La formación regionalista vive una cruenta guerra interna tras una sentencia que fuerza a Arturo Aliaga a repetir las primarias por "irregularidades"
Javier Lambán fía su continuidad como líder de Aragón a que el PAR siga bajo el mando de su vicepresidente

La gobernabilidad de una tierra multipartidista como Aragón ha estado condicionada 30 de los últimos 36 años en una pequeña e histórica formación regionalista, el Partido Aragonés (PAR), que gobernó 6 años con los presidentes Hipólito Gómez de las Roces y Emilio Eiroa; 8 años apoyó gobiernos del PP (con el que llegaron a presentarse a las generales); y durante 16 a ejecutivos del PSOE, 12 con Marcelino Iglesias y estos últimos 4 con Javier Lambán.
El presidente socialista podría haber perdido en 2019 la silla que conquistó cuatro años atrás con el apoyo de Podemos, IU y la Chunta Aragonesista, pero se mantuvo por sorpresa tras lograr el apoyo del PAR liderado por Arturo Aliaga, consejero de Industria entre 2002 y 2015, que alcanzaba la vicepresidencia de Aragón gracias al menguante pero estratégico peso de su partido.
El PAR cosechó en 2019 sus peores números históricos, apenas 3 parlamentarios que se quedan lejos de los 19 que alcanzó en 1987, pero la sintonía entre Aliaga y Lambán prevaleció frente a la pulsión de una parte del partido a sumarse al pacto de investidura conformado por PP, Ciudadanos y Vox en Zaragoza y otros ayuntamientos de la región.
Un sector crítico comenzó a conformarse contra Aliaga, que echaba como directora general de Turismo a Elena Allué tras vislumbrarse que iba a presentarse a las primarias a liderar el partido contra él... y el vicepresidente ganó por la mínima: recibió el apoyo de 212 compromisarios frente a los 190 que confiaron en su rival.

Arturo Aliaga, vicepresidente de Aragón y líder del PAR.
Allué llevó las primarias a los tribunales y un fallo del Juzgado de Instancia número 18 de Zaragoza anulaba el congreso por graves irregularidades por, entre otros asuntos, la afiliación al alimón al partido de más de 300 personas antes de que comenzase el proceso (mientras la sentencia subraya lo insólito que es que una sola persona pagase más de 1.500 euros de cuotas atrasadas para que otro grupo de afiliados participase en primarias).
La ex directora general de Turismo mostró su hartazgo porque Aliaga recurría el fallo y posponía la celebración de primarias para liderar al PAR en las próximas autonómicas. Y finalmente se ha marchado del partido con la intención de lanzar otro, Aragoneses-Plataforma Aragonesista.
"En vez de aceptar los hechos probados por la sentencia y presentar la dimisión de sus cargos y su baja como militantes, uno y otros han optado por seguir arrastrando por el lodazal el nombre del Partido Aragonés, en una guerra tan infame como inútil por sacudirse las culpas del amaño. La descomposición de esta ejecutiva que, con su todavía presidente a la cabeza, tanto ha hecho por descomponer al partido ha llegado a un punto de no retorno", asegura el grupo crítico que se ha dado de baja del PAR.
Debajo de esta batalla se encuentra la apuesta de Aliaga por renovar su pacto con el PSOE y la de Allué por recuperar lazos con el PP, cuyo nuevo líder, Jorge Azcón, tilda de "tramposo" al vicepresidente de Aragón y este dice que el alcalde de Zaragoza "no está capacitado para gobernar Aragón".
Otras críticas
Los históricos exdirigentes regionalistas Hipólito Gómez de las Roces, José María Mur y José Ángel Biel, cargaron hace dos años contra Aliaga. Pero él parece hacer oídos sordos al conflicto: "No me he planteado dejar esto. Me siento con fuerza y esta es mi vida", aseguró.
El PAR sufrió entonces una crisis especialmente en Teruel desde donde atacaron a Aliaga por no forzar al Gobierno de Aragón a 'suprimir' el impuesto de Donaciones y Sucesiones. "El incumplimiento de este asunto de vital importancia fue uno de los muchos motivos que llevó a buena parte de los dirigentes del PAR en Teruel a constituirse en gestora tras la autodisolución del Comité Intercomarcal en noviembre de 2019", aseguraron.
Y afirmaron que quieren "reconducir a la dirección regional del Partido hacia la senda que nunca debió abandonar, para recuperar la coherencia y la confianza de sus bases defendiendo sus principios y valores ideológicos y con la idea de que se vuelvan a atender las necesidades y reivindicaciones de sus afiliados en particular y de los aragoneses en general".
"Nuestra intención es que el Partido cumpla lo que prometió en campaña electoral pero también porque la progresiva supresión del impuesto de sucesiones y donaciones siempre ha formado parte de nuestro ADN y porque precisamente formar parte del actual Ejecutivo autónomo debería servir para cumplir con ese compromiso con los aragoneses que no deben soportar esa carga fiscal y que los sitúa en una clara discriminación con respecto a ciudadanos de otras comunidades autónomas", añadieron.