20 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Firmado por el ex secretario de Organización de Podemos, Sergio Pascual, trata de romper esta alianza que pretende aislar a la formación morada

Afines a Iglesias alientan un libro 'antierrejonista' en plena negociación entre Más País e IU

El Cierre Digital en
/ Sergio Pascual
Afines al exvicepresidente Pablo Iglesias están promocionando el libro 'Un cadáver en el Congreso', firmado por el ex secretario de Organización de Podemos, Sergio Pascual. Este, puntal de Íñigo Errejón en los inicios de la formación morada, critica la postura del líder de Más País cuando Iglesias lo 'decapitó'.

Pablo Iglesias está intentando captar elementos influyentes de la izquierda transformadora estatal para despejar la hipótesis que dice que se ha quedado solo tras romper con Sumar, Izquierda Unida, el PCE, Más País o Compromís

Y es que, en plenas negociaciones de IU con Más País y Compromís para formar listas conjuntas en las autonómicas de mayo en la Comunidad de Madrid y Comunidad Valenciana de espaldas a Podemos, ha encontrado un esperado apoyo. 

Este ha sido Sergio Pascual, ex secretario de Organización del primer Podemos y antigua mano derecha de Íñigo Errejón. El exdirigente extremeño fue relevado a inicios de 2016 por Pablo Iglesias, en parte porque el 'errrejonismo' pedía apoyar un Gobierno conformado por PSOE y Ciudadanos para evitar la repetición electoral, y en parte porque partidarios del número dos de Podemos buscaban destrozar al 'pablismo' en la Comunidad de Madrid, tal y como trasciende de unos mensajes que fueron filtrados

Libro contra Errejón

Errejón le había prometido a Pascual que dimitiría si le echaba Iglesias, pero cuando lo relevó tomó un calculado perfil bajo para decepción de su amigo, que ahora ha lanzado el ensayo 'Un cadáver en el Congreso: del sí se puede al no se quiere'.

Pascual ve "lógico" que Iglesias lo echase por conspirar contra él y asegura que entendió que en 2015 decidiera presentar a Podemos a las autonómicas: "Iglesias, ahora con el tiempo creo que con acierto, pensaba que si no teníamos poder en las autonómicas nos iban a matar los poderes, nos iban a descarrilar antes de las elecciones generales. Errejón era más naif en ese sentido: eso era una operación mediático-discursiva y vamos a llegar porque es inevitable". 

La ruptura entre partidarios de ambos bandos arrancó cuando el 'errejonismo' aprovechó que Iglesias estaba entre 2014 y 2015 como europarlamentario en Bruselas para asegurarse el control territorial de Podemos. 

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Sergio Pascual, a la izquierda. 

"Había un vacío de poder en la pata española de Podemos porque Iglesias estaba en Bruselas y la persona que tenía un pequeño aparato político para construir y que sabía lo que había que hacer era Errejón y algunos nos pusimos a hacerlo como lugartenientes, y cuando nos dimos cuenta nosotros teníamos construido el partido. Cuando Pablo vuelve, se encuentra con ese pastel y si ese partido hubiese estado alineado con su tesis no hubiera habido ningún problema. El problema era que quien capitaneaba todo aquello tenía una tesis diferente a la suya y, por lo tanto, era un riesgo para él", asegura. 

El exdiputado afirma que sintieron que "Iglesias se daba cuenta de que no controlaba el partido al que había puesto cara, y en alguien que tiene tan clara la lectura del poder esto es evidentemente inaceptable e inasumible. Y a partir de ese momento, Iglesias empezó a construir el proyecto para recuperar su partido".

"Tratar de meter bajo la alfombra las discrepancias es un error garrafal que se paga a la larga. Un error de Iglesias fue no haber encontrado la forma de canalizar las discrepancias. No se da cuenta de que no hay gente tan estratega como él", afirmó en el programa en el que colabora Iglesias, 'Hora 25'. 

De aquella época Pascual guarda mal recuerdo de otro de los fundadores de Podemos: "Juan Carlos Monedero despreció la gravedad de las cosas que estaba haciendo y diciendo. Inaugura una dinámica que acabó siendo muy dura para nosotros y que luego no fue responsabilidad exclusiva de él, muchos nos metimos en esa dinámica, de visión del otro como adversario político, como enemigo, como golpista, ya ni siquiera es un compañero". 

"Creíamos que lo que había que hacer, a la vista de que nos iban a destruir, era defendernos de alguna manera, y la única forma que encontramos era localizar un adversario plausible que no podía ser Pablo porque era imprescindible pero sí el 'pablismo', su Corte", añade. 

Sobre el papel de Errejón asegura que "no utilizaría la palabra deslealtad. Tanto él como muchos 'errejonistas' nos cegamos con una dinámica que era extremadamente absorbente. Habíamos perdido de vista lo verdaderamente importante". 

Y añade. "Yo sigo siendo militante de Podemos, cuando todo el mundo ya se ha ido, y sigue doliéndome mi partido, es el partido que ayudé a construir"

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