Federico Martín Bahamontes, la leyenda viva del ciclismo español cumple 95 años
Fue el primer español en ganar el Tour de Francia en 1959, y actualmente está ingresado en el servicio de Rehabilitación
Federico Martín Bahamontes, apodado "el Águila de Toledo", es una leyenda viva en el mundo del ciclismo que el pasado domingo cumplió 95 años. A pesar de su estado de salud delicado, se encuentra bien mentalmente. Y es que recientemente tuvo un accidente doméstico en el que se rompió un hueso del pie. El suceso, agravado por un problema lumbar, ha hecho que se encuentre en una silla de ruedas, ingresado en el servicio de Rehabilitación del Centro Hospitalario Benito Menni de Valladolid.
Un 9 de julio de 1928 en Toledo, España, nacía el que sería uno de los grandes escaladores de la historia de este deporte, ya que su estilo agresivo y su habilidad excepcional para ascender montañas le llevaron a alcanzar la cima en la máxima competición del Tour de Francia en 1959.
Además, fue el primer español en ganar la competición francesa y el primer ciclista en recibir el reconocimiento de "Rey de la Montaña" en esta carrera. Su carisma y valentía al enfrentarse a las duras pendientes de los Alpes y los Pirineos lo convirtieron en un ídolo para los aficionados al ciclismo de todo el mundo.
A lo largo de su carrera, Bahamontes cosechó numerosos triunfos, incluyendo la clasificación de montaña en el Tour de Francia en seis ocasiones, así como victorias en el Giro de Italia y la Vuelta a España. Su estilo de pedaleo característico, con el torso erguido y los ojos fijos en la carretera, se convirtió en su sello distintivo.
Considerado un hijo de la guerra y, por tanto, un superviviente, luchó contra todo y contra todos, ya que compitió con el peor equipo, equipamiento e incluso con los peores alimentos. Pero a Bahamontes le dio igual, porque su naturaleza era la de arremeter como un águila contra las adversidades.
Tampoco hay que olvidar su papel de precursor, porque fue el hombre que en el año 59 abrió España al mundo del ciclismo con una competición desconocida para los españoles como lo era el Tour de Francia que, entonces, se corría por naciones. Porque el Tour siempre ha sido su competición fetiche, donde ha dejado anécdotas inolvidables, como cuando durante el ascenso a la cima de la Romeyere decidió hacer una pausa para disfrutar de un helado sin mostrar ninguna prisa.
“Tenía que esperar al coche de equipo, pues tenía la rueda con dos radios rotos, cuando observé un puesto de helado. Paré un instante en él, al mismo tiempo que intentaba en francés pedir un helado, pero todavía no dominaba bien el idioma, con lo que moví las manos para que se me entendiera. Era un helado con dos bolas de vainilla, que tomé con el mayor placer del mundo fruto del inmenso calor”, relata Bahamontes en su biografía de cómo se fraguó la mítica historia del helado en el Tour de Francia.
De hecho el Tour de Francia ha decidido rendirle un conmovedor homenaje (Es el ganador del Tour de mayor edad que sigue vivo), donde se ha recordado su histórica victoria en la etapa de montaña que se disputó el pasado domingo en la competición gala.
Homenaje a Bahamontes
Por su parte, la ciudad natal de Bahamontes también quiso rendirle un hermoso tributo en ese día tan especial, con su alcalde Carlos Velázquez a la cabeza. Durante la jornada dominical, se llevaron a cabo diversos actos conmemorativos en honor al "Águila de Toledo", como una ruta desde el Paseo Merchán hasta la propia escultura de la leyenda deportiva. También se destacó la importancia y el legado que Bahamontes ha dejado en el mundo del ciclismo y cómo su espíritu valiente y tenaz sigue siendo una fuente de inspiración para los amantes de este deporte y las generaciones venideras.
El alcalde expresó su pesar por la ausencia del deportista en un día tan importante para la ciudad, acto al que no pudo asistir el ciclista por problemas los problemas de salud antes referidos. "Seguro que le van a llegar estas imágenes, seguro que le va a llegar este testimonio y le va a hacer muy feliz". Y es que Bahamontes, que se encuentra en una situación muy delicada de salud, actualmente vive en Valladolid, en una residencia a la que su hija Victoria asiste asiduamente para verlo.
Al final del acto, las autoridades locales colocaron una corona de laurel en la estatua conmemorativa del deportista. Acompañando al alcalde, se encontraban el secretario del club Peña Bahamontes, Faustino Suárez, y el director de la Fundación Soliss, César María Duro. Este último acto ha reafirmado el reconocimiento de la comunidad hacia Bahamontes y ha sido un momento significativo para recordar y celebrar su contribución al mundo del ciclismo.
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