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Imagen de cuatro deportistas en diferentes disciplinas: un jugador de waterpolo, un boxeador, un ciclista y una esquiadora con una antorcha olímpica.
PIZARRA DEPORTIVA

Juguetes rotos del deporte español: El dramático final del waterpolista Jesús Rollán

Junto al exarquero de la selección otros casos como Urtain, Blanca Fernández-Ochoa, Lameda y 'El Chava' son recordados

La celebración de las Olimpiadas de 1992 celebradas en Barcelona fue el marco donde grandes estrellas del deporte nacional alcanzaron la popularidad. El exjugador de balonmano y posterior esposo de la infanta Cristina de Borbón Iñaki Urdangarin, el corredor Fermín Cacho, la tenista Arantxa Sánchez Vicario o algunos de los miembros del equipo masculino de Waterpolo.

La selección española masculina lograron la medalla de plata frente al equipo italiano y cuya presencia en el evento deportivo ha pasado a la historia del deporte nacional. Tal fue el impacto en el imaginario colectivo español, que los directores de cine Dani de la Orden y Alex Murrull llevaron al cine la historia del conjunto liderado por Dragan Matutinović.

A pesar de que la trama de la cinta ahondaba en las figuras de los waterpolistas Pedro García Aguado, interpretado por el actor Jaime Lorente y Manel Estiarte, encarnado por el intérprete Álvaro Cervantes no podían faltar el resto de miembros del equipo que elevó al waterpolo español a lo más alto. Uno de ellos es Jesús Rollán fallecido el 11 de marzo de 2006. El que fuera portero del conocido como ‘dream-team español’ decidió quitarse la vida y ha pasado a la historia como uno de los juguetes rotos del deporte internacional.

Flechazo con la infanta Cristina y problemas con las drogas 

La historia del waterpolista Jesús Rollán está marcada por un trágico y prematuro final. Era conocido como el ‘Guardián de la piscina’ además de por ser un gran compañero. Natural de la localidad madrileña de Aravaca, su vínculo al mundo del deporte comenzó desde su juventud. Era aficionado a jugar con amigos del barrio a deportes como el fútbol o el baloncesto aunque tras una lesión de ligamentos comenzó a interesarse por el waterpolo en el Club Natación San Blas. Posteriormente en el Club deportivo Vallehermoso donde sus compañeros le apodan como el “loco de Aravaca”. Su carisma no pasaba desapercibido.

Con tan solo 18 años destaca en el deporte acuático y obtiene una beca para ingresar en la prestigiosa Residencia Blume para deportistas de alto nivel localizada en la Ciudad Condal junto a su compañero de conjunto Pedro García Aguado. Ambos se incorporan a la selección nacional de Waterpolo y acumulan una serie de éxitos que conforman un brillante palmarés.

Joven y triunfador, Rollán debuta en los Juegos Olímpicos celebrados en 1988 en Seúl junto al conjunto de Matutinović. La década de los noventa supuso para el arquero la llegada de un sinfín de hitos que elevarían su carrera deportiva a lo más alto. Además de lograr varias copas de Europa y del Rey, Barcelona fue una de sus grandes conquistas en el terreno olímpico, al igual que Atlanta, los juegos donde junto al conjunto del croata logró el bronce.

Cuatro hombres con trajes formales y corbatas a rayas posan para una foto en un evento deportivo.
Jesús Rollán junto a algunos de sus compañeros de la selección como Manel Estiarte y Pedro García Aguado. | Archivo

Lejos del terreno deportivo, Rollán fue uno de los grandes amigos de la infanta Cristina a su llegada a la Ciudad Condal y de hecho, la hija del Emérito se enamoró locamente del waterpolista. El sentimiento era recíproco aunque por aquel entonces él tenía novia. Por aquel entonces Rollán compartió vivencias con Iñaki Urdangarin en la residencia Joaquín Blume. 

Tras los Juegos Olímpicos celebrados en Atlanta en 1996 Iñaki Urdangarin organizó una fiesta en el restaurante 'El Pou' del que era propietario junto a los deportistas Fernando Barbeito, Manuel Doreste y el abogado José Manuel Valades. Entre los invitados estaban la infanta Cristina y el waterpolista Jesús Rollán. Aquella noche, la infanta saludó personalmente al equipo de balonmano, quedó prendada de Urdangarín y Rollán pasó a la historia. 

Desde aquel momento la amistad comenzó a romperse ya que Rollán no figuraba como uno de los invitados a su enlace y el matrimonio le alejó de su vida e incluso  el exjugador de balonmano no intercedió por él como vicepresidente del COI cuando atravesaba un duro trance. Un episodio que le ocasionó mucho dolor. El matrimonio acudió roto al funeral del que fuera una de sus grandes amistades.

En los dosmil Rollán pasó de la gloria al ostracismo. Tras participar en los Juegos Olímpicos de Sidney y Atenas, decide retirarse. Había comenzado a consumir drogas y se había separado de su mujer Leticia con la que había sido padre de su hija Asia. Su dependencia había comenzado durante su etapa olímpica. Se había convertido junto a sus compañeros de equipo en estrellas del deporte nacional y desde muy jóvenes, comenzaron a manejar altas cantidades de dinero.

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Rollán tenía pánico a la soledad y por ello siempre estaba rodeado de gente que, en muchas ocasiones era considerada como malas compañías. Su familia y algunos compañeros de selección acudieron a su rescate. El waterpolista había reconocido su drogodependencia y gracias al programa Tutoría para Deportistas del Comité Olímpico Español pudo internar en el Balneario Blancafort localizado en el municipio de La Garriga (Barcelona). Falleció el 11 de marzo de 2006 tras precipitarse desde uno de los pisos del balneario catalán. Tenía 37 años y atravesaba una gran depresión. Según los rumores de la época, su muerte podría haberse incubado debido a que la Infanta Cristina, con quien tenía una amistad, prefirió al balonmanista Iñaki Urdangarín en vez de a Jesús.

De Blanca Fernández Ochoa a Urtain

El 31 de agosto de 2019 la Policía Nacional daba la voz de alarma, la exmedallista olímpica Blanca Fernández Ochoa había desaparecido una semana antes y se desconocía su paradero desde el 23 de agosto. La deportista había dejado el domicilio familiar de Aravaca donde vivía con su hermana y su cuñado y tomó su coche. A la familia le dijo que se iba unos días. Desde el principio Policía y Guardia Civil buscó en albergues y hoteles de Asturias y Cantabria, confundido porque Blanca había estado buscando alojamientos en esa zona por internet los días anteriores a su marcha.

La exesquiadora no llevaba móvil y tampoco se ha constatado el uso de ninguna tarjeta bancaria en estos días.El día 1 de septiembre la Guardia Civil encontraba el coche en un aparcamiento para senderistas en Cercedilla, en la sierra de Madrid, sin señales de violencia. Blanca había dejado allí el coche y se había internado en la sierra. Los investigadores comenzaron a sospechar que su desaparición había sido voluntaria y que la intención de la esquiadora era suicidarse en la montaña.

Comenzó entonces una carrera contrarreloj para dar con la deportista. En el dispositivo participaron un centenar de efectivos de Policía y Guardia Civil, que incluso compitieron entre ellos con medios técnicos y personal para encontrar antes a la deportista. Finalmente, un sargento de la Guardia Civil, Francisco Borreguero, adscrito al Servicio Cinecológico del madrileño cuartel de El Pardo, que no estaba de servicio, encontraba el cadáver de una mujer en el Pico de la Peñota en la Sierra de Guadarrama, donde no se habían hecho batidas hasta ese momento.

Persona sosteniendo una medalla olímpica frente a una llama olímpica.
La medallista Blanca Fernández Ochoa. | Archivo

El cuerpo fue "señalado" por su perrita Xena, de tres años, que vive con el sargento y fue entrenada por él para la detección de narcóticos, no para la búsqueda de desaparecidos. Aunque este funcionario estaba librando aquel día decidió acudir para ayudar en la búsqueda. Desde la Peñota se divisa Siete Picos, el lugar que tanto amó Blanca Fernández Ochoa y donde fueron esparcidas sus cenizas. La autopsia confirmó lo que se sospechaba, la esquiadora se había suicidado ingiriendo seis pastillas de Sinogan, un medicamento que utilizaba habitualmente para tratar su enfermedad diagnosticada desde que era niña.

El velatorio se instaló en Cercedilla el sábado 7 de septiembre durante 12 horas para que todo el que lo deseara pudiese despedirse de la esquiadora. Amigos, compañeros, deportistas, políticos y vecinos de Blanca Fernández Ochoa se acercaron hasta su capilla ardiente para saludar por última vez a la medallista olímpica. La incineración fue una ceremonia íntima, a la que sólo acudió la familia por expreso deseo de la misma.  Después, las cenizas, fueron esparcidas por la zona de los Siete Picos, las montañas que Blanca Fernández Ochoa veneraba y que conocía a la perfección.

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El boxeo español quedó conmocionado en 1992 cuando el púgil José Manuel Urtain se suicidó. Fue uno de los mejores boxeadores españoles de la historia ganando 56 peleas. El vasco peleó en seis ocasiones por el título europeo, el cual levantó tres veces. Un 21 de julio de 1992, Urtain, abrumado por las deudas y sin el respaldo de su mujer e hijo decidió suicidarse arrojándose por el balcón del piso donde vivía. Urtain dejó un legado a otros deportistas y en 2011 el director de cine Andrés Luque llevó su historia a la gran pantalla con 'Urtain', la película protagonizada por el actor Roberto Álamo quien se puso en la piel del boxeador.

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Al igual que Urtain o Rollán, José María Jiménez Sastre, alias “El Chava”, fue uno de los mayores talentos que dio el ciclismo español con varias victorias en la Vuelta a España. El corredor, originario de Ávila, era uno de los mejores escaladores, pero fue su retirada la que trastocó completamente su vida. “El Chava” entró en una profunda depresión, lo que le provocó una embolia que acabó con su vida en el año 2003. El cuerpo del ciclista fue encontrado en su casa de Madrid. Tenía 32 años y sólo llevaba un año retirado. 

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