24 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA
Patio de columnas

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José Ignacio Herce Álvarez

Afganistán, presente y futuro del terrorismo islámico

Imágenes de una televisión catarí sobre la toma del palacio presidencial de Kabul por los talibanes.
Imágenes de una televisión catarí sobre la toma del palacio presidencial de Kabul por los talibanes.

Mucho se está hablando y se hablará sobre Afganistán y las consecuencias de la situación creada recientemente en la zona con el advenimiento del régimen talibán y, sin duda, sobre cómo puede convertirse en una opción para el resurgir del yihadismo islámico, algo debilitado en estos momentos, aunque nunca inactivo.

Me voy a limitar a dar un repaso a lo que esta llegada al poder de los talibanes puede suponer a nivel de terrorismo internacional, pensando en que quizá no se tenga bien claro lo que a este respecto se mueve en aquellas tierras, aunque todos seamos conscientes de que el extremismo se ha instalado para quedarse y como consecuencia, occidente más tarde o más temprano tendrá noticias de ello.

Hace mucho tiempo que desde las asociaciones de Víctimas del terrorismo como la AVT y APAVT venimos avisando de que el terrorismo está ahí, detrás de la puerta, esperando agazapado el momento de dar alguno de sus mortales zarpazos y aunque a veces la cruda realidad asoma en forma de atentados en nuestras carnes, parece que no acabamos de entender que el terrorismo persiste en sus múltiples formas. Muchos quieren ver a las asociaciones de Víctimas como algo trasnochado que vive del pasado, pero, por desgracia estamos muy en el día a día, muy concienciados de lo que el terrorismo significa para el mundo y de que, como he dicho en alguno de mis artículos anteriores, estamos ante una variedad de tercera guerra mundial.

La toma de Afganistán fue justificada precisamente para frenar el avance del terrorismo islámico al haberse convertido en uno de los bastiones del mismo, como lo demuestra el hecho de que fuera el feudo de lideres como Osama Bin Laden. Veinte años después todo vuelve al punto de partida, pero quizá nos preguntemos ¿Cuál es la situación actual de los grupos terroristas islámicos en Afganistán? Y con la respuesta, tal vez podamos comprender algo mejor lo que en este sentido nos espera y lo que por desgracia puede llegar a suceder: el relanzamiento del yihadismo islámico.

En estos momento podemos observar que en el tablero de juego afgano están moviendo piezas tres grupos fundamentalistas, los talibanes y dos grupos terroristas a cuál de ellos más temible y temido, el Estado Islámico y Al Qaeda, aunque quizá ambos no vayan en la misma dirección.

No vamos a hacer historia de lo que son cada uno de ellos porque es harto conocida y, en cualquier caso, fácilmente localizable a través de internet, pero eso sí, unas breves pinceladas nos vendrán bien para situarnos.

Los mas “antiguos” son los talibanes y Al Qaeda. Los talibanes nacen de entre los muyahidines a fines de los años 80 como resistencia a la invasión soviética y consiguen llegar a poder en Afganistán en 1996 donde se mantuvieron hasta la llegada de los norteamericanos como respuesta al 11S, aunque, no nos engañemos, siguieron controlando zonas sobre todo al este del país, en la zona fronteriza con Pakistán.

Al Qaeda, la funda el sobradamente conocido Osama Bin Laden a finales de los 80 y nace precisamente como apoyo a estos grupos que luchaban contra los soviéticos, aunque poco a poco se van convirtiendo en una organización de carácter yihadista con miras que van más allá del entorno cercano como por desgracias se pudo comprobar más adelante.

Este apoyo prestado por Al Qaeda a los talibanes en su lucha contra los invasores y el soporte que les podía aportar para su mantenimiento en el poder, hizo que los talibanes los adoptaran en su seno afgano.

Por otra parte, el llamado Estado Islámico tiene su origen más tarde, partiendo de la facción de Al Qaeda en Irak y nace contra la “invasión norteamericana”, aunque no se queda ahí y en 2006 crean el Estado Islámico de Irak en un intento de liderar el yihadismo mundial por delante incluso de la propia Al Qaeda. Su ruptura total con Al Qaeda se produce en 2011 cuando, después de sus éxitos en Siria, se autoproclamaron califato bajo el nombre Estado Islámico de Irak y Levante, lo que hizo total la ruptura con los que fueron sus orígenes.

Hasta aquí un poco de historia, ahora veamos que les une y que les separa. Les une que todos ellos pertenecen a la rama sunita del islam, más radical que la chiita y su pretensión es la instauración de la sharía o ley islámica y que todos crean en la violencia como manera de imponer la fe a través de la “guerra santa”, aunque en mayor o menor medida. También les une un enemigo común: Occidente y su máxima expresión Estados Unidos y todos los países de su órbita.

Pasemos ahora ver las diferencias que, básicamente, se plantean en que los talibanes son menos “radicales” y, sobre todo, en las aspiraciones de cada uno de ellos y ahí esta el problema. Mientras que los talibanes reducen su campo de actuación a imponer sus creencias en su ámbito territorial, EI y Al Qaeda van mucho más allá, están unidos en la idea de crear un califato donde de integren todos los musulmanes del mundo bajo un mismo líder religioso y político y donde solo imperen las leyes del islam.

Estado Islámico. 

Por otra parte, mientras que AL Qaeda se focaliza en Estados Unidos, el ISIS se enfrenta no solo a Occidente, sino incluso a los miembros de la otra rama del islam y otras creencias.

Y llegamos a la situación actual, donde nos encontramos con los talibanes y Al Qaeda en sintonía y un EI en franca lucha contra ambos al creer que estos han negociado con Estados Unidos, de hecho, cada vez se encuentra más asentada en el territorio una facción del EI llamada Estado Islámico del Gran Jorasán, nacido en 2015 y que han sido los causantes de los últimos atentados en el aeropuerto de Kabul causando cientos de muertos de toda índole, sello exclusivo de EI.

¿Significa esto la reorganización del terrorismo islamista en Afganistán? Los talibanes lo niegan, pero no olvidemos que Al Qaeda domina casi la mitad del territorio y que el Jorasán cuenta al menos con 2.000 fanáticos en sus filas.

Por el momento los talibanes niegan estar cerca de Al Qaeda, pero quien nos dice que si Occidente no reacciona como ellos esperan esta alianza se lleve a efecto con las consecuencias que esto pueda traer.

Las disputas entre Al Qaeda y Estado Islámico por obtener el liderazgo del yihadismo a nivel mundial se mantendrán en primera línea y algo nos puede tocar a Occidente en esta competencia.

Tampoco podemos tener la seguridad de que Al Qaeda no esté a la sombra en el poder, ni de que ante la amenaza de EI alguna gran potencia mire hacia ellos como instrumento para acabar con este grupo radical y esto seria otra bomba de relojería.

Y no olvidemos las premonitorias palabras de Osama Bin Laden después de la caída de Afganistán: “Los talibanes recuperaran Afganistán y se aliaran con China”.

El Cierre Digital no se hace responsable de las opiniones vertidas en esta sección que se hacen a título particular.

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