La medida anunciada por Medina Cantalejo para la próxima campaña no disipa las dudas y habrá partidos por encima de los 100 minutos, con el añadido
Las estadísticas demuestran la pérdida de interés de los jóvenes por el fútbol cuando comienza LaLiga

“Los jóvenes ya no tienen interés por el fútbol”, una frase que el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, utilizó para justificar la creación de la Superliga allá por 2021. Lejos queda aquel intento de la élite del fútbol europeo por crear una competición en la que solo jugase esa élite. Al final acabaría habiendo un Bayern – Real Madrid por semana, una manera, según Florentino Pérez, de reenganchar a un público que pierde más interés cada temporada.
Es cierto que el fútbol ha mutado, mejor dicho, ha evolucionado. Todos los deportes lo han hecho, la globalización e internacionalización han aportado grandes cosas al balompié, pero también ha erosionado uno de sus puntos vitales: la relación con el aficionado.

Florentino Pérez, presidente del Real Madrid.
Hay algo de verdad en la frase que abre este artículo, pero no es que al público le haya dejado de gustar al fútbol. El propio deporte ha evolucionado con la aparición del VAR, y muchas instituciones o plataformas lo han convertido en un producto de lujo. Se ha pasado de ver la máxima competición de clubes a nivel europeo en abierto por la televisión, a quedarse con un partido de la competición doméstica los viernes o lunes por la noche. Son algunos de los motivos porque el público no consume tanto fútbol y las previsiones no auguran una pronta recuperación.
Adiós al fútbol en abierto
La temporada 2017-2018 fue la última en la que el torneo más importante del viejo continente a nivel de clubes, la UEFA Champions League, dejó de verse en abierto en el territorio nacional. El 27 de mayo de 2018, Antena 3 retransmitía la última final del torneo en abierto, pese a que en la última campaña lo hiciese RTVE.
Por aquel entonces, el canal propiedad de Atresmedia era el único que retransmitía en abierto un partido de cada jornada entre semana de la competición europea. Un auténtico reclamo para los espectadores y uno de los productos más potentes de la cadena. En la edición de aquel año, Antena 3 retransmitió 44 partidos y obtuvo cifras por encima de los seis millones de espectadores por encuentro.

Antonio Esteva y Marcos López, narrador y comentarista de la Champions Total.
La pérdida del fútbol en abierto es uno de los principales problemas para la captación de nuevas generaciones. Para lograr entender el impacto y acabar de contextualizar los datos anteriores, se tomará como ejemplo la última final de Champions entre el Manchester City e Inter de Milán y sus datos de audiencia.
La corporación de RTVE ofreció la cita a través de su principal canal, La 1. La cadena público obtuvo de media un 31.6% de cuota de pantalla, es decir, reunió más de 3.500.000 espectadores durante su emisión. Si trasladamos esos datos a la audiencia de Movistar Plus+, el principal competidor y el operador que retransmite la temporada regular, la audiencia sufre una caída importante. Movistar registró un 5% y algo más de medio millón de espectadores. Unos datos que evidencian que no hay pérdida de interés, sino dificultad a la hora de acceder al producto.

Trofeo de la UEFA Champions League en la final de 2023.
Otra parte del problema se encuentra en los precios de los paquetes de las teleoperadoras que incluyen estas competiciones. El paquete de Movistar, principal operador con derechos de las grandes ligas y disciplinas europeas, ronda los 43€ mensuales. Mientras que el paquete Esencial de DAZN cuesta 29,99€ al mes.
Un fútbol menos atractivo
En España hay un problema respecto al tiempo de juego efectivo, sigue estando a la cola de las grandes ligas europeas, con un registro de 53 minutos y 36 segundos de media. Es decir, menos tiempo, menos goles y ocasiones. En el resto de Europa se juega más: Inglaterra se lleva el podio con sus 57 minutos y 54 segundos de media, seguida de Francia (55:55 minutos), Italia (54:54) y Alemania (54:04).
La llegada del VAR ha hecho mella en esta estadística, es natural la pérdida de tiempo mientras el colegiado revisa la jugada en el monitor. Un tiempo que se añade al final de cada parte. Sin embargo, el propio Medina Cantalejo, presidente de los árbitros en España, llamaba a minimizar dichas pérdidas de tiempo: “cuando el VAR interviene mucho es que algo pasa, pero los árbitros deben tener mayor capacidad para tomar determinaciones”.

Medina Cantalejo, presidente del Comité Técnico de Árbitros.
Al mismo tiempo, Medina Cantalejo se mostraba tajante ante esa pérdida de tiempo y anunciaba una medida a modo de compensación: “si en el chequeo de un gol por el VAR se pierden 2 o 3 minutos, serán 2 o 3 minutos más en el añadido”. Una medida que se aplicó en el Mundial de Qatar y que no resultó un éxito al verse tiempos añadidos de siete u ocho minutos, que estiraban los encuentros por encima de los 100 minutos de juego.
Una cantidad que no resulta útil, si se tiene en cuenta uno de los últimos encuentros de la competición doméstica: Valladolid – Getafe. Pucelanos y azulones se jugaban la permanencia en 1ª División y pese a disputarse más de 103 minutos de partido, apenas se jugaron 49 minutos y 12 segundos de tiempo efectivo.
A la cola de Europa
A los factores mencionados hasta ahora se les suma el escalofriante dato de faltas pitadas y tarjetas rojas mostradas en España respecto a Europa. La competición doméstica es la que más infracciones ha señalado en el viejo continente, con un total de 9.480. La diferencia con la Premier es abismal, 7.835 registra el campeonato inglés. Además, dentro del Top10 de infracciones cometidas por equipos, seis son españoles, la Real Sociedad el que más.

Carlos del Cerro Grande expulsando a un futbolista del Sevilla en la temporada pasada.
En 380 partidos que se han disputado en la 1ª División de España, los colegiados han mostrado 137 tarjetas rojas. Puede ser una cifra que no sorprenda, pero es un récord de los últimos 10 años y en comparación los vecinos europeos, el dato toma mayor relevancia. Inglaterra, con el mismo número de partidos, tan solo ha mostrado 30 cartulinas rojas. La Serie A es la que más se acerca y registra 69 rojas.
No es un reglamento diferente, pero sí una aplicación del mismo distinta, visto los casos de las diferentes ligas. Una serie de acciones que repercuten directamente en el juego.