25 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El colombiano consiguió sus mayores éxitos con Emilio Sánchez Vicario y descubrió a jugadores como Andy Murray o Grigor Dimitrov

El tenis llora la muerte de 'Pato' Álvarez, el preparador que cambió la historia de este deporte en España

'Pato' Álvarez.
'Pato' Álvarez.
El tenis español llora la pérdida de uno de sus héroes que cambió el rumbo de su historia. William ‘Pato’ Álvarez, extenista y técnico colombiano que aterrizó en nuestro país a principios de la década de los setenta, revolucionó este deporte con sus técnicas de entrenamiento y se hizo un hueco entre los mejores entrenadores del mundo. Falleció el pasado sábado a sus 87 años en Barcelona.

El histórico entrenador colombiano de tenis William 'Pato' Álvarez falleció el pasado sábado en Barcelona a los 87 años. La pista era su casa. En toda su vida y hasta un par de días antes de su fallecimiento, el ‘Pato’ Álvarez (Medellín, 1935) nunca faltó a un entrenamiento y aún se le podía ver en la Academia de Emilio Sánchez en Gavà.

Antes de iniciar su carrera como entrenador en España en los años 70, el sudamericano, que dejó el profesionalismo en 1972, fue un destacado tenista en Colombia, ocho veces campeón de su país, al que defendió en la Copa Davis.

Tras su retirada como jugador profesional comenzó a formarse como entrenador, donde dejó una huella imborrable. Álvarez fue el entrenador de jugadores destacados del tenis español como Emilio Sánchez Vicario, Sergio Casal, Joan Balcells, Tomás Carbonell, Jordi Burillo, Julián Alonso y Juan Viloca, entre otros. Décadas después, el ‘Pato’ formó parte de la academia Sánchez-Casal donde participó en la formación de tenistas de talla mundial como Andy  Murray, Grigor Dimitrov y Juan Mónaco.

Muere el entrenador colombiano de tenis William 'Pato' Álvarez

'Pato' Álvarez.

El tenista de la generación de Manolo Santana y Andreu Gimeno, ‘el pantera’, como le llamaban sus jugadores, se jactaba de ser “el mejor entrenador del mundo”. Y algo de razón debía de tener viendo su dilatada carrera. Su exitosa trayectoria a pie de pista le permitió ser posteriormente director técnico de la Federación Española de Tenis.

A todos los he hecho tenistas profesionales”, decía con orgullo. El mismo sentimiento que mostraba por "descubrir" a Andy Murray y Grigor Dimitrov que, en edad júnior, trabajaron con él y sufrieron la exigencia de sus duros entrenamientos.

De todos ellos, Emilio Sánchez fue su mejor obra. Lo descubrió de jovencito, con apenas 12 años, cuando su padre lo llevó a entrenar con él al CT Pedralbes. Desde entonces guió su carrera y le protegió como un segundo padre. Bajo sus directrices, Emilio Sánchez conquistó 15 títulos individuales ATP y 50 en dobles, la mayoría junto a Sergio Casal, con quien fue número 1 mundial y ganaron la plata en los Juegos de Seúl en 1988.

“Adiós WP, usted marcó mi vida desde joven, me ayudó a encontrar mi mejor yo, me enseñó a tener pasión por competir, a dar lo mejor de mí sin mirar alrededor. Usted deja un legado muy importante en el mundo del tenis, me ocuparé de que siga en el tiempo y se recuerde, DEP”, se despedía de su mentor, Emilio Sánchez Vicario, en un tuit. 

El “lado menos bueno”

"Hoy recordaré todo lo bueno, lo malo lo discutiremos en el cielo, pantera…”, escribió en un tuit Tomás Carbonell tras conocer su fallecimiento.

Ese “lado no tan bueno” marcó también una carrera polémica. O estabas a su lado o en contra. No había medias tintas en su relación con los jugadores, a los que se entregaba y defendía con uñas y dientes, capaz de cualquier cosa.

A su grupo les llamaban en el circuito ‘los patitos’ y durante años rivalizaron con el grupo de Lluis Bruguera, que entrenaba entonces a Joan Aguilera, Fernando Luna, Jordi Arrese y a la joven promesa, Sergi Bruguera. El que sería después doble campeón de Roland Garros sufrió el boicot de los jugadores de ‘Pato’ Álvarez cuando Manuel Orantes lo eligió para debutar en el equipo de Copa Davis, algo que le hizo más fuerte.

El pasado sábado el 'Pato' dejó este mundo después de una vida dedicada a la raqueta.

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