28 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

Es pupila de Jero García, está considerada la quinta mejor boxeadora mundial femenina del peso ligero

Miriam Gutiérrez, la 'Reina' del boxeo español: " Me gustaría que hubiera también una concejalía del Hombre, no solo de la Mujer"

Miriam Gutiérrez, La Reina.
Miriam Gutiérrez, La Reina.
Miriam Gutiérrez, la 'Reina' del boxeo español recibe a elcierredigital.com para hablarnos de su vida y de la historia que la ha llegado a convertir en la mejor boxeadora española del momento. Se define a si misma como "boxeadora profesional, jardinera y madre. Pero el boxeo y mi familia de dentro y fuera del ring son mi vida”. Esta pupila de Jero García está considerada la quinta mejor boxeadora femenina mundial del peso ligero.

Miriam Gutiérrez, la reina del ring, boxeadora profesional, cuenta en elcierredigital.com la historia de su vida, la historia de una mujer que decidió luchar no solo dentro de ring, sino en su día a día.

- Miriam, ¿en qué orden pondrías estas profesiones, boxeo, madre, jardinera...?

- Bueno, esa frase ya es de hace tiempo porque ahora hay que sumar lo de ser Concejala de Mujer en el Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz… lo que significa más frentes y más complicaciones (sonríe). Lo primero, siempre es mi familia porque es la viga que sujeta mi vida, es lo que me da fuerza para acostarme, levantarme y conseguir las metas que me propongo. Luego, viene lo demás y dentro de eso, quizá ahora la Concejalía sea lo más me está enseñando, estoy aprendiendo muchísimo, sobre todo a tratar a la gente de una manera muy cercana; después está la boxeadora, que es una parte de mi vida en la que he volcado toda mi fuerza, mis ganas por llegar a ser lo que quería ser. Y por último, la jardinería que no olvido, en cuanto puedo echo una mano a mi marido, es algo que me relaja muchísimo.

- Una vida dura que no vamos a repetir aquí porque creo que ya es bastante conocida y se puede ver en Internet. Baste decir que eres una luchadora que sale de una durísima situación de violencia de género y que se llega a convertir en un referente de lucha y esfuerzo por superarse. Con 37 años te haces con el título mundial AMB interino del peso ligero en Madrid, pero ¿te apodas la Reina por eso?

- No, el apodo de la Reina no viene porque sea “una megacrak” del boxeo -cosa que me encanta también-, viene porque yo a todos vosotros os trato como “mis caballeros”, porque me han dado confianza en mí misma por mi problemática, porque me han ayudado a confiar en mí, a volver a dar la mano y una serie de cosas que el conseguirlas dependía precisamente de como tuviera mi autoestima y esa fue superada con garras y dientes gracias a ellos. Ver como “mis caballeros” fueron consiguiendo que confiara en cada uno, hizo que Jero García, mi entrenador, me pusiera de apodo la Reina, por como yo había podido controlar esas sensaciones y conseguí volver a tratar a personas a las que no quería ni ver bajo ningún concepto.

- Parece que tú llegas al boxeo después de tu problema de violencia de género, pero, ¿cómo llegas en realidad al boxeo?

- Yo comencé a los 14 años con el full contact hasta que me rompí el abductor y me pasé al boxeo porque no podía dejar de practicar. Era algo que me gustaba, piensa que yo era “un trastillo”, muy inquieta, y el boxeo me ayudaba a canalizar esa energía, lo que hacía que mi madre se echara las manos a la cabeza,  “Niña, lo que te faltaba…”, pensando en que me metía en algo agresivo… (sonríe) Y fue todo lo contrario, porque el boxeo no es eso, son pautas, disciplina, el boxeo son tres minutos de trabajo y uno de descanso.

Una imagen familiar de Miriam.

- En un momento de tu vida aparece la figura de Jero García, ¿qué significó para ti?

- Para mí Jero es mi “Hermano Mayor” (sonríe). Como persona le adoro, es parte de mi familia, siempre ha estado conmigo, pero como entrenador le odio (ríe), cuando paso la puerta del gimnasio todo cambia, ahí hay unas normas que cumplir sí o sí para poder llegar a donde quieres.

- Jero me comentó en una ocasión que eras su gran éxito pero también su gran fracaso porque no fue capaz de detectar tu “problema”.

- Mira, Jero no lo detectó porque yo callé, él no podía estar en todo de cada uno de nosotros. Siempre me ha causado mucho respeto y yo no le decía nada porque no sabía cómo me iba a responder, si me creería o no… tenía pánico. Cuando él descubrió las marcas fruto de esa violencia de género, salí corriendo por miedo a contarle lo que realmente pasaba, apagué el teléfono, no me sentía capaz ni con fuerzas para darle una explicación. Hasta que reaccioné y puse cada cosa en su sitio y no fue hasta que pude decir “ya basta” con la persona que no lo estaba haciendo bien, hasta que tuve a mi niña y fui viendo cómo se desarrollaba, cuando me vi con fuerzas para volver al gimnasio y contarle la verdad… había pasado más de un año y él solo me dijo “Aquí no hay más hablar, a trabajar” y se quedó con mi niña mientras duró el entrenamiento, desde entonces como te digo le odio (ríe).

- Qué cambió, de estar en una de las peores situaciones en la que te puede poner la vida a ser la Reina del boxeo, ¿cómo se vive este paso?

- Mira, llegar a donde he llegado es súper duro pero es lo mas grande que he podido hacer. Contar con un equipo, con una fuerza y un potencial como el que tenía, para impulsarme hacia la meta fue decisivo, es algo grandísimo.

Una divertida fotografía de Miriam.

- ¿Qué sentiste al subir al ring por primera vez? Miedo, liberación…

- Cuando subía por ese estrecho pasillo pensaba… ¿por qué no elegí el baile... (ríe) pero, cuando te levantan la mano sabes por qué?

- ¿En qué piensas en esos minutos previos a saltar al ring mientras te calzas los guantes?

- Es imposible pensar en nada, tengo un equipo de locos que no te dejan pensar, no te dejan tener esos miedos… uno cuenta lo que ha comido, el otro lo que le ha pasado con su hijo, imposible pensar.

- Segundos fuera, ¿qué comienza en ese momento?

- Empieza algo súper divertido… como enfocarlo todo. Lo que tanto esperabas está empezando a pasar, aún me siguen brillando los ojos solo de pensarlo. Es tal la euforia que cuando sufro algún golpe ni lo siento.

- ¿En algún momento el boxeo ha sido la válvula de escape para la rabia contenida?

- Sí, por supuesto, ha sido mi tratamiento, mi liberación.

- ¿Te has tenido miedo a ti misma en el ring?

- Sí, miedo a ese descontrol y a esa ira que a Jero le costó casi un año controlar hasta poder volver a subir al ring. Han caído muchos “sacos” para poder controlar esa tensión y esa rabia de querer golpear sin parar…

- ¿Qué se siente al ver a tu rival en la lona?

- Me da pena. Anteriormente solo pensaba “te tengo que tirar”, quería soltar todo mi odio y mi rabia, ahora lo veo con la deportividad y con la nobleza de este deporte y entiendo que cuando el contrario cae significa que lo has hecho bien, que el golpe ha ido donde tenía que ir, pero no me hace sentirme bien.

                 Miriam Gutiérrez enseñando su cinturón.

- ¿Cómo se siente el dolor en el ring?

- Ya te dije antes que no lo siento… es algo curioso, pero no siento nada de nada (sonríe).

- ¿En alguna ocasión te viste rota…?

- Para nada… por ahora nunca, y que tarde mucho (ríe).

- ¿Tirarías la toalla?

- ¿Peleando?, eso jamás, no está en mi naturaleza, no va a pasar nunca y si mi preparador lo hiciera, me enfadaría muchísimo, no se lo perdonaría nunca y él lo sabe, me tendría que ver muy, muy mal para hacerlo.

- Recuerda ese minuto, ese segundo que nunca olvidarás.

- (No duda) La última pelea con la top mundial Katie Taylor, no me daba ni cuenta de cómo pasaban los asaltos, no paraba de golpearla, era súper rápido, apenas veía… pero aguanté los diez rounds con un “bicharraco” increíble. No se me olvida que en el octavo asalto le dije a Jero “me estoy encontrando bien…” y me contesto, pero ¡si estás en el octavo! No tenía noción del tiempo….

- ¿Qué sientes cuando te levantan el brazo en señal de que has ganado?

- Que todo el trabajo y el tiempo que a lo mejor pensabas que habías podido perder, ha merecido la pena.

Una imagen divertida de La Reina.

- ¿Y cuándo te lo bajan?

- De ciento y pico combates que llevo solo he perdido once peleas. Significa que he perdido y punto, que no he estado a la altura y que hay que trabajar más.

- ¿Lucharías igual si enfrente tuvieras a un hombre en vez de una mujer?

- Sííí, yo me preparo con hombres, solo peleo con mujeres cuando se acerca la pelea. Al principio sí quería que fuera un hombre, para pegarlo con cuanta más fuerza mejor hasta que no pudiera reaccionar, pegarlo sin parar, era un odio tremendo… cambiar esa dinámica fue lo que mas costó. Ahora no es un enemigo, es un amigo que te puede ayudar mucho.

- ¿Qué es más difícil, ganar o perder?

- Ganar, sin duda. Significa que has llevado un orden, una disciplina, mucha exigencia con tu cabeza y con todo en general, por eso cuando ganas quiere decir que lo has hecho bien.

- En la vida lo sabemos, pero, ¿cuándo lo has pasado peor en el ring?

- Cuando lo he pasado mal ha sido pensando no haber hecho las cosas bien en materia de comida o bebida, en general el tema de la nutrición, ver que si lo hacía mal eso me podía pasar factura.

- ¿Cómo se prepara un campeonato del mundo?

- Con mucha tozudez, constancia y no romper en ningún momento la dinámica.

- Tu diste en el ring una lección de humildad al perder ante Katie Taylor, pero una vez en tu casa, ¿cómo asimilaste la derrota?

- Allí varía la cosa (sonríe)… pensé, ¡me tenía que haber llevado los cinturones!, ¡tanto respeto y tanto protocolo…me los tenía que haber llevado! Esa muchacha me ha dado una lección de que no puedo estar a tantos frentes… ella se dedica por y para el boxeo, yo no, y seguro que de haber sido así habría sido diferente el resultado, pero soy humana.

Una imagen de Miriam.

- ¿En el boxeo se puede ganar perdiendo?

- Sí, claro, yo he ganado mucho perdiendo. Cuando perdemos aprendemos, cuando nos caemos nos levantamos, lo más importante es saber siempre por qué has perdido.

- Cuéntanos tu día a día que parece muy intenso, ¿no?

- Ufffff, ¿estás preparado? (ríe) Mira, me levanto pronto, levanto a los niños, organizo las tareas, desayunos, llevarlos al cole, luego a la concejalía, recogida de niños, preparar comidas, luego llevar a los niños a extraescolares, ir a entrenar, hacer la compra, sacar al perro … y puedo seguir (ríe).

- ¿Cuál es tu mayor lucha en ese día a día?

- Intentar llegar a donde quiero y no llegar. Debería de tranquilizarme un poco.

- ¿Consideras que puedes ser un referente para los jóvenes? ¿Qué quieres transmitirles? ¿No te abruma esa responsabilidad?

- Los jóvenes buscan referentes y a mí me gusta que tanto chicas como chicos me vean como algo a lo que llegar, es un orgullo para mí. Quiero ser el pequeño ejemplo de que si quieres, puedes llegar, que si tienen una meta, tienen que luchar por ella. Te crea mucha responsabilidad pero no me importa, porque me gusta lo que hago y cómo lo vivo, aunque me pueda equivocar alguna vez.

- Me imagino que más de uno pensara que el boxeo o los deportes de contacto no son la mejor manera de educar, ¿qué te parece?

- Creo que ya lo hemos comentado, parece algo muy agresivo pero hay pautas y reglas, siempre sabiendo que igual que das te pueden dar.

- Me imagino que del boxeo me podrás decir muchas cosas buenas pero ¿cuáles no te gustan?

- Muy fácil, esta claro que boxear y tener relaciones sociales (comidas, cenas, reuniones grupales…) o de ocio son incompatibles. Te quita mucho tiempo, a nivel de alimentos te limita mucho, puedes tomar una caña pero sin tapa, puedes ir a cenar pero después no hay copa…y eso me limita a mí y a mi familia si quieren estar conmigo. Las exigencias son muy grandes.

- ¿Qué golpes llevas mejor, los del boxeo o los de la política?

- Cuando entras aquí ves cómo es la política, aun hoy día hay cosas que me resultan raras y difíciles de comprender, pero en mi caso todos saben cómo pienso y por lo que estoy aquí, para ayudar.

Miriam Gutiérrez con el autor de esta entrevista.

- ¿Cuál ha sido tu mayor triunfo en la vida?

- (Sonríe con satisfacción) Criar estos dos niños que tengo y haber podido crear una familia, ese es mi mayor triunfo.

- Y ¿el mayor fracaso?

- No saber lidiar con ciertos problemas que te da la vida, no saber cómo solucionarlos como se debería.

- Cuéntanos que son esos tatuajes que te acompañan

- Cada uno tiene su significado (me los muestra con orgullo ). Uno, con el nombre de mi niña, con la flor del pensamiento que fue precisamente su llegada, como un ángel para sacarme de donde estaba; luego, tengo una rosa con espinas con las que nos llevamos algún pinchazo pero con un  nombre muy grande que es “resiliencia”; otro, con el nombre de mi niño y un chupete, porque es mi bebé; detrás tengo una leona porque entiendo que la vida hay que cogerla como ellas; en toda la pierna derecha, tengo una geisha (mi tía) y dos carpas, una sonriente que es mi niña y mucha  simbología.

- Violencia machista, ¿crees que el hombre también sufre violencia?

- Por supuesto que la hay, no igual de visible, pero sí existe. El hombre también sufre y por eso a mí me gustaría que al igual que hay una concejalía de mujer hubiera una de hombre, ¿no queremos igualdad?  Pues que sea para todos. Yo tengo niño y niña y me gustaría que los dos estuviesen igual de protegidos.

- ¿Cómo ves el boxeo hoy día?

- Muy bien, cada vez hay más afición, más campeones… Lo veo muy bien no solo a nivel de competición sino de simple aficionado también.

- Una pregunta quizá incomoda, ¿el boxeo no te sirvió para defenderte de tu peor rival en ese momento terrible de tu vida?

- ¿Te defenderías con un golpe en el suelo y con una gestación de ocho meses?, ¿contra una persona que te saca más de cabeza y media? Ahí tienes la respuesta.

Una imagen simpática de Miriam.

- ¿Un sueño por cumplir?

- En el boxeo, ser campeona mundial, lo tengo en mi cabeza y no se me quita… Este año subo a peso ligero y espero conseguirlo y traerlo a casa. En lo laboral, seguir ayudando a mucha más gente y en lo personal, continuar adorando a mi marido y ver a mi hijos seguir creciendo con salud.

- Por último, ¿cómo vives esta pandemia?

- Al boxeo le ha afectado muchísimo, se está llevando por delante a muchos boxeadores que no pueden dar salida a sus expectativas. A nivel personal, fatal, he tenido momentos de mucha ansiedad, con miedos e incertidumbres… echo de menos abrazar, besar…

Grande, muy grande Miriam. Alegre, simpática, vital, muy vital, es un ejemplo para todos y me ha hecho vivir una de las entrevistas más entrañables de las que he realizado. Solo espero poder asistir a su triunfo en el boxeo, porque en el ámbito personal ya es una auténtica campeona.

 

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