20 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El entrenador extremeño transformó para siempre este deporte en nuestro país, tanto en los despachos como en los banquillos de clubes como el Atlético

Muere Juan de Dios Román: La leyenda que aupó al balonmano español a la cima

Juan de Dios Román.
Juan de Dios Román.
Juan de Dios Román es, probablemente, la personalidad más importante de la historia del balonmano español. Como entrenador, dirigió al Club Atlético de Madrid y al BM Ciudad Real, además de conducir a la selección en los años 90. Posteriormente, trabajó en la gerencia del club manchego y del combinado nacional que, bajo su presidencia, alcanzó el Campeonato del Mundo de 2013. Ha fallecido este sábado debido a un derrame cerebral irreversible que sufrió el jueves pasado.

El balonmano es uno de los deportes de equipo de mayor tradición en nuestro país. Actualmente, muchos están desencantados con la deriva de esta disciplina, descafeinada por la falta de rivales de nivel capaces de desafiar al poderío del FC Barcelona, dominador absoluto de la competición doméstica e indiscutible potencia a nivel mundial.

Pues bien, si hay un hombre que durante años abanderó la resistencia ante un titán de esta envergadura en una liga que llegó a ser la más competitiva de Europa, ese es el mítico Juan de Dios Román Seco. El balonmano español no puede entenderse sin la figura de este inolvidable técnico que, desgraciadamente, ha fallecido este sábado tras sufrir el jueves pasado un derrame cerebral irreversible, según informó la Asociación de Entrenadores de Balonmano (AEBM).

Luis Miguel López, exdirector general del BM Atlético de Madrid y del BM Ciudad Real confirmó la noticia en su cuenta de Twitter: “Siento un inmenso dolor por la situación que está pasando mi amigo, mi hermano, Juan de Dios Román. Me llegan noticias alarmantes. Su estado es crítico. Es un palo demasiado duro para los que le admiramos como deportista y queremos como amigo. ¡Qué dolor!”.

Un pionero en los banquillos y en los despachos

Román nació en Mérida (Extremadura). Estudió Magisterio, Educación Física y Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de Madrid (ha ejercido la docencia durante años) para posteriormente, pasar a dedicarse a su gran pasión: el balonmano, un deporte que descubrió por casualidad, gracias a una beca que se le concedió y con la que pudo licenciarse en Educación Física.

Su carrera en los banquillos arrancó en 1964, en el balonmano de base, entrenando en el Colegio de Padres Jesuitas de Chamartín. El gran salto a la élite deportiva lo daría siete años después. Y es que en 1971 se le confiaba el cargo de entrenador del Club Atlético de Madrid. Con el club colchonero empezaría su leyenda.

Durante los 14 años que estuvo al frente del equipo, el “Atleti” llenó sus vitrinas de trofeos, levantando cinco títulos ligueros y cinco copas del rey, pero más allá de ello, Juan de Dios Román ofreció al balonmano de la capital algo que ni siquiera los más grandes triunfos pueden logar, una esencia propia.

Icónico es el aroma a balonmano que se respiraba los domingos por la mañana en el Polideportivo Antonio Magariños, que vibró en innumerables ocasiones con la dirección del técnico extremeño y el buen hacer de un equipo en el que brillaban con luz propia un grupo de jugadores liderados por el lateral y central Cecilio Alonso.

Una estampa irrepetible, recuerdo imborrable para los que cada fin de semana se dejaban la voz animando a aquel conjunto que se atrevió a ser grande. Pero nada dura para siempre. En la temporada 84/85, el club madrileño se quedaba a las puertas del que habría sido su primer triunfo en la Copa de Europa: “Nos sobrepasó el ambiente de la final, no allí, pero sí en Madrid”, declaró el técnico.

Y es que el rival, la imponente Metaloplastika de Serbia, no dio opción alguna. Ni siquiera las 13.000 gargantas que abarrotaron con banderas y vítores el pabellón rojiblanco pudieron contener la clase de los Basic, Isakovic, Vujovic o Portner. Era el momento de cambiar. Tras la finalización de dicha campaña, Juan de Dios Román pasó a dirigir a la selección española, cargo en el que permanecería durante tres años sin grandes éxitos.

A principios de los años 90 volvía al “Atleti”, equipo al que entrenaría cuando las estrecheces económicas amenazaban con hacerlo desaparecer, como así acabaría siendo apenas unos años después. Y es que, tras la decisión de Jesús Gil de cerrar una sección ya por entonces muy deficitaria, la última intentona de supervivencia gestionada por socios y particulares en Alcobendas no llegó a buen puerto.  

Nuevo comienzo y broche de oro

El renacer de la carrera de nuestro protagonista llegaría entre 1995 y 2000. Durante este periplo, de nuevo al frente de la selección española, condujo al combinado nacional a la élite del balonmano mundial, obteniendo dos medallas de plata en los Europeos de 1996 y 1998 y tres bronces, dos en Juegos Olímpicos (Atlanta, 1996 y Sídney, 2000) y otro en el Europeo del año 2000. La selección acababa de erigir los cimientos sobre los que décadas después construiría sus éxitos más sonados.

Tras una etapa como comentarista deportivo en Televisión Española, pasó a entrenar a otro clásico de nuestro balonmano, el BM Ciudad Real. El equipo manchego, ya extinto, representó durante dos décadas (1992-2011) lo que había sido el Atlético de Madrid previamente, convirtiéndose en este breve periodo temporal en el tercer equipo más laureado de nuestro país.

La apuesta en el club fue firme y el apoyo económico e institucional posibilitó un desfile de grandes jugadores por Castilla-La Mancha. A este respecto, el propio Román pronosticó tras la Recopa ganada en la temporada 2002/2003 que en dos años el equipo sería “invencible”.

Por supuesto, la contribución del técnico extremeño fue, una vez más, fundamental. En la temporada 2004-2005, pese a obtener el título doméstico de la Liga ASOBAL, en una histórica final de la Copa de Europa con dos equipos de nuestro país, el FC Barcelona privó al pequeño equipo manchego del mayor de sus sueños. Goliat había vencido a David. Poco después, ya con Talant Dujshebaev como entrenador, los ciudadrealeños se desquitarían alzándose con el máximo título a nivel continental en tres ocasiones.

En cualquier caso, Román pasó definitivamente a los despachos, desempeñando el cargo de director deportivo del Ciudad Real en principio para, posteriormente, presidir la Real Federación Española de Balonmano. Suya fue una decisión que cambiaría este deporte en nuestro país, confiar el puesto de seleccionador nacional al gran Valero Rivera, que llevó a los “hispanos” a la victoria en el campeonato del mundo en 2013.

Entre su larga lista de reconocimientos, destaca sobremanera el Premio Nacional del Deporte, que recibió en 2017. Ahora, después de algún tiempo luchando contra un cáncer de pulmón, ha sufrido un derrame cerebral que le ha producio la muerte este sábado. El mundo del balonmano y, por extensión, todo el deporte español lamentan su pérdida. Juan de Dios Román era sinónimo de entrega, de lucha, de sapiencia y sobre todo, de BALONMANO. Su figura es ya leyenda.  

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