Los pelotazos de Jorge Mendes: De Cristiano Ronaldo a Ansu Fati
Ansu Fati es una de las últimas adquisiciones de Jorge Mendes y su agencia Gestifute
El fútbol es el indiscutible deporte rey en nuestro país. Alrededor de la competición existen múltiples intereses, pues el negocio que genera es descomunal. Por tanto, detrás de las cuestiones meramente deportivas existe un importante submundo que canaliza todos los beneficios. En este contexto, la figura de los grandes agentes es fundamental. Y, en este sentido, si hay un individuo que destaque sobre los demás, ese es Jorge Mendes.
Este portugués es, sin lugar a duda, el agente futbolístico más importante del planeta. Su trayectoria es amplísima y, a lo largo de la misma, ha representado a jugadores de la talla de Radamel Falcao, James Rodríguez, Keylor Navas y, sobre todo, el cinco veces balón de oro Cristino Ronaldo. Una de sus últimas “incorporaciones” es el delantero del FC Barcelona, Ansu Fati.
Este joven, nacido en Guinea-Bissau, es un auténtico prodigio que con tan solo 17 años ya es una de las referencias en ataque del conjunto de la ciudad condal. Su desparpajo no ha pasado desapercibido para el ojo de Mendes, que pronto llegó un acuerdo con el futbolista y su entorno para gestionar su representación.
El portugués es un auténtico tiburón en lo que a las grandes operaciones futbolísticas y, por ende, el club blaugrana, ahora que la cotización de su perla más preciada está subiendo como la espuma, tendrá un duro negociador enfrente a la hora de poner en marcha cualquier modificación contractual.
De hecho, según ha trascendido en las últimas semanas, Mendes no habría permanecido precisamente inmóvil en lo que concierne a Ansu Fati y ya habría informado al Barça de una presunta oferta de 150 millones de euros por el jugador, aunque por el momento su continuidad en Cataluña está asegurada.
El gran negocio de los agentes de esta índole son las comisiones por los grandes traspasos en los que participan. Por tanto, más que porcentajes salariales de sus clientes (que también perciben), les interesa principalmente potenciar la movilidad de los jugadores. En ese escenario es donde encuentran el negocio más suculento y Ansu, sin ser todavía mayor de edad, tiene a toda Europa tras de sí. Habrá que ver cómo evoluciona la situación porque Mendes, de seguro, no se quedará de brazos cruzados.
Jorge Mendes, amo de la representación futbolística
La pandemia de coronavirus ha descafeinado en cierto modo el mercado de traspasos estival, pero como de costumbre Mendes ha mostrado su camaleónica capacidad para adaptarse a las nuevas circunstancias. En las operaciones que gestiona, su comisión es de alrededor de un 10%. Sabiendo esto y que durante el verano se ha involucrado en cinco traspasos de gran envergadura (Rubén Días, Diego Jota, Nelson Semedo, Trincao y Fabio Silva) por valor de 214 millones de euros, solo durante estos meses ha obtenido más de 20 “kilos”.
Y es que Mendes es el paradigma del empresario hecho a sí mismo. Hijo de un funcionario y una artesana, pronto ingresó en el mundo del fútbol, primero como jugador. Su calidad futbolística no era destacada. Sin embargo, su paso por los terrenos de juego le dio la visión empresarial que necesitaría posteriormente. Empezó explotando la publicidad estática de pequeños clubes y abrió algún que otro negocio. Pubs, videoclubs… su objetivo era otro, pretendía ser agente futbolístico.
El portero Nuno Espíritu Santo fue el primero al que encandiló para fichar por el Deportivo de la Coruña. A partir de ahí, se sucederían infinidad de jugadores. Para canalizar su actividad, creó en 1996 la célebre agencia de representación Gestifute, por la que recibe comisiones por derechos de imagen y sueldos de sus representados. Su gran acierto llegaría en 2003 con un joven de Madeira, Cristiano Ronaldo. Mendes representaría a CR7 en los traspasos hacia el Manchester United y el Real Madrid recibiendo en el camino millonarias comisiones.
Ansu Fati, el nuevo cliente de Mendes
El nuevo representado de Jorge Mendes tiene una historia muy particular. Ansu Fati empezó como punta, típico delantero africano portentoso, pero acabó como extremo gracias a su desborde y rapidez. El debut ha sido la recompensa a muchos años de esfuerzo en las categorías inferiores donde jugó. Con el Alevín A fue capaz de hacer 56 goles en una sola campaña.
Pero, para hablar de su reconocimiento en los últimos años, antes hay que viajar hasta su época de niño. Bori Fati, su padre, quien llegó a España hace 20 años buscando un futuro mejor, ha sido una persona clave durante su etapa como futbolista.
A la edad de 6 años, Ansu Fati aterrizó en la Sierra Sur de Sevilla, concretamente en Marinaleda. Ahí, su padre, por situaciones de la vida, conoció al entonces alcalde, Juan Manuel Sánchez Gordillo, el cual le ofreció un trabajo como conductor de un camión en la localidad más cercana, algo que aceptó Bori sin miramientos.
Por lo tanto, la familia Fati tuvo que mudarse a Herrera, un pequeño municipio sevillano de siete mil habitantes donde el pequeño Ansu comenzó a darle al balón vistiendo la camiseta de la Escuela de Fútbol Peloteros de Herrera. Tras tres años allí, el Sevilla se fijó en él, por lo que decidió ficharle. El niño firmó por un año, ya que en su familia eran conscientes de que valía para un conjunto de más relumbrón como el FC Barcelona o el Real Madrid.
Del Sevilla al Barcelona “pasando” por el Real Madrid
El director del conjunto hispalense, Ramón Rodríguez Verdejo, más conocido como “Monchi”, quiso prolongar su contrato, pero el padre no quería eso, sólo quería al equipo andaluz como trampolín para dar el salto a un club “más grande” que ya había llamado a su puerta.
“Estábamos en el Sevilla y el Real Madrid me ofrecía mejores condiciones que el Barça por mi hijo. Pero elegimos al Barcelona porque vinieron a mi casa con el contrato y me convencieron. Vino Albert Puig (cazatalentos del Barca) y me dijo que mi hijo tenía que fichar por ellos. Nos prometió que dentro de unos años lo veríamos en la élite, con el primer equipo”, afirmó Bori a la Cadena COPE.
Ante esta situación el Sevilla entró en cólera y decidió apartarlo del grupo hasta que se fuera a Barcelona, por lo que tuvo que buscarse la manera de seguir jugando al fútbol sin perder su talento y, es cuando entra en escena el Real Madrid. Una peña madridista llamada “Sextacampeones de Herrera” le ofreció jugar con ellos para diversos torneos, algo que aceptó el pequeño Ansu. Poco después el guineano se marcharía al Barcelona.
Años después se despejarían todas las dudas sobre su juego. Albert Puig tenía razón, había una estrella emergente en la cantera de La Masía. Ansu Fati aseguraba que le costaba comer y dormir antes del debut. “Miraba a mis padres, a mi familia, que son los que me han acompañado hasta llegar aquí. Ahora toca disfrutar el momento e insistir que sólo tengo palabras de agradecimiento”, declaró el joven jugador.
El reflejo de Bojan y Munir
Ante las situaciones como la vivida con Ansu Fati, todo el mundo se acuerda del delantero Bojan Krkic. La joven perla azulgrana lo consiguió todo con el club azulgrana e incluso llegó a debutar con la Selección Española. En su primera temporada (2007/08) hizo 10 goles en liga. Por su estética y su apariencia se decía que era el nuevo Leo Messi, pero su luz se fue apagando y las lesiones fueron haciendo mella en él.
Tras pasar por Roma, Ajax y Milan entre otros, e incluso volver a España para jugar en el Alavés, este verano se ha marchado al Montreal Impact canadiense de la Liga MLS norteamericana, un futuro totalmente distinto al que se vaticinaba en 2007 cuando se decía que incluso podría ser balón de oro.
Otro caso más reciente fue el de Munir El-Haddadi. El delantero nacido en Madrid, y con nacionalidad marroquí, tras pasar por las filas del Rayo Majadahonda, recaló en la cantera del Barcelona. En la temporada 2014/15 Luis Enrique sorprendió a todos poniéndole como titular en la primera jornada ante el Elche. El joven respondió con un gol. Pronto empezar a llamar a las puertas de la Selección donde llegó a debutar con Vicente Del Bosque, algo que le pasaría factura en el futuro.
El efecto Munir empezó dispersase y el Barcelona lo cedió al Valencia y más tarde al Alavés, donde recuperó medianamente su nivel, además de coincidir con Bojan. Actualmente es delantero del Sevilla. Pidió jugar el Mundial con Marruecos tras su buena temporada en el Alavés, pero la FIFA lo desestimó por haber jugado un encuentro oficial con España. Queda ver si el futuro de Ansu Fati cumple con las expectativas que han generado sus primeros pasos.
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