25 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA
Patio de columnas

Patio de columnas

Juan Pérez de Mungía

Últimos días del régimen

Inés Arrimadas.
Inés Arrimadas.

La diferencia entre un soberbio y un cínico es que el soberbio jamás pide perdón por sus errores, y el cínico confiesa que nunca los cometió y que siempre estuvo avisado de cual era la actuación correcta. Las estrategias son complementarias y pueden tener éxito bajo dos condiciones, que los ciudadanos no tengan ni juicio ni memoria, y que los ciudadanos piensen siempre de buena fe como si el soberbio y el cínico fueron dos almas descarriadas que siempre quisieron hacer el bien pero les salió, por peteneras, el mal.

Al niño se le perdona incluso cuando son asesinos de la especie de John Venables y Robert Thomson de 10 años de edad, que repiten años después sus crímenes, pero al adulto no es posible perdonarle. Ningún adulto puede ser exonerado de lo que necesariamente ha sido consciente y solo su soberbia y su cinismo, y el silencio cómplice de los cándidos, los estúpidos, los ignorantes y quienes están a sueldo le hacen acreedor a la confianza. Cualquier criminal siempre tiene a su lado, un abogado de peritos pobres, tiene un Tezanos. Pero, y ¿si el acusado no es pobre y se ha enriquecido por su mendacidad?

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.

Este difícil encuentro entre soberbia y cinismo se presenta con toda la virulencia de un virus en el sujeto que padecemos como Presidente de Gobierno. Y se repite en su socio. Se ha dicho de todo, y la opinión pública viene cansándose de observar con que impudicia y desparpajo se continúa la farsa. El último episodio a cuenta de la solícita disposición de Arrimadas se llama Pactos de La Moncloa. El cándido, el estúpido, el ignorante y el mercenario puede llegar a creerse que la proclama y la convocatoria responde a una expresión genuina de transparencia y disposición. Nada mas lejos. Se trata únicamente de la misma estrategia por la que vino a imponerse la corte fascista de la Generalitat, llamar al diálogo para lograr el sometimiento de quien no se beneficia del lucro de los próceres y el sobreseimiento de las querellas judiciales.

Consentir primero con la incompetencia y la estafa, silenciar después al crítico, y finalmente eximirse de responsabilidad con el arrodillamiento de todos. Se convoca a un diálogo en los medios, sin contenido como una solicitud de perdón sin confesión ni arrepentimiento de los delitos cometidos. A fuerza de ser una farsa se repite hasta que la sociedad perciba que la piedad que solicita el criminal responde a un genuino interés por resolver, por arte de magia, la causa de los males que ha producido y produce. El diálogo en esas condiciones es pura publicidad y será estúpido quien sin sacar beneficio se sume a él, porque sólo convoca a los beneficiarios del poder, nunca a sus víctimas. Y sin embargo el diálogo de la coalición socialpodemita se mantuvo en el silencio estrecho de las cloacas y estrechos pasillos.

Con los pactos de la Moncloa se convoca con luz y taquígrafos para que cualquiera que con juicio racional se niegue a participar sea culpable del delito de colaboracionismo con el enemigo, vestido ahora de coronavirus, como ayer y hoy se viste de capitalismo.

En esta suerte de guía de la imbecilidad que propagan los ministerios de la verdad pública se deja al albur de la conciencia de cada cual juzgar la confesión de incompetencia manifiesta del Gobierno como un auténtico acto de contrición donde el confesor que debe otorgar el perdón son sus víctimas, los ciudadanos. Pero nada mas lejos de la realidad. Por más que se nutran de consignas religiosas y apelaciones místicas la única manera de extinguir la crítica es negando la información, cerrando el portal de transparencia, comprando a los medios que le aplauden, publicando encuestas falaces, rodeándose de selectos e ignorantes tertulianos, y lanzando amenazas totalitarias en la estrategia clásica del policía bueno y el policía malo. No habrá ni perdón ni olvido para quien interesado únicamente por el poder golpea cada día la salud pública y mercadea con la vida y la muerte de los ciudadanos.

No se trata únicamente de que las cifras desmientan cada día la propaganda, sino su propia persistencia en el empeño de decir lo contrario de lo que hacen, y desmentirse a sí mismos, en una permanente conculcación del principio que rige cualquier acción racional. Nadie por ir contra sus propios actos. Venire contra factum proprium non valet. Las cifras cantan lo que Sánchez niega. Hasta el día 6 de abril, las muertes en los municipios de la cuenca de Ódena -Barcelona- se han incrementado un 385% con respecto al mismo periodo del año pasado. A partir de esa fecha el gobierno catalán dejó de dar datos, por si acaso. Las licencias de enterramiento por coronavirus casi alcanzan un 300% el dato oficial de muertes en Castilla-La Mancha. Las mismas cifras caben para Madrid, epicentro de la pandemia feminista.

Error informático en Castilla-La Mancha

El ministro de Justicia y pareja de Meritxel Battet achaca a un "error" informático un desfase de muertos del 24,6% en la región de Castilla-La Mancha en marzo. Es el horror que causa un gobierno que evita contabilizar los muertos en residencias, da instrucciones para no realizar autopsias, maquilla las cuentas con el denominado efecto lunes, realiza pronósticos equivocados y no protege a la población utilizando a los profesionales sanitarios, policías y militares como kamikazes y ahora a cualquier trabajador necesario dándoles mascarillas de “papel higiénico”.

Si la cadena de propagación es de al menos 2,3 contagios por persona, los mas de 200.000 contagiados y los nuevos contagios arrojarán una cifra de 500.000 en los próximos días. Si el periodo de incubación es de 17 días por término medio y se incorporan a las estadísticas 400-500 contagiados diarios, deberíamos añadir, al menos, 85.000 personas que no constan en las estadísticas oficiales, y si al menos un 44% de la población es asintomática pero es portadora, de qué hablamos, ¿de millones y millones de personas que harán inextinguible la pandemia a menos que una vacunación masiva permita restaurar la confianza? ¿O creen estos ignorantes en la eficacia de la inmunidad poblacional de Ortega, Maduro y Bolsonaro?

Las cifras oficiales engañan porque el gobierno miente por oficio. Y lanza al vacío a los trabajadores bajo demanda de los amos de su investidura. ¿Qué fiabilidad tiene un presidente que inauguró su legislatura copiando su tesis doctoral, encargando a negros su redacción, escribiendo su manual de resistencia por mano interpuesta, y mintiendo sobre sus intenciones políticas? ¿Se puede creer a unos gobernantes empeñados en falsear la realidad y que reniegan de sus propias palabras, y las contradicen con sus actos?

Tests homologados, infinitos PCR para propios y extraños, millones de mascarillas y miles de respiradores. Y lo peor, negando a los particulares y a las empresas la respuesta de la sociedad civil con confiscaciones de material sanitario, prohibiciones y renuncias a sus servicios, limitando los precios de recursos y destruyendo el mercado. ¿Por qué se ha de prohibir lo que los ciudadanos puedan obtener si no afectan a la sanidad pública y mejoran las condiciones para extender la salud del ciudadano?

España es la noticia, el gobierno del coronavirus, no existe otra noticia, es la noticia nacional e internacional. La letalidad media en España el 23 de marzo era del 3,57%. La letalidad media del 13 de abril es de 7,6%. Lideramos el podio de fallecidos, de contagiados, de sanitarios infectados, por encima de cualquier estadística de población y profesional, y el gobierno pone todo su empeño en propagar el bulo del diálogo y el bulo del aplanamiento de la curva, con ministros que no saben de números mas que las cuatro reglas de la escuela infantil. Nadie se compadece de los muertos, el muerto al hoyo y el vivo al bollo de las Montero.

La pandemia del coronavirus y la pandemia económica hará de nosotros espectros que vivan de la miseria y el racionamiento, con una inflación galopante de la cesta de alimentos diaria que ya sucede. España es una morgue dirigida por un enterrador y una funeraria sus ministros. Combate, España mía, combate a quien te somete, humilla y te silencia, "combate España, que atormentas mis adentros, para salvarme y salvarte, con amor te deletreo". El gobierno es la penitencia a nuestros votos, pronto será la penitencia para los sátrapas y los mercenarios.

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