28 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA
Patio de columnas

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Felicísimo Valbuena

Félix Bolaños, el político más imprudente

Félix Bolaños.
Félix Bolaños. / Ministro de la Presidencia.

A Félix Bolaños puede aplicársele la sentencia de Nietzsche: "Nuestros cuerpos son nuestras biografías".

Observando a Félix Bolaños, no es difícil deducir dos constantes de lo que expresa con su cara y con el movimiento de su cuerpo: 1) Se comía todo lo que le ponía su mamá (o quienes hacían sus veces) en la merienda; aunque no le gustase; 2) cuando se encontraba con alguien más fuerte que él, pedía ayuda a varios para enfrentarse a su enemigo.

En la Historia del Arte encontramos que el personaje de un cuadro muestra en su rostro cómo buscaba el favor de los poderosos, mientras que se mostraba descortés con quienes él consideraba personas modestas. Como Félix Bolaños.

El ministro que está metido en casi todo

Si Félix Bolaños se comía la merienda, por supuesto que también hacía lo mismo con el desayuno, la comida y la cena. Y así tenemos a Bolaños, convertido en un Monstruo de las galletas ministerial. A ver, ¿hay algo en lo que no esté metido Félix Bolaños? Félix Bolaños es el hombre de moda.

Vamos a analizar el quehacer de esta luminaria, antes de que se le agote el combustible. Desde luego, reconozco que me gustaría que permaneciese en el Gobierno hasta que acabe la Legislatura: Félix Bolaños no tiene sentido alguno del humor, pero diariamente da ocasión para el choteo.

La llegada de Félix Bolaños al Gobierno ha significado que, cuando habla quien encabeza la oposición, le responden seis o siete o más ministros: como el niño que pide ayuda a sus compañeros para defenderse de alguien más  fuerte que él. En toda la historia de todos los Gobiernos de la Democracia, no se había dado este fenómeno. Ha coincidido con la llegada del valiente Bolaños al poder. Está ofreciendo a diario material para la comedia. No ha sido la única contribución bolañesca al sainete político.

Bolaños, el mayor imprudente del Reino, muy diferente de Rubalcaba

Estalló el escándalo 'Pegasus' y a él le encantó revelar que unos expertos informáticos desconocidos (piratas) se habían hecho con los archivos que el Presidente del Gobierno y la Ministra de Defensa tenían en sus móviles. ¿Qué motivos había para esa revelación? Los de Félix Bolaños. Sí, él dará por supuesto que hacía esa revelación por orden del Presidente del Gobierno. Pero ¡qué diferencia con el comportamiento de Alfredo Pérez Rubalcaba cuando era Ministro del Interior! Durante todo un año, semanalmente, se negó a revelar lo que había ocurrido en el Bar Faisán. Se llevó a la tumba todo lo que sabía. Y Félix Bolaños, a la primera de cambio, demuestra que para él no existen los secretos de Estado.

No sólo eso. Cuando la ministra de Defensa señala que la seguridad de los móviles depende de Bolaños, él logra que destituyan a la Presidenta del Centro Nacional de Inteligencia. Y Bolaños ha facilitado que Bildu acceda a los archivos del CNI, haciendo posible búsquedas retrospectivas sobre muchos episodios de la lucha contra los terroristas.

La credibilidad no es algo que va cayendo poco a poco, como una avioneta que va perdiendo altura. No, es como un reactor que, muy rápidamente se derrumba. Es lo que le ocurre a Félix Bolaños desde entonces. Cuando fue a hablar con los independentistas a Barcelona, le sometieron a una humillación que ningún otro políticos español ha soportado: le exigieron que entregase su móvil porque podría grabar lo que iban a hablar con él. No confiaban en él

Desde entonces, él y su coro dan a entender que la culpa de lo que ocurría antes en Cataluña la tenía la oposición. Entre las del coro, está Pilar Alegría, la 'maleducada' ministra de Educación. ¿Qué cree? ¿Que en Aragón van a olvidar que ella favorece los intereses de los independentistas catalanes? Pues claro que no. Sobre todo, cuando Javier Lambán, Presidente del Gobierno de Aragón, sí ha sabido defender los intereses de su Comunidad en el asunto de la candidatura olímpica. Es una política-globo: Tanto más sube cuanto menos peso tiene.

Al parecer, Bolaños es el encargado de seguir cómo va el pacto del PSOE con la parte de Podemos del Gobierno. Pues bien, la historia de ese pacto es la de ver cómo el Gobierno va cediendo una y otra vez ante los ministros de Podemos. ¿O no?

Félix Bolaños estuvo en negociaciones secretas con Pablo Casado y con Teodoro García-Egea. ¿Resultado? Los dos fueron derrotados y el resultado que obtuvo Félix Bolaños fue la consolidación de la Presidenta de la Comunidad de Madrid. Tendremos que volver sobre esta luminaria y sus consignazos.

Como Félix Bolaños es un espléndido organizador de derrotas, alguien le ha debido de decir que Jean-Paul Sartre escribió El ser y la nada. Dicho y hecho: una y otra vez, él se presenta a sí mismo y al PSOE como el ser; entonces, ¿qué es la nada? Pues el Partido Popular. ¡Qué ingenioso! ¡Qué forma de correr detrás de su sombrero!

Ahora que empiezan a abrirse el futuro de Pedro Sánchez en el panorama político internacional, ¿por qué no pensar en Félix Bolaños como el próximo candidato a Presidente de Gobierno? E ir preparando una serie sobre él. Hay un precedente claro y brillantísimo: Sí, Ministro y Sí, Primer Ministro. El Ministro de Asuntos Administrativos de la serie era James (Jim) Harker. Llegó a Primer Ministro.

La pregunta clave sería: ¿Quién ha demostrado una inteligencia mayor como ministro? ¿James Harker o Félix Bolaños? Es una pregunta muy fácil de responder. Harker contaba con la ayuda del superinteligente Sir Humphrey. Félix Bolaños sólo cuenta con él mismo. Quizá tenga asesores, como los tienen los ministros.

Él no los necesita. Es muy superior a todos los ministros y asesores. "¡Mira, mamá, lo hago solo y sin manos!". Si, aparte de conocer el Derecho, supiera quién fue Freud, pretendería superarlo. Pero no como fundador del Psicoanálisis, no. Freud sólo admiraba a Moisés, a Leonardo da Vinci y a él mismo. Félix Bolaños le corregiría: "¡Yo sólo me admiro a mí mismo!".

Como dicen en muchos pueblos de España donde hay personas con pocos estudios pero con muchas luces: "¡Qué risión tenemos con este boquirroto de Félix Bolaños!".

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