19 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

"En mi nombre y en el de mis compañeros os doy las gracias a aquellos que tratáis de cumplir", ha escrito el agente destinado en Mallorca

El testimonio en primera persona de un Guardia Civil en el operativo del coronavirus se hace viral

Un Guardia Civil se ha sincerado por escrito.
Un Guardia Civil se ha sincerado por escrito.
Un Guardia Civil ha puesto por escrito lo que él y sus compañeros sienten a diario desde que entró en vigor el Real Decreto Ley que estableció el estado de alarma. La carta la publicó el diario totbalears.com y se ha hecho rápidamente viral entre los miembros de la Benemérita.

El testimonio en primera persona de un Guardia Civil  que presta servicio en el operativo de Sanidad contra el coronavirus publicado por el diario Tot Balears se ha hecho viral.

Este es la carta que recoge el excepcional testimonio del agente de la Benemérita, que explica los retos con los que se enfrenta a diario por razón de su trabajo:

"Soy Guardia Civil , y por mi cargo y ocupación tengo obligación de sacrificio. Pero eso no ha de significar que tenga obligación de arriesgarme con maleducados, con tíos listos, viejos arrogantes, con imbéciles en chándal, y en definitiva con cientos de patanes negligentes que bordeando y saltándose la ley, salen a la calle con una lata de cerveza en la mano y una barra de pan en la otra y te sonríen con sorna: “Voy a comprar pan" y te enseñan una barra del chino, con un idiota en chándal con un pobre perro viviendo a kilómetros de distancia “estoy sacando al perro y puedo hacerlo", ancianos con bastón que dicen ir a por recetas, pan, a comprar, con amas de casa con carro que salen, como todos los días, en manada con las vecinas, con albañiles comiendo el bocadillo en comandita en un parque, papás con niños al Carrefour, con otros que dicen que van a trabajar y lo más cerca del trabajo que han estado en su vida ha sido liarse los 20 porros que se fuma al día.

Un Guardia Civil velando por su seguridad.

A los niñatos enteraos que dicen ir o venir de casa de su abuelo enfermo cuando lo único que han hecho por su abuelo en toda su triste existencia es cenar con él en navidad y solo media hora, que han quedado con los colegas….

Por eso, a veces pienso que debemos dejar que Darwin haga valer su teoría de selección natural y que esta panda de retardados se contagien entre ellos y contagien a los que les justifican, soportan y aplauden. Pero es que entonces tardaré meses y meses en poder ir a ver a mi hijo que vive fuera, a disfrutar de una buena comida con amigos, a poder ir a pescar, a montar en moto o tomar una cerveza con mi mujer en el bar de la esquina.

Mañana seguiré (seguiremos) saliendo a discutir con tontos de baba, a jugarnos que una tos de estos lerdos nos mande a casa o al hospital enfermos. O que contagien a nuestro personal sanitario que está desbordado.

Por eso en mi nombre y en el de mis compañeros os doy las gracias a aquellos que tratáis de cumplir".

 

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