28 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA
Patio de columnas

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Juan Pérez de Mungía

La consorte del presidente

El cliente está empoderado, hay que elaborar una estrategia multicanal manipulando su inteligencia emocional que permita de una parte, atender a una multiculturalidad transversal y de otra resolver los conflictos transgénero, desde el sexo fluido hasta la transgeneración de los más longevos. Este tipo de discurso, tan pretencioso como vacío de contenido, responde el talento de la consorte del presidente, que sigue esa estela de tanta tradición de ama de casa y cría postcontemporánea. Por eso su marido viaje en Falcon para subirse a la ola de Rocker de Benicasim, y BG aconseja sobre la forma en que ha de exponerse al juicio público. Este texto viene a poner  negro sobre blanco el discurso de quien ha sido contratada por la universidad sin la titulación apropiada en un centro que goza de autonomía, se hace factotum en el Instituto de Empresa, e inspira la política kafkiana del presidente Sánchez. Favor con favor se paga. Juan Antonio Maroto, miembro de U.G.T. y catedrático de Economía Financiera, es codirector con Begoña Gómez del máster orientado a obtener financiación privada impartido en el Centro Superior de Estudios de Gestión de la Complutense. El Centro de Estudios de Gestión es un negocio semejante al Instituto de Derecho Público de la URJC dirigido por Paloma Román Marugán presidente del tribunal de tesis de Pablo Iglesias.

Pudor ha tenido Sánchez para no conferir a Begoña Gómez el estatuto de vicepresidente, como otros jefes de fila de la izquierda autoritaria hacen portavoces a sus parejas. España ha tenido políticos nefastos, delincuentes comunes que incitan la guerra civil después de procurar el desasosiego, reyes analfabetos y dictadores, pero jamás esta especie de matrimonios multipolares montados en la ola del discurso vacío teñido de modernidad postfranquista. Una biografía de los modelos de hembras políticas espera su autor en un relato pertinazmente familiar. Se prueba una vez mas que son las diferencias de clase las que se imponen a la igualdad de género. La discreción no abunda, y las esposas no contrastan sus méritos en la elección pública, de ahí que deban disponer de una intensa vida privada en substitución.

No existe un hilo conductor de una política coherente, absolutamente todo se ha transmutado en ideología sin pérdida de los viejos hábitos y el tráfico de influencias. En una deriva megalómana quiere pasar a la historia prostituyendo la justicia, tergiversando de forma torticera la Constitución, haciendo pactos contra natura con el rancio fascismo vasco de Sabino Arana, atendiendo a los intereses crematísticos del fascismo catalán de tanta tradición y atendiendo a las demandas populistas de quienes quieren y desean una especie de revolución bolivariana de apariencia occidental en la periferia europea.

Los efectos de semejante deriva mental pueden ser incalculables. Ni un avezado psiquiatra podría determinar qué dosis de Prozac podría causar tales destrozos y dejar al ocupante de La Moncloa satisfecho porque no encuentra sosiego en su constante improvisación. No existe razón alguna que avale semejantes golpes de timón, ni para hinchar velas, ni para orientar el viento, se trata solo de alimentar la maquinaria de una estrategia de mercadotecnia viral. Los ejemplos son innumerables e Iván Redondo los va dosificando para que a medida que los ciudadanos perdemos el tiempo hablando de las ocurrencias presidenciales, este vaya pacientemente elaborando el camino para perpetuarse en el poder.

Exhumar los restos de Franco, subir el diésel, aceptar el atraque del barco Aquarius, declarar secreto el viaje del Falcon, declarar en memorial de agravios lo que la historia puso para memoria de todos, todos son cebos para el incauto, al igual que fueron cebos la subida de las pensiones que solo han permitido que los pensionistas sigan perdiendo poder adquisitivo, el impuesto a la banca que no tiene sentido, la eliminación de las Sicav que le saldrá por peteneras, el concurso de RTVE, el abandono de las leyes, del sistema judicial y de Llarena en Bruselas cuando hacía su trabajo como magistrado, admitir las ínfulas y las amenazas de Torra como si incitar a la guerra fuera una forma de libertad de expresión, quitar las concertinas de la frontera con Marruecos mientras atacan con ácido a las fuerzas de seguridad para pasar luego a detenciones selectivas y expulsiones en caliente maquilladas de contrato... son tantos los arrepentimientos y los tejemanejes que nadie es capaz de comprender a que grado pueden llegar estos dramáticos signos de estulticia. Parece que no hubiera explicación posible, y sin embargo hay una para provocar el efecto deseado. Ha aprendido de la estrategia catalana para ejercer de hecho como un partido único, un movimiento nacional trufado de podemitas y conversos al dólar aspirantes a obtener pingües beneficios del erario público. 

Con su estrategia Sánchez lucha por dividir el país y separar al electorado en dos bloques irreconciliables, los que apostarían por una nueva constitución y los que apostarían por una reforma, los que defienden una república confederal y los que defienden un Estado central, quienes defienden una educación pública, una seguridad, una sanidad y una justicia comunes, y los que apoyan un nacionalismo generador de desigualdad territorial y un sin precedentes derecho a decidir, quienes defienden un Estado unitario y quienes apoyan referéndums de secesión para constituir un Estado fallido como el Estado yugoslavo.

El camino del guerracivilista Sánchez está marcado y quien no quiera darse cuentas aplica la estrategia de los tres monos, mudo, sordo y ciego para prever la jugada. ZP2 quiere ganar diputados a costa de Podemos y mantener una mayoría artificial absoluta cabalgando a lomos de quienes apuestan por la guerra civil, PNV, PDCAT, ERC y Podemos. Una marea atizada por la crida nacionalista para negociar la cesión de un referéndum pactado en Cataluña y Pais Vasco con el artificio posterior de crear una república confederal, plurinacional. Obviamente la monarquía, apenas superada su menarquia de la substitución de la corona, llegaría a su definitiva menopausia. Sánchez amplía el asalto a la democracia, de ahí sus movimientos para aislar el Senado, renunciar al artículo 135, desconcertar al electorado de la oposición y a la oposición política misma. En las redes sociales fluyen los comentarios que le acusan de alta traición, de mentir compulsivamente, de cambiar al hilo de una opinión pública que esperan manipular cada día. Sus entrevistas  y sus viajes sin objeto visten al personaje de feria con ínfulas de Jefe de Estado. El monarca mismo está preso del reconocimiento que Sánchez procura para sí mismo. Existe la previsión constitucional de acusar formar de alta traición a un presidente, y existirían indicios inquietantes si la realidad no se impusiera a este aprendiz de brujo, porque el irredentismo catalán y vasco jamás aceptarán algún tipo de pacto. Sanchez ha simulado primero el apoyo al Estado nacional, luego ha maquillado sus gestos de defección para simular su traición a la constitución, y coquetea con designios delirantes de la España plurinacional mientras deja inerme a la soberanía judicial del Estado. Ha metido en un mismo paquete electoral a PP y Ciudadanos, convertidos en enemigos en lugar de adversarios políticos, y ha compuesto una alianza de intereses monolítica, pentapartita que se define por estar en contra del país. Berlusconi no le hace sombra.

Quien se ha criado a los pechos de un padre que administraba locales de dudosa reputación, la consorte del presidente no tiene mas objetivo que halagar a la clientela que ha de nutrir sus arcas bajo la pantomima del buenismo oenegé. La conseguidora económica de las mafias buenistas cuenta con el respaldo quizás financiero, quizás filosófico, quizás ambos, de la fundación de George Soros, quien la anima a perseverar en su empeño, porque en el desorden obtiene pingües beneficios. El mismo Soros, un viejo y caduco especulador financiero que arruinó la libra y apostó por empobrecer a España en la devaluación de la peseta en 1982, el mismo viejo que ha resistido acusaciones de todo tipo, parece haber concertado con Sánchez en La Moncloa el futuro de nuestro país. Como bien dice la consorte del presidente, para organizar el marketing político hace falta dinero y tecnología, y para ello, como hay que practicar el “outsourcing”, financiero, la necesaria externalización de quien apuesta contra Europa y contra el país. La realidad supera a la ficción. España ha externalizado la ideología. El fascismo redentor se abre paso.

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