19 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Después de un viaje de tintes épicos, el deportista se prepara para hacer realidad su gran ilusión, ganar una medalla olímpica con España

La odisea de Enmanuel Reyes Plá, "el profeta": El boxeador cubano que huyó en busca de un sueño

Reyes es una de las estrellas de la selección nacional
Reyes es una de las estrellas de la selección nacional
Enmanuel Reyes Pla es un boxeador hispano-cubano que se postula como una de las bazas más férreas del equipo español para lograr un metal en Tokio. Pese a haber llegado a este punto, el camino no ha sido fácil. Las barreras institucionales y las reticencias hacia la competición internacional que sufrió en su país lo forzaron a iniciar una peligrosa travesía hacia España, país donde reside parte de su familia. Tras incontables vicisitudes consiguió llegar a nuestro país.

Hace veintisiete años nacía en La Habana el boxeador Enmanuel Reyes Pla. En la actualidad, hablar del “profeta”, como es apodado Reyes dentro del mundillo del boxeo, es hablar de una de las grandes opciones de medalla del equipo español de cara a los próximos Juegos Olímpicos, que tendrán lugar en Tokio a partir de julio de 2021. Sin embargo, el futuro del púgil nacionalizado español no siempre se ha vislumbrado tan brillante. Detrás del boxeador cubano hay una historia que contempla episodios maravillosos, pero también mucho sufrimiento.

Para entender por completo la vida de Enmanuel hay que retroceder en el tiempo hasta el año 1962. Fue en esta fecha cuando el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) cubano decretó la prohibición del deporte profesional en este país. Desde aquel momento, el destino de muchos deportistas cubanos quedó sellado. En los últimos años se aprecia cierto aperturismo en este sentido. No obstante, las restricciones al profesionalismo limitan las posibilidades de los atletas cubanos.  En caso de querer desarrollar una carrera deportiva profesional y lucrativa, muchos deportistas optan por emigrar al extranjero.

El boxeo, una religión en Cuba

El boxeo, una religión en Cuba.

El boxeo cubano, una de las disciplinas deportivas con más tradición en la isla, no es una excepción a esta problemática. Sin embargo, esto no impide que allí sigan apareciendo púgiles de enorme talento. Uno de los últimos casos es precisamente nuestro protagonista de hoy. Reyes aprendió a boxear cuando aún asistía a la escuela. En un principio, lo hizo por necesidad. Tenía que defenderse dentro de un entorno escolar muy violento. Pronto comenzó a destacar, hasta el punto de proclamarse campeón del país con tan solo diez años. Su meteórica proyección se fue confirmando en los años siguientes, pasando a formar parte del potente equipo nacional de boxeo en Cuba y alcanzando el subcampeonato nacional en categoría senior en la categoría de peso pesado, cediendo únicamente ante Eryslandy Savón, bronce en las olimpiadas de Río, en 2016.

Una decisión tan valiente como arriesgada

A pesar del éxito obtenido, Enmanuel veía como la oportunidad de competir a nivel internacional se le negaba sistemáticamente. Por ende, animado por su entorno familiar, decidió dejar Cuba para intentar lograr su gran meta: Boxear en las principales competiciones internacionales del pugilismo, especialmente en los Juegos Olímpicos. Para ello, debía llegar a Galicia, concretamente a La Coruña, donde residen su padre, tío y abuela.

Teniendo en cuenta las complejas relaciones internacionales que sobrevuelan el contexto cubano, la empresa no iba a ser sencilla. El primer paso fue volar a Moscú, el único enclave al que se le permitía viajar desde Cuba. Desde la capital rusa se desplazó a Bielorrusia, país que pretendía utilizar como trampolín para ingresar en la Unión Europea, pero con una estructura política y democrática cuestionable a los ojos del europeo occidental.

Al no conseguir la ansiada salida desde la exrepublica soviética, se vio obligado a regresar a Moscú. Allí, el boxeador estuvo cuatro meses sin salir del piso donde se alojaba. En unas declaraciones realizadas para el diario El Confidencial, confesaba el motivo: “En ese tiempo no pude salir del piso. Si me paraba la policía me iban a pedir dinero y si no se lo daba me subirían al coche y me dejarían en una carretera a 20 grados bajo cero, para que volviese andando. Ya les había sucedido a otros anteriormente”. Su tío, que viajó hasta Moscú para ayudarle, era quien se encargaba del avituallamiento, pero, evidentemente, él no podía entrenar debidamente en estas circunstancias.

Reyes asestando un golpe a su oponente

Reyes, de rojo,  asestando un golpe a su oponente.

Sus condiciones mejoraron cuando pidió asilo político en Austria. En este país, reanudó los entrenamientos aprovechando la pista deportiva que había en el centro de refugiados donde se cobijó durante dos meses. El último episodio de la aventura de Enmanuel tendría lugar en Alemania. El boxeador habanero llegó al país germano tras su paso por Austria y trató sin éxito de cruzar la frontera hacia Francia vía autobús. Las autoridades migratorias alemanas le enviaron a un centro de refugiados alemán para después trasladarle nuevamente a Austria. Llegado este punto, Reyes Pla decidió correr el riesgo de tomar un vuelo hacia Barcelona. Contra todo pronóstico, llegó a la ciudad condal sin ninguna dificultad y allí se reencontró con su familia.

España, nueva patria para renacer

En España, retomó la actividad deportiva. En seguida convenció de su valía al seleccionador nacional de boxeo, Rafa Lozano, con quien llegó a contactar gracias a la intermediación de boxeadores españoles a los que Enmanuel conocía. Con la ayuda de la Federación Española de Boxeo, obtuvo en enero de 2020 la nacionalidad española, un paso fundamental a la hora de competir en representación de nuestro país en el ámbito internacional. Antes de obtener esta condición, el ahora boxeador hispano-cubano llegó a disputar once combates como integrante de la selección nacional española, sin haber conocido la derrota. Cuando estalló la pandemia de COVID-19, Enmanuel había vencido en su primer combate del Preolímpico de Londres, torneo clasificatorio para los próximos Juegos Olímpicos de la capital nipona.

El futuro del púgil habanero luce plagado de retos. De conseguir una plaza para participar en Tokio, una de las ilusiones de Enmanuel sería vencer a Savón, que le privó de la victoria en el campeonato nacional de Cuba. Tras su hipotética participación en los Juegos, contempla dos opciones. Por un lado, la posibilidad de pasar al profesionalismo. Esta elección, aunque atrayente, entraña la dificultad de afrontar la realidad de los bajos salarios que reciben los boxeadores profesionales en nuestro país. Por otro lado, de no dar el salto al mundo profesional, optaría por iniciar un nuevo ciclo olímpico antes de su retirada. En cualquier caso, tras meses de penalidades, ahora se encuentra en disposición de escoger la senda que quiera recorrer sin ningún tipo de atadura o restricción, algo que hace apenas un año no habría sido sino una utopía.

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