02 de diciembre de 2023
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FIN DE SEMANA
Patio de columnas

Patio de columnas

José Francisco Roldán

Error impune

/ Ministerio de Justicia.

La enorme generosidad de los españoles se ha puesto a prueba con éxito en diversas ocasiones. No faltan los que suelen afirmar que perdonan, aunque no olvidan. Y eso entronca con una colección de principios inculcados en tantas casas como personas cabales habitaban España, esa generación que sufrió los desmanes de sus líderes políticos aceptando como propios infinidad de matracas infumables; algunos siguen proclamando descaradamente en estos días de oprobio y desvergüenza.

Los que pueden contar anécdotas del pasado siglo conocen conductas deshonrosas, que han sido justificadas como errores o deficiencias de la mente, las coartadas más socorridas para salir del embrollo airosamente. Hay delincuentes paseando por la calle después de conseguir que profesionales bien intencionados tragaran sus ruedas de molinos. Lo llamativo es comprobar la desproporcionada aplicación de las leyes penales a seres de cualquier condición, apabullados por el procedimiento, incapaces de convencer, sin esquivar verdaderas trampas de la insidia.

Los maltratados sufren el escarnio de muchos depredadores sociales desgarrándoles a dentelladas su dignidad. Esos procesos mediáticos consiguen destrozar el honor de inocentes y sus entornos. Por el contrario, cuando los elegidos tienen una banda a la que acogerse, logran el amparo desmedido para escamotear la retribución penal.

Las piezas separadas vinculadas a los Eres de Andalucía están siendo archivadas por errores formales o haber sobrepasado los plazos de prescripción. Para una gran mayoría es un tema olvidado, es más, escondido por los mentideros de la organización correspondiente, sin embargo, los hay, que siguen las noticias por estar implicados o interesados en su culminación, estupefactos observando el modo tan sutil de salvar a sus soldados en la contienda ideológica o política. No es preciso indultar si ganan antes.

La prescripción, además de la generosidad de los tribunales, ha permitido evitar la prisión a determinados referentes sociales, y no ha faltado quien acepta como buena de decisión por razones humanitarias, que se olvidaron en otros supuestos despreciables. En estos días, donde aparecen noticas falsas por doquier, se ha publicado el error cometido por quien debería haberlo evitado en el procedimiento del esposo privilegiado de la ex directora general de la Guardia Civil.

Un juez ha cometido el error de archivar la instrucción de un procedimiento que salpicada a tres ministros del gobierno actual, por cierto; la Junta de Andalucía ha perdido ochenta millones, La financiación ilegal del ayuntamiento de Compostela ha quedado sin efecto por la prescripción del delito. Las subvenciones injustas a un hermano del anterior presidente de la generalidad valenciana, que se estaban investigando, han quedado archivadas por un error en la instrucción. El rescate de cincuenta y tres millones de euros a la compañía aérea Plus Ultra ha sido archivado por un error en la instrucción.

La retahíla de errores se alarga incesantemente como consecuencia de incumplimientos insalvables por falta de recursos y personal en los órganos jurisdiccionales o salvables por la indolencia de una minoría de gandules donde no deberían existir. Ahogar a las autoridades judiciales, abiertamente o con la sutileza de los cobardes, no hace más que favorecer a los que cometen delitos. La dilación injustificada ha conseguido un protagonismo desmedido para privilegiar a los que no deberían serlo.

De un modo u otro, son demasiados errores que no llevan consigo ninguna retribución legal para quienes los cometen con absoluto conocimiento de causa. Y cuando tocamos determinados fiascos legales recientes, el regalo para quienes no se lo merecen afecta desgarradoramente a los inocentes que desean vivir en paz y seguridad. Los expertos de burladero social perfeccionan sus estrategias sin reparar en las consecuencias. Demasiados casos intolerables, que nadie osa acometer con eficacia. Malversadores, prevaricadores o falsificadores en el ámbito público, que controlan la vida y hacienda colectiva, se están viendo favorecidos por el error impune.

El Cierre Digital no se hace responsable de las opiniones vertidas en esta sección que se hacen a título particular.

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