24 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

La final femenina saca a la luz quejas sobre el racismos y el machismo en el mundo del tenis

El US Open más convulso: El cambio de camiseta de Alize Cornet, las quejas de Carla Suárez y los warnings a Serena Williams

El pasado domingo se cerró el último Grand Slam de la temporada que dejó como campeones a los siguientes jugadores: Novak Djokovic en el cuadro masculino; Naomi Osaka en el femenino; Coco Vandewegue junto a Ashleigh Barty en el dobles femenino; Jack Sock junto a Mike Bryan en el dobles masculino y Jamie Murray junto a Bethanie Mattek-Sands

Más allá de los campeones o de las sorpresas que se dieron a lo largo de las dos semanas que duró el US Open, en la retina de los espectadores y seguidores del tenis quedará por ser uno de los Grand Slams más polémicos de la historia.

El cambio de camiseta de Alize Cornet

La primera polémica del torneo se desató cuando la tenista francesa Alize Cornet estaba disputando su partido de primera ronda frente a Johanna Larsson (6-4/3-6/2-6). En esta edición del US Open se ha instalado una nueva medida preventiva para cuando las condiciones meteorológicas son excesivas evitando así posibles golpes de calor que se han dado a lo largo de la historia del Grand Slam. Esta nueva norma, denominada Heat Rule, permite a los tenistas poder ir al vestuario durante diez minutos para cambiarse de ropa y no estar expuestos tanto tiempo al calor infernal de Nueva York. En este caso, en el partido se habían superado los 35 grados (pese a que a sensación térmica era de 40ºC) y se registró un 70% de humedad por lo que la jugadora francesa, Cornet, se dirigió al vestuario para cambiarse de ropa. Tras los diez minutos de parón por la aplicación de la mencionada Heat Rule, la nacida en Niza se da cuenta que la parte superior de su indumentaria está del revés e instintivamente va al fondo de la pista, se da la vuelta y se cambia la camiseta para ponerla del derecho. El juez de silla, Christian Rask, vio lo sucedido y anuncia un warning (el primero es de advertencia) para la tenista francesa. Tras finalizar el encuentro que finalmente se llevó Larsson lo ocurrido comenzó a circular por las redes sociales y Rask recibió un aluvión de críticas por la decisión que había tomado, tildándole de machista y de usar un doble rasero dado que en numerosas ocasiones los hombres se cambian de camiseta en el banquillo y no reciben penalización alguna. La tenista Mattek-Sands publicó un tweet en el que decía ‘’Débiles’’.

Alize Cornet cambiando su camiseta, lo que acarreó un warning

Aunque quizá uno de los mensajes que tuvieron mayor repercusión fue el tweet emitido por Judy Murray, madre de Andy y Jamie Murray que siempre reivindica los derechos de la mujer en el mundo del deporte. “Alize vuelve del vestuario después de 10 minutos debido al parón por el calor. Tenía la camiseta al revés. Se la cambia al fondo de la pista. Se lleva una sanción por code violation. Conducta antideportiva… Pero los hombres sí pueden cambiarse la camiseta sobre la pista”. No obstante, Judy Murray tuvo que rectificar horas después ya que en el reglamento del US Open, por lo que no hay posible interpretación, queda establecido que si un tenista, independientemente de su género, llega del vestuario no se puede cambiar de nuevo la indumentaria en la pista o de lo contrario recibirá una amonestación. No obstante la propia organización del torneo hizo público un comunicado en el que clarificaban todo lo ocurrido y los futuros cambios que habrá con respecto a esta normativa. ‘’Rechazamos el apercibimiento impuesto a Mrs. Cornet. Hemos clarificado nuestra política para que esto no vuelva a ocurrir de aquí en adelante. Afortunadamente, ella fue solo advertida con un warning y la sanción no fue más allá. Las jugadoras, si así lo desean, podrían cambiarse las camisetas en una localización más privada, cerca de la pista’’. Pese al cambio de normativa, la WTA (organismo que rige el tenis femenino a nivel mundial) quiso también dar su opinión sobre lo ocurrido con Cornet ‘’La amonestación aplicada por la USTA a Cornet durante su partido de la primera ronda no fue justa y no estaba basada en nuestra normativa. La WTA siempre ha sido y será defensora de las mujeres y del deporte femenino. Este castigo responde al código del US Open y agradecemos que la USTA haya cambiado su política. Alize no hizo nada malo’’.

El ruido insoportable de la pista central

La segunda polémica del torneo neoyorquino se dio el día en el que Madison Keys (Chicago, EEUU) y Carla Suárez Navarro (Las Palmas de Gran Canaria, España) se enfrentaban por un lugar en las semifinales. Por norma general en las pistas de tenis se tiene que mantener un silencio prácticamente sepulcral para no desconcentrar a las tenistas, pero en las instalaciones de Flashing Medows ese código no siempre se cumple y es normal ver a los asistentes levantarse del asiento entre puntos con el consecuente ruido que hacen. En condiciones normales recibirían un aviso y una amonestación, pero al tratarse de Nueva York se pasa un poco por alto. Pero lo visto en el partido entre Keys y Carla Suárez superó cualquier expectativa. A lo largo que avanzaba el encuentro el ruido iba en aumento hasta tal punto que ni las propias jugadoras podían oír el golpe de su raqueta con la pelota. Esto sin duda desconcentró a la tenista canaria que en reiteradas ocasiones se dirigió al juez de silla quejándose por el excesivo ruido. “Me quejé dos o tres veces, pero podría haberlo hecho mil”, dijo Suárez Navarro tras acabar el partido. Posteriormente afirmó haber conversado con la jugadora americana para seguir jugando a pesar del ruido de la gente. ‘’Ha habido un momento que le he dicho a Madison: vamos a jugar, porque si tenemos que esperar a que se siente todo el mundo no jugamos’’. Finalmente afirmó que cada uno es libre de hacer lo que quiera en una pista de tenis, pero que no se debería hablar durante un punto independientemente de que sea la pista más grande del mundo.

Serena y el escándalo con el juez de silla Carlos Ramos

La última polémica y quizá la más sonada fue la ocurrida en la final femenina entre Naomi Osaka y Serena Williams que se llevó la joven japonesa por un resultado de 6-2/6-4.

La polémica se desató cuando el juez de silla Carlos Ramos pilló, gracias a una cámara que enfocó al palco de Serena Williams, al entrenador de la pequeña de las Williams, Patrick Moratoglou, haciendo coaching (hacer señas a su pupila sobre lo que tiene que hacer o si lo que está haciendo bien o mal) algo que está completamente prohibido (pese a que el coaching permite en la previa del torneo en el cuadro femenino). Ante la advertencia del juez de silla, Williams se le acerca con un gesto con el pulgar hacia arriba señalando que su entrenador solo le había hecho dicho gesto. Este hecho desconcierta a Serena Williams que pierde el juego y fruto de la impotencia estampa su raqueta contra el suelo, lo que provoca que Carlos Ramos diera el segundo warning a la jugadora americana que acarrea la pérdida automática de un punto.

Es entonces cuando la de Michigan pierde los papeles y se dirige otra vez al juez de silla llamándole ‘’ladrón’’ y ‘’mentiroso’’, en este caso Ramos le dio a Serena Williams un tercer warning que implica la pérdida de un juego. Ante esta situación la pequeña de las Williams, incrédula ante lo ocurrido y con lágrimas en los ojos, llama a los supervisores de la pista para explicarles la situación y que éstos trataran de mediar en el asunto, pero la situación no hizo sino empeorar. A todo esto Naomi Osaka intentaba quedarse fuera de la situación mientras que el público comenzaba a silbar al árbitro posicionándose  favor de la jugadora local. Williams perdió la final, pero seguía con su particular batalla con el juez de silla afirmando que hay hombres que han dicho peores cosas en la cancha y no se les había sancionado, pero que ella al ser mujer sí ha sido sancionada. Todo lo sucedido provocó que la ganadora del US Open, Osaka, tuviera que pedir perdón entre lágrimas y no pudiendo celebrar como ella hubiera querido el primer Grand Slam de su prematura carrera.

Serena Williams discutiendo con el juez de silla Carlos Ramos

Poco después fue el propio Patrick Moratoglou, el entrenador de Serena Williams, admitió que sí había hecho coaching, pero no quiso dejar pasar la ocasión para reivindicar que jugadores como Nadal o Federer han dicho cosas peores a los jueces de silla y no han sido sancionados. Ante esta tesitura, la nacida en Michigan seguía negando la mayor sobre el coaching pese a que su propio entrenador hubiera admitido que lo había hecho, e intentando quitar hierro al asunto declaró: "No sé si el árbitro jugó un papel decisivo en el resultado del partido. Naomi estaba jugando a un nivel de tenis muy bueno y yo no me estaba encontrando cómoda en la pista’’.

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