19 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA
Patio de columnas

Patio de columnas

José Francisco Roldán

Palangana y Peine

Congreso de los Diputados.
Congreso de los Diputados.

Una buena mayoría de la población no esconde su abochornamiento contemplando el sainete político nacional. Estos profesionales de la mentira no hacen otra cosa que faltar al respeto de los ciudadanos despreciando su capacidad de análisis para intentar engatusarlos con ofertas desproporcionadas y pervertidas, sin más interés que sacar rendimiento personal. Demasiados vividores de lo público se están jugando un sueldo generoso y esa interminable retahíla de privilegios, a los que se aferran con fruición desmedida.

Hay mucho en juego, pero nada que ver con el bienestar de los que son llamados a votar. Estos flautistas del tres al cuarto perseveran en la falacia sin calcular las consecuencias de una pérfida manera de tratar al prójimo. Ofrecen rebajas y oportunidades como cualquier comercio, pero tratando de avasallar la voluntad, esa volátil postura de los que esperan remuneración directa o en especie para mejorar todo lo que puedan.

Muchos recuerdan cómo se pagaban los votos en monedas o se coaccionaba a quienes debían contar el contenido de las urnas para justificar legalmente un atropello palmario. Con el tiempo, porque no aprendemos, vamos arrogándonos la potestad infalible de influir en la opinión pública con todo tipo de artimañas disfrazando la presión con representaciones bien articuladas. Ya no son pocos los que abominan de esta casta política que no tiene reparos en vender humo sin pudor, porque todas las promesas incumplidas saldrán gratis.

La alquimia ideológica está logrando manosear conciencias arrastrándolas a la crispación más obsoleta, porque siguen restregando cuitas pretéritas de una historia común, que nos empeñamos en desnudar con la mayor desconsideración. El odio larvado o explícito es munición con la que manejar a otros, y como grandes cobardes desean ganar batallas de salón abandonando a quienes regalan su orgullo y dignidad a cambio de prebendas, pero no habrá para todos.

Los charlatanes de siempre, que forman parte de nuestra vetusta tradición comercial, viendo a los políticos de turno, deben estar avergonzados constatando cómo se puede desprestigiar de esa despreciable manera una digna actividad mercantil. En cualquier mercadillo se ofrecían productos a bajo precio regalando otros para mejorar las propuestas, que eran ciertas, con la servidumbre de que, si no cumplías esa palabra, tenías el futuro complicado. Ahora, sin embargo, precisamente, en esta campaña electoral más que nunca, nos prometen la luna a sabiendas de que no podrán repartirla entre todos. No temen las consecuencias de sus mentiras, porque cuando llegue la hora de cumplirlas los reproches se irán desactivando poco a poco con la consabida manipulación habitual, a la que se prestan demasiados intermediarios mediáticos, muy bien remunerados.

Menos lobos y más sinceridad, es lo que demanda una gran mayoría, que no sabe cómo defenderse de tanto timador suelto, a pesar de comprender que el sistema democrático merece ser protegido con el respaldo inequívoco a los buenos representantes políticos, que son una gran parte, empeñados en servir a sus vecinos. Estamos llamados a decidir quién debe gestionar nuestros recursos públicos más cercanos.

En demasiados casos, las siglas que los respaldan son lo de menos, y eso es muy de agradecer, porque necesitamos gente honrada empeñada en el bienestar de su pueblo dejando a un lado las consignas intransigentes de los que sólo desean dirigir la vida ajena. Hay ejemplos a miles, que se deben conservar, porque prometen realidad y esfuerzo sin paliativos, disposición a mejorar servicios facilitando el libre ejercicio de los derechos y libertades de todos sus vecinos. 

Es imprescindible desalojar a los mentirosos de nuestras instituciones, porque no hacen otra cosa que daño. Rebobinar tantos mensajes argüidos por manipuladores sociales para dejar de enfrentarnos. Erradicar odiadores interesados en amasar dinero ajeno y apartar de la influencia política a los cantamañanas, que se aferran al puesto como posesos. Es muy importante cumplir la palabra, como hacen los seres cabales. Ofrecer y entregar, cuando deba ser, la palangana y el peine. 

El Cierre Digital no se hace responsable de las opiniones vertidas en esta sección que se hacen a título particular.

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