29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA
Patio de columnas

Patio de columnas

Sergio Martín Guardado

Los ancianos, la desmemoria y los buitres

Una pareja de mayores.
Una pareja de mayores.

Por mucho que se empeñe este Gobierno en tener un Ministerio dedicado a la memoria democrática en la persona de Carmen Calvo, de nada va a servir cuando hay otros dos departamentos empeñados en la desmemoria y el olvido en relación con las víctimas de la pandemia.

Más cuando aún, por un lado, el Ministerio de Sanidad, se empeña en trabajar por ocultar las cifras de muertes, manipularlas y mandar a mentir a Simón, eso sí, con esa falsa educación a la que nos tiene acostumbrados. Y es que ya decía Felipe González que rectificar era de sabios pero que hacerlo a cada rato era de necios. Entonces, cuanto más se empeñan en mentir, más imposible se hace el ocultamiento de la verdad por parte de la peculiar política de comunicación de Moncloa: mentir sin reticencias, con descaro, aunque sea a sí mismos; esto es, al más puro estilo Redondo.

Lo más grave no es el baile de cifras, sino la constante de la ocultación que ha devenido en desmemoria. Empezaron retrasando el luto y, después, usando el luto para tratar de incrementar la política de la desinformación y transformarla en una resignificación de la verdad en crispación, lo usaron para tratar de hacer callar a cualquier voz critica que se les pusiera por delante. Ahora trata el vicepresidente segundo de desviar la atención, tanto que solo le ha faltado sacar el asunto del cocodrilo del Pisuerga, señalando al Gobierno de la Comunidad de Madrid y a Díaz Ayuso como la responsable de las muertes de los ancianos de toda España. Muy propio de un urbanita como Iglesias, que solo cree en urbes en que reina el nacionalismo, que piensa que España es Madrid y, de sus provincias, para que hablar. Otro signo de este gobierno centralista es que en los dieciséis mil millones que llegarán a las Comunidades Autónomas, si es que algún día llegan, se basan en criterios de población, pero no de dispersión geográfica.

Una pareja de mayores.

Si del 12 de marzo al 2 de junio en España, los datos de las muertes en residencias indican un porcentaje de letalidad mayor en dos comunidades gobernadas por el PSOE, Extremadura y Aragón (más de un 85%), que no en Madrid (superior al 32%), comunidad gobernada por partidos de centroderecha (según los datos facilitados por las propias CCAA y el Ministerio), el vicepresidente todopoderoso de los derechos sociales se olvida interesadamente de ello.

Si en Extremadura, las residencias son casi al 60 por ciento públicas al cien por cien, está claro que los fondos buitre poco tienen que ver cuando tantas otras son regentadas por la Iglesia, que no por Iglesias. Pero que más da, hay que seguir vendiendo la moto y escondiendo a los muertos y la pésima gestión de las Administraciones porque hay que defender la mala gestión pública para que el siga pagando la hipoteca de su mansión. Tanto es así que el propio PSOE de Extremadura le ha comprado a don Pablo el discurso de los dichosos fondos buitre, menudos buitres ellos.

Mujeres y hombres que, siendo niños de la guerra trabajaron tan duro para levantar este país y que, a pesar de emigrar al extranjero, volvieron después, para seguir trabajando duro y ser padres de la democracia del 78. Y hace pocos días, semanas o meses tuvieron que resignarse a morir olvidados por las Administraciones Públicas, que contribuyeron a sostener. Sólo se acuerdan ahora, para tirarse los trastos las unas a las otras, más que por cuestiones de eficacia o incompetencia en la gestión.

Si algo les importa, a los unos y a los otros, es atribuirse las responsabilidades que pudieran derivarse de los cientos de querellas presentadas por toda España y, que adelanta tiempos duros en el seno de la justicia para los gobiernos de la Nación y autonómicos. Ahora y, tarde, los desmemoriados se acuerdan de los ancianos con el único objetivo de seguir en el barro de la política, un lodazal impracticable que poco coadyuvará en la reconstrucción del país y en la apertura hacia un mejor modelo de residencias públicas o privadas, que es lo que menos importa, más allá de que estén bien dotadas y los ancianos no caigan en el olvido. Parece que, de nada ha servido el coronavirus y de nada han aprendido nuestros políticos. Ya lo importa bajar al terreno de la batalla política más misera para lanzarse los muertos a la cabeza.

En la España vaciada, probablemente donde más ancianos han fallecido y que, ahora, quedará más vacía que nunca, no quedarán más que buitres, que no fondos buitre ni nada relacionado con la inversión, sino el buitre animal. Un buitre que, ya no tendrá mucho que comer, donde cada vez quedarán menos rebaños y pastores, que es lo poco que queda. En definitiva, la desmemoria interesada de gobiernos de buitres ha hecho, de nuevo, lo mismo, salimos igual o, si cabe, más débiles, pensando que España se acaba en Madrid, Barcelona o el País Vasco.

Sergio Martín Guardado es investigador en formación en la facultad de Derecho de la Universidad de Salamanca.

 

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