29 de marzo de 2024
|
Buscar
FIN DE SEMANA
Patio de columnas

Patio de columnas

Felicísimo Valbuena

Joan Subirats y su risible conducta

Joan Subirats, ministro de Universidades.
Joan Subirats, ministro de Universidades.

De la protesta contra la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, la figura que sigue flotando en medios y redes sociales es la alumna con el mejor expediente. Se ha convertido en un blanco del que se han reído y se siguen riendo la mayoría de quienes se ocupan de ella. Y sin embargo, creo que el sujeto que ha mostrado una conducta más risible ha sido Joan Subirats

Subirats, un profesor jubilado que ahora se dedica a ser “ministro” de Universidades

 ¿Que quién es Joan Subirats? La misma pregunta me hice al leer las insensateces que este sujeto había dicho sobre Ayuso. Pues sí, aunque parezca mentira, es “ministro” de Universidades. No volveré a repetir este título en la columna, puesto que creo que Subirats lo degrada. “Degradar” es uno de sus verbos favoritos. ¿Cuáles han sido las insensateces que ha dicho? Pues vamos a ir por partes.

Para él, las protestas como la efectuada contra Ayuso son «normales en cualquier universidad», dado que son centros donde prima el «debate y el contraste».

En esas dos líneas, vemos que él considera todas las protestas como si la universidad no formase parte de ningún conjunto. Pues bien, un conjunto de trozos de metal de la misma longitud, y unidos por dos barras del mismo metal puede: a) servir como escalera si alguien los pone en vertical o b) formar una barandilla si los dispone en horizontal. Esto, que resulta tan sencillo de explicar, está ausente de la forma de expresarse que tiene Subirats.

Subirats sólo ve la realidad con categorías en las que todo es igual. Considera el mundo como si fuera el conjunto de las monedas que se emiten con un mismo cuño. Como cuando hablamos de que la policía va armada, es decir, que cada miembro de la misma lleva pistola. Y en esa característica coinciden todos.

Joan Subirats, un intelectual en el ministerio | política&prosa

Joan Subirats, ministro de Universidades.

Por el contrario, tenemos los continentes. ¿Qué observamos en ellos? Que tienen unas notas en las que se parecen y otras en las que se distinguen. Y lo mismo podemos ver en las partes del cuerpo humano. Coinciden en ser partes, pero se distinguen en su aspecto y en sus funciones.

Cuando los sujetos que, como Subirats, no se fijan en estas cosas, nos encontramos con los tipos simplistas, autoritarios y fanáticos, que tampoco captan la textura de los ambientes.

Hay ambientes plácidos o tranquilos; hay otros reactivos, donde las personas están más pendientes de lo que hacen los demás que de ellos mismos. O turbulentos, donde las personas pierden el sentido de la realidad. Así pueden ser las manifestaciones. Subirats habla sin estar equipado con una teoría sólida. Por eso, todas las manifestaciones son iguales para él. Y al hablar así, se ha convertido en un personaje que apoya la violencia. Ya puede dedicarse a matizar lo que quiera: no es un necio, que ignora aquello de lo que no es responsable; más bien, es un ignorante, que desconoce aquello que debe saber.

Le parece «muy mal» que la Complutense, que puede utilizar su autonomía para hacer «lo que quiera», designe como ilustre a una persona formada en la institución pero que, con su gestión, se dedica a «degradar la universidad pública». Y prueba de ello, ha aseverado Subirats, es que la Comunidad de Madrid sea la región que tiene un nivel de financiación de la universidad pública «más bajo», mientras por otro lado incentiva la creación de centros privados

Lo que más les gusta a algunos políticos catalanes: Meterse contra Madrid

 Esto es lo que más les gusta a políticos catalanes como él. Llegar a Barcelona en el transporte que le pagamos todos los contribuyentes españoles -¡para lo poco que hace en el Ministerio!-, y comunicarle a la alcaldesa Ada Colau, de la que es brazo derecho, cómo ha cantado las cuarenta a los madrileños.

A partir de ahora, venga o no venga a cuento, va a referirse a cuando tuvo que poner en su sitio a los madrileños… y así sucesivamente. Parece que ha sido el momento más importante de su vida. Si vamos a la elogiosa Página de Subirats la Wikipedia -seguro que la ha preparado él o un amigo o protegido suyo- aparece él con Manuela Carmena. ¡Cómo no! Un barcelonés asesorando a la (ex) Alcaldesa de Madrid.

Es un comportamiento de chiste. Puesto lo anterior en una comedia, a continuación vendría el descuento: Alguien muestra el bajón que Barcelona ha experimentado bajo Colau y Subirats, las escenas de violencia diaria o cuando noches y noches los radicales quemaban contenedores en algunas zonas de Barcelona; también, las empresas que han preferido irse a otras zonas de España. Y así sucesivamente: la realidad que no quiere ver Subirats.

Es una persona tan poco original que se dedica a copiar a Salvador Illa. Meterse con la política sanitaria de Madrid fue el hito fundamental que luego le serviría para presentarse  como candidato del Partido Socialista Catalán a las elecciones autonómicas. Lo más llamativo que Illa ha hecho desde entonces ha sido combatir el 25% de la enseñanza en castellano/español. Publicó un libro sobre su paso por el Ministerio, pero ¿quién se anima a leer un libro de quien luego hace todo lo posible para que el español no sea lengua vehicular en la enseñanza?

¿Para qué sirvió ese meter descaradamente las narices en Madrid y no en otro lugar? Salvador Illa contribuyó a la victoria de Ayuso en Madrid. ¿Quiere esto decir que Subirats, apoyando la violencia, va a contribuir a la próxima victoria de Ayuso? No soy Nostradamus, aunque ¿por qué no? Incluso, ese apoyo a la violencia por parte de Subirat,s puede perjudicar a Colau. ¿Por qué no?

Si Subirats parece vivir sin contexto, ¿por qué no se lo damos?

Igual que ha copiado a Salvador Illa, también Subirats se dedica a cumplir la política comunicativa de Félix Bolaños, ministro de la Presidencia. En una columna que escribí sobre éste, Félix Bolaños., el político más imprudente, yo afirmaba que, observando a Félix Bolaños, no es difícil deducir dos constantes de lo que expresa con su cara y con el movimiento de su cuerpo: 1) Se comía todo lo que le ponía su mamá (o quienes hacían sus veces) en la merienda; aunque no le gustase; 2) cuando se encontraba con alguien más fuerte que él, pedía ayuda a varios para enfrentarse a su enemigo.

Es lo que está haciendo continuamente: Si habla un político de un partido que no es el Socialista, vemos cómo ministras y ministros forman el coro de Bolaños para dar la cara en lugar de él. Pues Subirats forma parte de ese coro. Él sabe repetir tópicos. Los tópicos de Bolaños. Es lo que ha hecho al meterse con Ayuso. Y nada más.

¿Qué inconveniente está teniendo continuamente Bolaños? Que casi todo le sale mal. Y él lo sabe. Quienes no se enteran son los de su coro, como Subirats.

También Subirats está preparando el ambiente para un referéndum en Cataluña. Que no se nos olvide. Entrometerse en Madrid, sí, pero sin olvidar adónde tendrá que volver algún día.

¿Más contexto? Pues claro. Pregunta: ¿Por qué a un profesor a punto de jubilarse le entra el entusiasmo de entrar en política? ¿Y por qué  ya jubilado, parece que se ocupa de las Universidades? Pues sí, quien lea este artículo ha acertado: Por la pasta. Así de claro. No se conforma con los 2.400 euros de la pensión. Quiere ganar lo que Rufián: Más de 9.000 euros más una excelente pensión. ¿O no? Eso es lo importante. Si hay que decir barbaridades contra cualquiera, las dirá. Él es así.

Varios amigos me han prometido que van a localizarme algún libro que Subirats haya escrito por sí mismo, sin aparecer junto a otros. Se lo he agradecido porque me van a permitir saber el caudal de conocimientos -no de dinero- de este sujeto, como diría Gracián. Creo que me voy a divertir mucho. Ya se lo comunicaré a quienes leen El Cierre Digital.

El Cierre Digital no se hace responsable de las opiniones vertidas en esta sección que se hacen a título particular.

COMPARTIR: