29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA
Patio de columnas

Patio de columnas

José Miguel Muñoz

Un derbi sevillano que no representa a nadie

Mucho se ha hablado del derbi sevillano, demasiado si me apuran. El más largo de la historia y de la misma forma, el más triste. Un derbi donde ninguno hizo las cosas bien, con demasiadas excusas y explicaciones. Un derbi, que visto todo lo sucedido durante estos días, no representa a nadie. Porque este partido con encanto, este Real Betis-Sevilla FC merece mucho más de lo que ambas entidades han mostrado.

El derbi sevillano, disputado por primera vez en dos días, sábado y domingo, algo que sin duda pasará tristemente a la historia de los derbis de la capital hispalense, dejó muchísimo que desear. Un clásico entre los dos equipos de Sevilla, una ciudad tan especial como bipolar: o del Real Betis, o del Sevilla FC, blanquirojo o verdiblanco, de la Esperanza de Triana o de la Macarena, dividida futbolísticamente en dos barrios, Heliópolis y Nervión, y de la misma forma unida y hermanada por la tragedia, con la triste pérdida de dos jóvenes, Antonio Puerta y Mike Roque, dando ejemplo de que el dolor estaba por delante siempre de la rivalidad.

Una ocasión inmejorable para mostrar a toda España ese color especial que tiene Sevilla, del duende de la ciudad, de sus calles, y de esos equipos: Sevilla FC y Real Betis, segundo y tercer clasificado actualmente en la Liga más abierta de los últimos años. Una oportunidad única desaprovechada por actuaciones infantiles y sin criterio alguno. Por ello, culpar al sevillista Jordan de lo sucedido es como hacerlo a quien es atropellado en lugar de mirar a quién llevaba el coche. El gran culpable de los acontecimientos es el energúmeno, vándalo o cómo quieran ustedes llamar al que lanzo el palo de pvc.

En España hay muchas ‘Brujas Lolas’ que juegan a adivinos y saben ‘leer’ los labios a la perfección para afirmar, y con el más mínimo detalle, lo que dijo Julen Lopetegui a Jordan. «Haz como si te estuvieras mareando, que este partido lo suspenden y nos lo dan por ganado». Pero ¿cómo podemos jugar a adivinos cuando un futbolista ha sufrido una agresión de un, entrecomillo, ‘aficionado’? ¿Dónde vamos a llegar por tanta pasión descontrolada en el mundo del fútbol?

Sí, el Sevilla llegaba al derbi con diez bajas, esta vez el favorito era el Betis que fue mejor en el primer periodo y pese a adelantarse el Sevilla en el marcador, pudo neutralizar la ventaja con el golazo desde el córner de Fekir, que supo aprovecharse de la inexperiencia en la colocación de Alfonso. Tras ese tanto llegaba la famosa suspensión por la historia comentada y ya sobradamente conocida. Desde entonces, cúmulo de despropósitos por parte de uno y otro equipo, comunicados y declaraciones que no hacían más que enturbiar un derbi único.

Y mientras tanto, la víctima, sí Jordan hospitalizado con un traumatismo craneoencefálico, y siendo juzgado por rivales y público por lo sucedido. Un poco de empatía señores, que no viene nada mal en estos tiempos que corren. No voy a entrar, como otros, en si el golpe fue más o menos duro, porque como mi cabeza no es la de Jordan lo desconozco, pero sí, en que es el sevillista quien recibe el golpe de la vara de pvc lanzada por un aficionado ubicado en la grada. Jordan es la víctima y con ese punto tan claro, cualquier acto de juzgarle está de más.

Que lo haga la afición bética, con un forofismo descomunal, hasta puedo entenderlo, pero que sean los protagonistas de este circo los que provoquen un debate innecesario me parece muy triste y una falta de respeto hacia quien ha sufrido una agresión, da igual que vista de verdiblanco o de rojo. Señores, nos rasgamos las vestiduras ante la violencia que se vive en la actual sociedad y aquí como se trata de nuestro equipo… no. Empatía, respeto, valores, esos tan dejados cuando de ganar se trata. No vamos a cambiar el mundo pero si podemos colaborar a hacerlo un poco mejor.

Pero aquí lamentablemente no termina este cúmulo de despropósitos. Pensábamos que la cosa no podía ir a peor, pero nos equivocamos. El partido se reanudó 17 horas más tarde sin público, a puerta cerrada, curiosamente sin la víctima, Jordan, el jugador agredido, algo que no tiene mucho sentido, sobre todo cuando tanto ‘Juego Limpio’ se quiere vender. El Sevilla mejoró su imagen en el terreno de juego pero pese a todo fue Canales quien marcaba para poner al Betis por delante. Curiosamente, un palo de nuevo, esta vez no de pvc sino el del larguero de la portería de Rui Silva, se convertía en el peor obstáculo del Sevilla FC en este derbi copero, impidiendo el empate que neutralizara la ventaja bética.

Pitido final y comienza nuevamente el circo. El veterano Guardado se mofa de Jordan ante sus compañeros al tirarse una botella de agua a la cabeza simulando lo sucedido el día anterior ante las risas de sus compañeros sin que ninguno recriminara su actitud. Un experimentado Alexis Trujillo hace hincapié en el golpe ante la afición bética en otra actitud vergonzosa, y poco acorde con el señorío del Real Betis y su afición.

Sevilla, la ciudad vuelve a dividirse en un derbi que seguirá dando mucho que hablar. Y a todo esto, El Real Betis sigue adelante tras ganar 2-1 a un Sevilla FC que dice adiós a la Copa.

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