
Patio de columnas
José Ignacio Herce Álvarez
Te lo dije...

Comprendo que no hay cosa más desagradable para el que lo dice y para el que lo recibe que aquello de “Te lo dije…” Y es que para el que lo dice, si lo hace desde el cariño, es duro ver que la advertencia se cumple y para el que lo recibe porque tiene que reconocer que el otro tenía razón y eso siempre molesta.
Por desgracia, y desde hace ya mucho tiempo, algunos y yo entre ellos no hemos parado de advertir que el terrorismo está detrás de nuestra puerta, a la vuelta de la esquina…acechando. Que, aunque haya cambiado el terrorista, el terror como arma de presión para conseguir objetivos que de otra manera no se conseguirían, sigue estando muy vivo.
Son muchos y variados mis artículos en este y otros medios de comunicación en los que, pese a ser tachado de estar anclado en el pasado, de vivir del recuerdo y otras muchas cosas de esta índole por defender esta premisa, he luchado para que la sociedad no bajara la guardia ante esta lacra mundial. He dado datos, cifras y múltiples pruebas de que el terrorismo estaba aquí, quizá no en la forma que nosotros lo conocíamos a nivel más local, sino a nivel global. Que los actores quizás hayan cambiado pero el argumento sigue siendo el mismo.
Esto se veía venir… se estaban produciendo hechos aislados, puntuales en occidente y mas brutales en oriente pero todo ello respondiendo a una lucha latente, a la espera del momento adecuado para aflorar… Pero claro, lo de más allá de occidente nos pillaba muy lejos y sí era muy triste, pero lejano.
He hablado de la existencia de células yihadistas en nuestro país y fuera de nuestras fronteras, de los cientos de muertos que cada año caen fruto del terror del radicalismo y no hace mucho tiempo, en otro de mis artículos para este periódico, recordé que estábamos en alerta 4…
Y es que hacía falta algo que hiciera detonar la bomba de relojería que desde hace mucho tiempo hacía sonar su tic, tac, tic, tac. Y ese momento ya ha llegado, en este caso de mano de un hecho como podía ser haber sido cualquier otro y que voy a evitar entrar a valorar aquí porque no es el objeto de este artículo. A este respecto solo me queda esperar que, como le dije hace pocos días a un muy buen amigo palestino, impere la razón en la resolución de este conflicto.
Eso sí, también he dicho que no hay que identificar a todo el mundo islámico con los radicales y de ello doy fe porque tengo buenos amigos pertenecientes a él que están absolutamente en su contra y de sus acciones y pensamientos.
Y mientras el mundo se convulsiona y se lleva las manos a la cabeza frente a la aparición de una más que posible oleada terrorista, en nuestro país el Sr. Sánchez paga los votos de los herederos de los asesinos terroristas etarras, de “nuestros terroristas”, para conseguir mantenerse en el poder, propiciando que en un futuro no muy lejano tengamos que ver en la lehendakaritza a uno de esos asesinos que en su día lo fueron de sus propios vecinos.
Porque Sánchez, y ya le quito el Sr., se ha arrodillado ante el “hombre de paz”, que ahora resulta que está viendo como salen a la luz algunas de sus hasta ahora oscuras acciones terroristas, y esto ni siquiera por un puñado de lentejas para poder comer sino para poder seguir manteniendose en el poder.
Por eso hoy más que nunca y refiriéndome a las Víctimas de terrorismo hay que gritar, ¡Por ellos, por todos!
En fin, que lo siento, pero no puedo evitar decir “Te lo dije…”
El Cierre Digital no se hace responsable de las opiniones vertidas en esta sección que se hacen a título particular.