La tragedia del Estadio Heysel a los 40 años: Así la vivió el periodista Jesús Álvarez

En el mundo del deporte también tiene sus partes de luz y sus zonas oscuras. El 29 de mayo de 1985 se vivió uno de los episodios más fatídicos en la historia del deporte rey. 39 personas fallecieron tras el suceso ocurrido en el estadio Heysel, ubicado en Bélgica.

Fue el día en que se celebraba la final de la Copa de Europa entre Liverpool y Juventus. Lo que parecía un día de espectáculo, se convirtió en una de las noches más negras en la historia de este deporte. Sucedió antes del partido en las gradas del estadio, y a pesar de las muertes, se terminó jugando la final.

Contexto del encuentro

Liverpool y Juventus ya se habían enfrentado esa temporada en la Supercopa de Europa en enero. El Liverpool como vencedor de la Copa de Europa y la Juventus como ganador de la Recopa. Ganaron los italianos la competición que se decidió a partido único por acuerdo entre ambos clubes. 

Este incidente ya caldeó el partido, ya que los ingleses querían demostrar quiénes eran los mejores en este juego. Inglaterra había visto cómo equipos de su país se llevaban siete de las últimas ocho Copas de Europa. El Liverpool fue campeón de la anterior edición contra la Roma, ganando en la final en el estadio de los italianos. 

Al término del partido, varios aficionados ingleses sufrieron agresiones y vejaciones, lo que provocó su resentimiento. Como añadido al asunto, en Inglaterra estaban surgiendo los hooligans, que utilizaban el fútbol como excusa para realizar actos vandálicos y violentos. 

El trágico suceso de Heysel

La tragedia se produjo antes del partido en uno de los fondos del estadio, donde los aficionados no tenían asiento. Se repartieron entradas a ambos clubes, pero también se reservaron para el público local. Sin embargo, estas fueron mayormente adquiridas por ingleses e italianos, lo que provocó que no estuviesen separados.

Elcierredigital.com ha podido hablar con Jesús Álvarez, presidente de la Asociación Española de la Prensa Deportiva y testigo directo de los hechos de Heysel. Según Álvarez, que retransmitió el partido desde Bélgica, las medidas no eran las suficientes. "Vimos que había mucho público y había policía. Pero no había tantos efectivos policiales como cabía esperar, sabiendo la edición y el currículum que tenían los hooligans", relata.

Bajo los efectos del alcohol y la euforia del momento, los ingleses comenzaron lo que desenlazaría en un trágico suceso. Las aficiones estaban separadas por débiles vallas que fueron fácilmente derribadas.

Empezaron lanzando objetos sobre los aficionados italianos, que intentaron alejarse de los agresores. Este acto provocó que un gran número de personas quedasen atrapadas entre el muro final y las vallas que separaban las gradas con el campo, ocupando en gran parte el lateral. 

Estas vallas eran fijas y no tenían salida de emergencia. Algunos aficionados de otras zonas del campo se unieron para ayudar a sus compañeros de club. La seguridad intervino para que el incidente no fuese a más. Pero al cerrar la zona para que no entrase la gente, impidieron que otros saliesen. 

En ese sector del campo se quedaron encerrados un gran número de personas, lo que conllevó aplastamientos, crisis de ansiedad y asfixias. Se pudo evacuar a algunas personas, pero los agentes sanitarios no eran suficientes para atenderlos a todos. Se llegó a ver cómo otros aficionados les ayudaban con primeros auxilios a los accidentados más graves. 

Comenzaron a llegar las ambulancias, pero la tragedia ya había sucedido: 39 personas perdieron la vida. La mayoría de fallecidos fueron italianos, un total de 32. Algunos por asfixia, otros por caer al vacío tras la fractura del muro lateral y otros al ser pisados por los aficionados que corrían por salvar sus vidas.

A pesar del suceso, la final no se suspendió. El encuentro se retrasó una hora y media, pero se terminó disputando, incluso habiendo fallecidos en zonas del estadio. La Juventus ganó el partido con un único gol de Platini desde los once metros. 

“Yo los conté a los fallecidos personalmente, tuve que hacerlo para dar información y estaban tapados con sábanas. A mí me pareció una barbaridad que se jugara el partido después. La UEFA pensó que si no se seguía adelante, y se explicaba el porqué, iba a ser peor que si se jugaba”, añade Álvarez.

Para los periodistas que estaban cubriendo el evento también fue duro. Jesús Álvarez, como testigo y periodista añade lo siguiente: “Lo hemos informado porque somos periodistas y teníamos que hacerlo. Pero no era consciente en ese momento de la repercusión que podía tener y de cómo nos podía afectar. Seguramente, al día siguiente o a los dos días estaba más afectado que cuando estaba viviéndolo en directo.”

Las consecuencias de la tragedia

Después de lo ocurrido, 14 aficionados del Liverpool fueron condenados por homicidio involuntario y cumplieron menos de dos años en prisión. El suceso dejó varias consecuencias, entre ellas, la prohibición de acceder con botellas de cristal a los estadios.

También se estableció que las aficiones rivales estuviesen separadas por cordones de seguridad. Y se eliminaron las zonas en la que los hinchas tenían que ver el fútbol de pie. 

Se instauró una prohibición a los clubes ingleses de participar en competiciones europeas por cinco años. Para el Liverpool inicialmente era de diez, pero fue reducida a seis. 

“Los clubes tienen que ser responsables de sus aficionados. Si sabes que tu afición tiene hooligans descontrolados y te van a formar un lío en cualquier sitio donde vayan, tienes que prescindir de ellos. A mí no me pareció mal que les sancionaran”, declara el presidente de la Asociación Española de la Prensa Deportiva.

Esta sanción generó que la liga inglesa perdiese valor, ya que muchas de sus estrellas emigraban a otros países para poder jugar en Europa. “Heysel nos abrió los ojos de cómo era el deporte, cómo era el fútbol”, declara Álvarez.

En memoria de lo ocurrido, este jueves 29 de mayo se rendía homenaje a las personas fallecidas en el fatídico suceso hace 40 años.