29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

Además, los centros deportivos municipales están siendo los grandes perjudicados por las constantes prohibiciones administrativas

Padres, asociaciones y clubes se rebelan contra las numerosas restricciones al deporte escolar por la pandemia

La mascarilla se ha convertido en un instrumento habitual de los entrenamientos deportivos.
La mascarilla se ha convertido en un instrumento habitual de los entrenamientos deportivos.
La pandemia está limitando ostensiblemente las actividades deportivas del ámbito escolar. En regiones como el País Vasco están paralizadas para los menores de 16 años y hasta 235 entidades han suscrito un documento para mostrar su desacuerdo con esta disposición. En otras autonomías de España los padres se ven obligados a reestructurar su vida laboral y gestionar la frustración en sus hijos, al tiempo que las entidades deportivas sufren los efectos económicos de las medidas.

El coronavirus está poniendo en jaque al mundo del deporte a todos los niveles. En este sentido, elcierredigital.com ya informó sobre la manifestación que el pasado 14 de noviembre convocaron trabajadores de centros deportivos para protestar contra el cierre de muchas de sus instalaciones cuando únicamente un 0,22% de los positivos están vinculados al ejercicio físico practicado en las mismas.

Además, este medio analizó en su momento las polémicas directrices gubernamentales que recomiendan utilizar la mascarilla en el deporte aficionado, una disposición que afecta especialmente a los niños y que cuenta con defensores y detractores a partes iguales.

Y es que precisamente los jóvenes son los que más están notando las restricciones del Ejecutivo en materia deportiva. La situación ha generado una especial controversia en el País Vasco donde hasta 235 Asociaciones de padres y madres de alumnos, asociaciones deportivas y clubes de la región han suscrito un documento de protesta contra la suspensión del deporte escolar y federado para los menores de menos de 16 años, que entró en vigor el pasado 7 de noviembre en esta zona.  

Desde entonces, la frustración ha ido en aumento y los colectivos implicados en la elaboración del documento contra la disposición del Ejecutivo Vasco han emitido un comunicado en el que defienden que el ínfimo porcentaje de transmisión del virus en el ámbito deportivo permite “convivir” con la pandemia sin empeorar la situación general.

Además, entienden que el Gobierno vasco no ha tenido en cuenta las dificultades extra que han tenido a la hora de planificar la temporada y lamentan lo que consideran un agravio comparativo con respecto a otros sectores: “en otros ámbitos sociales el contagio es más alto y se funciona”.

Los niños deben adaptarse a la "nueva normalidad" deportiva.

Por todo ello, instan a la “reflexión” y advierten de las amenazas que podrían derivarse de su suspensión: “No reanudar la práctica del deporte escolar y federado traerá consigo vaciar de deportistas los clubes y asociaciones, que la gente no siga en el deporte y con ello unos hábitos más individualistas y asociales y menos saludables”, sentencian.

Pero los problemas no solo se reducen a Euskadi. En otras comunidades, especialmente en Madrid, el aumento de casos por la segunda ola de la pandemia supuso la suspensión de la competición federada y también de los entrenamientos.

Esto no solo conlleva un desajuste mental para los menores, que deben canalizar sus impulsos de actividad en casa, sino que, en muchas ocasiones, también pone a los padres en una situación muy comprometida, pues muchos de ellos contaban con las horas extraescolares de sus hijos como recurso para poder conciliar su vida laboral.

Del mismo modo, hay que tener en cuenta la vertiente económica de esta problemática. Los clubes han desplegado políticas distintas con respecto a las restricciones. Muchos de ellos han decidido devolver las cuotas pagadas hasta que se recupere la actividad. Otros, no pueden hacerlo al depender su subsistencia de ello. Por ende, con frecuencia se han generado situaciones de tensión.

En este sentido, un ejemplo sería, según informa el diario El Periódico, la Federación Catalana de fútbol. La institución habría apremiado a los padres para pagar las fichas y el seguro de los niños con el objetivo jugar una serie de partidos amistosos. Poco después, se anunció la cancelación de las ligas. Ahora, algunos padres han mostrado su malestar al respecto, pues consideran que el proceso podría haberse llevado a cabo de forma más gradual.  

Una actividad esencial

La iniciativa de estas 235 entidades vascas vinculadas al ámbito deportivo está en consonancia con las que han sido puestas en marcha en los últimos días en otros puntos de la geografía española. Hace apenas unos días, el Consejo General de la Educación Física y Deportiva (COLEF), pedía el estatus de actividad esencial para la práctica deportiva.

Para argumentar su postura, esta entidad conformada por educadores titulados en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte aludía al artículo 43.3 de la Constitución de nuestro país, que contempla la responsabilidad por parte de los poderes públicos de fomentar la educación física y el deporte.

Consideran el deporte como un instrumento de lucha contra la pandemia y recuerdan estudios en los que se demuestra que buena parte de los pacientes sufren de otros problemas sanitarios que el deporte ayuda a paliar y prevenir.

Los titulados en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte abogan por declarar el deporte como actividad esencial. 

Algunas formaciones políticas también apoyan la idea de otorgar al deporte el estatus de actividad esencial. Es el caso de Ciudadanos Teruel, que ha solicitado al Gobierno aragonés que flexibilice la decisión de clausurar centros deportivos, especialmente aquellos que se dedican a actividades terapéuticas o de rehabilitación.

Del mismo modo, el partido naranja, en palabras del concejal Carlos Aranda, ha recordado la relevancia económica del asunto: “Muchas empresas relacionadas con el deporte están a punto de quebrar y es necesario adoptar medidas que impidan la ruina de un sector importante, tanto para la economía como para la salud”.

En cualquier caso, la solución no es fácil, pues el problema cuenta con numerosas ramificaciones por resolver. Por tanto, habrá que ver cuál es la respuesta gubernamental a estas protestas en los próximos meses.

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