Wimbledon rompe su hermetismo de vestimenta tras más de un siglo
El prestigioso torneo de tenis inglés ha modificado su estricto decálogo de vestuario de 2014 en favor de la comodidad
A mediados del siglo XIX, concretamente en 1868, se fundó el All England Lawn Tennis y Croquet Club, conocido como All England Club. Un club privado de tenis con sede en Wimbledon, Reino Unido, el cual da nombre al prestigioso torneo en la actualidad. Su primera edición data de 1877 y, por tanto, se considera uno de los eventos deportivos más antiguos.
El decoro y la tradición inglesa crean un ambiente diferente alrededor de este torneo. Dos pautas que han creado controversia con el paso del tiempo. Pero para entender de dónde sale dicha polémica hay que fijarse en una de las características más emblemáticas de Wimbledon: el color blanco como eje del código de vestimenta.
La pulcritud de la sociedad inglesa de mediados del siglo pasado no casaba con la imagen de los tenistas empapados en sudor. Una sudoración natural derivada de la práctica deportiva. En 1963 y con el fin de dar una imagen de mayor decoro, se implantó la ropa blanca en la vestimenta de los jugadores de Wimbledon. Un color en el que la transpiración era menos visible. Sin embargo, tuvieron que pasar muchas décadas, hasta 2014, para que se crease una normativa específica.
Los 10 puntos del reglamento
Un decálogo que se encuentra disponible en la página web del torneo y en el cual, se hace referencia a toda la ropa. Una vestimenta que abarca desde las prendas utilizadas durante los partidos, a chándales y demás indumentaria utilizada en las instalaciones de The Championship:
- Los competidores deben estar vestidos con ropa de tenis adecuada, que sea casi completamente blanca y esto se aplica desde el punto en el que el jugador ingresa en el perímetro de la cancha (sesiones de entrenamiento incluido).
- Blanco no incluye blanco marfil ni blanco crema.
- No debe haber grandes zonas de coloración. Se acepta un solo ribete de color alrededor del cuello y del puño de las mangas, pero no debe tener más de un centímetro de ancho.
- El color contenido en los patrones se medirá y debe estar dentro de la guía de un centímetro. Los logotipos formados por variaciones de material o patrones no son aceptables.
- La parte trasera de una camisa, vestido, top de chándal o suéter debe ser completamente blanca.
- Los pantalones cortos, faldas y pantalones de chándal deben ser completamente blancos, excepto por un solo borde de color en la costura exterior que no sea más ancho que un centímetro.
- Las gorras (incluida la parte interna de la visera), las cintas para la cabeza, los pañuelos, las muñequeras y los calcetines deben ser completamente blancos, excepto por un solo borde de color que no sea más ancho que un centímetro
- Los zapatos deben ser casi completamente blancos. Las suelas y cordones también. No se recomiendan los logotipos de grandes fabricantes. Además, el calzado para pistas de césped debe cumplir con la reglas del Grand Slam.
- Cualquier ropa interior que sea o pueda ser visible durante el juego (incluso si se debe a la transpiración) debe ser completamente blanca, excepto por un solo borde de color que no incumpla la regla del centímetro. Se requiere estándares comunes de decencia en todo momento.
- Los soportes y equipos médicos deben ser blancos si es posible, podrán ser de color si absolutamente necesario.
Un decálogo muy estricto y rígido que se ha visto modificado en la actual edición por primera vez en la historia. Las protestas desde el sector femenino del torneo han surgido efecto. Unas protestas relacionadas con el ciclo menstrual de las deportistas y el punto número nueve de la normativa.
Voces como las de Judy Murray y Billie Jean Kin han abanderado la búsqueda de soluciones. “Creo que más jugadores deberían hablar abiertamente sobre el trauma que puede causarte si vistes toda de blanco y tienes una pérdida mientras juegas. No puedo pensar una experiencia más traumática que esa”, declaraba Murray a finales del año pasado.
La edición de 2023, la número 136, dio el pistoletazo de salida el pasado lunes día 2 de julio con el punto nueve modificado. “A finales del año pasado se anunció un cambio en la regla de vestimenta blanca para las mujeres. Las jugadoras ahora pueden usar ropa interior de color semioscuro si así lo desea. Los requisitos para otras prendas, accesorias y equipos permanecen sin cambios”, señalaba la organización.
Un cambio histórico en la rigidez pautada por Wimbledon, que aún así implementa especificaciones en la norma, como que las jugadoras pueden "llevar culottes de color medio u oscuro siempre que no sean más largos que sus pantalones cortos o falda".
2014, año de la discordia
El año en que se aprobó el decálogo ya hubo las primeras polémicas graves sobre su aplicación. La estrella británica de aquella edición, Naomi Broady, se vio obligada a jugar un encuentro de segunda ronda sin sostén. Una situación que provocó el rechazo de un ganador del torneo como el australiano Pat Cash. “Creo que algunas de las chicas no tenían sostenes deportivos adecuados y tuvieron que prescindir de ellos. Se ha vuelto absolutamente ridículo”, declaró por aquel entonces a la BBC Radio 5 Live.
Un episodio similar vivió Venus Williams. La estrella estadounidense se vio obligada a cambiarse el sostén en el descanso de un partido, después de que los tirantes del mismo – de color rosa – se vieran durante el encuentro. “A algunas chicas se le has dicho que se cambien el sostén y las blusas porque tenían un poco de color”, declaró Pat Cash tras el incidente.
Una norma que muchos profesionales del mundo tenístico han calificado de “arcaica” o “ridícula”. Ahora, en 2023, el All England Club ha accedido a modificar ligeramente su decálogo.
Más noticias: