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Un jugador de fútbol con uniforme rojo y verde patea un balón en un estadio durante un partido.
PIZARRA DEPORTIVA

Cristiano Ronaldo da positivo por COVID-19

La Serie A juega con 30 positivos; las ligas españolas aplazan partidos.

El arranque de la temporada 2020/21 en el ámbito deportivo deja una lectura muy clara. Las noticias sobre positivos por Covid-19 por parte de deportistas profesionales van a ser la tónica general de todo el curso. Ciertamente, las distintas federaciones han realizado un esfuerzo por implantar protocolos eficaces que eviten, en la medida de lo posible, posibles contagios. Pero nada parece frenar la capacidad de propagación de la pandemia. Si añadimos a este hecho el obligado movimiento de los deportistas para cumplir con sus compromisos profesionales, la dificultad para lograr un normal funcionamiento de las competiciones aumenta exponencialmente.

La lacra de la pandemia no hace distinciones. Algunos de las grandes figuras del deporte a nivel mundial pueden dar cuenta de ello. El último caso es el del futbolista portugués Cristiano Ronaldo. La Federación Portuguesa de Fútbol informó en un comunicado de que el astro luso había dado positivo por Covid-19, algo que le impidió jugar el partido del miércoles ante Suecia, y que, previsiblemente, no le permitirá afrontar otros compromisos futuros con su club, la Juventus de Turín. Ronaldo, que es el tercer jugador de la expedición portuguesa que da positivo, no ha experimentado síntomas y se encuentra actualmente aislado.

La situación es doblemente complicada porque, al parecer, el delantero había abandonado otra cuarentena generada a su vez por varios positivos en el cuerpo técnico de su club para concentrarse con su selección en Lisboa. Precisamente la liga que disfruta los goles del cinco veces balón de oro, la Serie A italiana, atraviesa una delicada coyuntura como consecuencia de la pandemia. Actualmente, ya hay confirmados 30 positivos en la competición.

Jugadores de fútbol celebrando un gol en el campo.
Los positivos continuos en la Serie A amenazan la competición. | El Cierre Digital

Casi la mitad de ellos pertenecen al Génova, equipo en el que nada menos que 14 jugadores están infectados, además de masajistas, médicos y trabajadores del club. La lista no acaba ahí. Los dos conjuntos milaneses, la Roma, el Atalanta… en resumidas cuentas, en Italia únicamente se han librado de los positivos Udinense y Crotone.  Teniendo en cuenta esto, el fantasma de la suspensión sobrevuela desde la lejanía, al menos por el momento, la máxima categoría del fútbol italiano, una de las más castigadas del continente.

En España, elcierredigital.com informó en su día de las medidas tomadas por los máximos organismos competentes en materia de fútbol en cuanto a los protocolos de seguridad aplicados en primera y segunda división. Hasta el momento, puede decirse que la pandemia está relativamente controlada. Ningún partido se ha suspendido pese a la inexistencia de burbujas de aislamiento. Queda ver lo que sucede cuando los jugadores internacionales vuelvan a la competición doméstica, pues muchos de ellos han estado directamente en contacto con jugadores que luego han dado positivo.

La Liga Asobal, en grave peligro

Si hay un deporte en nuestro país que está experimentando las consecuencias de la pandemia, ese es el balonmano. La competición más importante de este deporte en nuestro país, la Liga Asobal, se encuentra actualmente casi contra la lona. Y es que,  de los 72 partidos programados para las primeras ocho jornadas, únicamente 47 han podido disputarse. 

El aplazamiento está siendo la solución hasta ahora, pero parece claro que esto dejará pronto de ser sostenible si la tendencia se mantiene estable. Prácticamente la mitad de los conjuntos de la liga han comunicado contagios en sus plantillas. Entre los equipos más perjudicados, sobresale el Incarlopsa Cuenca, con 19 positivos entre staff técnico y jugadores. Este conjunto se encuentra confinado al igual que otros cinco equipos de la competición.

Jugadores de balonmano en acción durante un partido, uno de ellos saltando con el balón mientras es defendido por dos oponentes.
La temporada de balonmano está en grave peligro. | El Cierre Digital

En cualquier caso, la pasada semana solo se pudieron disputar tres encuentros previstos para la jornada correspondiente. Paralelamente, el calendario avanza inmisericorde en un año que, además, cuenta con la particularidad de ser olímpico. Veremos hasta qué punto se mantiene este formato de competición, ya que parece claro que esta situación es insostenible.

Cara y cruz en el baloncesto

La NBA, se ha erigido como el paradigma de la buena gestión de la pandemia. Ni un solo positivo se detectó en la burbuja de Disney, analizada antes del reinicio de los partidos por elcierredigital.com. No obstante, el camino adoptado por la mejor liga baloncestística del planeta nos lleva irremediablemente hacia un destino muy claro: la creación de las burbujas de aislamiento. Esta solución, que ya adoptó la ACB en España para resolver la temporada pasada en Valencia, es, al menos por ahora, la única que se ha mostrado prácticamente infalible.

Sin embargo, esta vía tiene pocos defensores entre los posibles implicados pues, lógicamente, implica el aislamiento de los jugadores en una ubicación concreta durante un periodo temporal que, como en el caso de la NBA, puede alargarse durante meses. Además, elimina la posibilidad de incorporar el público a los encuentros. Por tanto, las competiciones de baloncesto han decidido retomar sus formatos habituales.

En ligas domésticas como la española, los encuentros se están pudiendo jugar con relativa normalidad. Eso sí, el aplazamiento de partidos en cada jornada de la ACB se ha vuelto una costumbre que, con el inicio de las competiciones europeas, se está convirtiendo en peligrosamente habitual.

Un hombre de traje sonríe y posa junto a un personaje disfrazado de Mickey Mouse con uniforme de baloncesto frente a un fondo colorido con una imagen de una canasta de baloncesto.
La NBA ha gestionado la pandemia en su burbuja de aislamiento de Disney. | El Cierre Digital

Y es que, a nivel continental, la heterogeneidad de protocolos de seguridad y situaciones particulares de cada club ponen en jaque a torneos del prestigio de la Euroliga, que no está aplazando partidos, sino que, ante la imposibilidad de algunos conjuntos de poder contar con al menos ocho jugadores de la primera plantilla libres de coronavirus, podría sancionar a estos conjuntos con derrotas por 20-0, cumpliendo así con su reglamento. Esto aún no está claro, pues como solución de emergencia la competición ha propuesto repescar los cuatro encuentros suspendidos hasta ahora en una fecha posterior y aplazar aquellos que en adelante no puedan disputarse. 

En cualquier caso, entre los equipos españoles, en el FC Barcelona, el entrenador Sarunas Jasikevicius, dio positivo hace días y ahora, la principal referencia ofensiva de los blaugranas, Nikola Mirotic, también se ha contagiado. El Unicaja de Málaga, que también tenía compromisos continentales esta semana, ha confirmado la existencia de un positivo en la plantilla. En estas circunstancias, parece plausible que tarde o temprano se active una alternativa, un escenario que competiciones como la Euroliga ya contemplaban antes del comienzo de la temporada.

Solución incierta

La nueva normalidad del deporte es esta. Aunque no guste a nadie. Aficionados y profesionales no pueden más que asumir las excepcionales circunstancias que estamos viviendo. Situaciones como las del atleta Toni Abadía, que se ha visto obligado a renunciar a participar en el próximo mundial de media maratón por dar positivo en las pruebas PCR, desgraciadamente, se repetirán con frecuencia en los próximos meses.

Si algo nos ha demostrado esta pandemia es su tremenda capacidad de contagio. No hay distinciones entre deportes colectivos e individuales, más allá del número de perjudicados. Sin ir más lejos, en el torneo de tenis de Roland Garros, finalizado el fin de semana pasado, varios jugadores fueron descalificados al estar infectados y a otros, como Sam Querrey, también les ha pasado lo mismo en torneos posteriores.

Las especulaciones sobre una solución milagrosa no cesan de aflorar. Intensificar los controles, seguimientos a los deportistas, utilizar formatos de eliminatorias, implementar burbujas de aislamiento… lo cierto es que ninguna satisface completamente a todos los agentes implicados. Por tanto, quizás no quede otro remedio que intentar llevar a término las competiciones siempre que la pandemia lo vaya permitiendo y esperar, como todos los sectores de la sociedad, la llegada de una vacuna que acabe de una vez por todas con este virus que ha puesto de rodillas a todo un planeta.

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