, embarazada de 5 meses. Esta historia continúa ahora con Verita, una joven de 17 años que se siente del pueblo, que adora a sus abuelos adoptivos y que sueña con dedicarse a la estética y peluquería. Su madre es dueña y dirige un bar de la población. Todos la quieren y Verita adora a su abuela, que hace unos meses subió al cielo, y a su abuelo, que cada día de su vida ha ido a buscarla al colegio, incluso cuando ha llegado a ser adolescente". 

La contribución de los abuelos a la sociedad

Fundación Madrina denuncia que la soledad de los abuelos deteriora seriamente su calidad de vida. Por ello, con motivo del Día de los Abuelos, desde la entidad recuerdan que casi dos millones de mayores viven solos, que de ellos, 368.400 son mayores de 85 años y apenas reciben una visita mensual de alguien conocido en su entorno social, una situación que se ha agravado durante el Covid. 

Igualmente, y según la encuesta del CIS, el 43% de los abuelos ayudan a su familia económicamente. Estas son las tareas principales de los abuelos en España según la encuesta del CIS.

Fuente: Fundación Madrina. 

Para paliar esta situación de soledad, Fundación Madrina entiende que el papel de la familia es fundamental. En concreto, el vínculo “abuelos-nietos” puede ayudar a vencer estas situaciones de aislamiento; ejercer el rol de abuelo es una forma de sentirse socialmente integrados, incrementando el bienestar, el sentimiento de utilidad, disminuyendo el sentimiento de soledad sobre todo en momentos de pérdidas.

Por ello, igualmente, entiende que “todo niño tiene derecho a su abuelo”. "La experiencia nos indica que los servicios sociales y los tribunales muchas veces niegan este derecho y se priva igualmente a los abuelos de convivir con sus nietos, especialmente cuando hay órdenes de desamparo dictadas por los servicios sociales".

Entre las medidas económicas que hay en otros países, podemos sacar dos ejemplos claros, el de Alemania, donde los “abuelos kanguros” pueden desgravarse durante los catorce meses siguientes al nacimiento del nieto -en el caso de que el padre o madre sufran una enfermedad y el cuidador no trabaje más de 30 horas a la semana-; o como en Portugal, donde los abuelos tienen derecho al 100% del sueldo si se dedican al cuidado del nieto durante el mes siguiente a su nacimiento.

Medidas económicas y sociales para proteger a los abuelos 

Por todo ello, desde Fundación Madrina solicitan la implantación de medidas económicas y sociales que protejan a este colectivo.

En primer lugar, que el trabajo de los “abuelos kanguro” en la familia extensa sea reconocido económicamente por el Estado, como en otros países, con un “salario base de cuidador”.

Además, equiparar las pensiones mínimas de los abuelos al salario base de supervivencia, por encima de los 1.000€, así como reconocer el derecho de todo mayor a un hogar digno y a la sanidad pública integral, independientemente de su nacionalidad, de tener papeles o empadronamiento.

También proteger al mayor garantizando un “vinculo de apego seguro” del mismo con su familia y entorno, bonificar y gratificar el “cuidado del mayor dependiente” en el entorno familiar de forma directa, y la creación de más centros de día con más plazas para cubrir todas las necesidades de los mayores que así lo soliciten, bonificando a las familias que les lleven a dormir a casa.

Otra de las medidas que solicitan desde Fundación Madrina pasa por facilitar vivienda social protegida y permanente para aquellas familias que “adopten a un abuelo” y le acompañen en sus últimos años con cariño y protección, haciendo un seguimiento estrecho del cuidado familiar; apoyar la entrega de viviendas en el entorno rural y de ciudades, para la constitución de familias que se adoptan entre sí “abuelos-madres-niños”, “adopta un abuelo, adopta una madre con niño” ofreciendo ayuda directa para vivir, transporte y adaptar viviendas. Y por último, fomentar desde servicios sociales y tribunales que los niños puedan disfrutar del derecho de tener y convivir con sus abuelos, eliminando las “ordenes de desamparo” si hay familia extensa.

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