18 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA
Patio de columnas

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José Francisco Roldán

El Estado de las alarmas

Alarma.
Alarma.

Tras un año atípico, también en las cifras de criminalidad tradicionales, la vuelta a los modos y costumbres de siempre nos hará comprobar, desgraciadamente, que el delincuente recupera su espacio para seguir viviendo a costa de los demás.

Los amigos de lo ajeno no hacen más que conspirar perfeccionando sus técnicas y procedimientos para asaltar inmuebles donde apoderarse de cosas que otros ciudadanos almacenan ajenos al lado oscuro de la fuerza. Y entramos en uno de esos periodos temporales donde el riesgo de robos se incrementa por la ausencia de personas durante más días.

Para prevenir robos tomaron protagonismo distintos sistemas de protección física y electrónica, donde sobresalen las alarmas. El impedir allanamientos supone disponer de recursos actualizados y en conexión eficaz con las centrales de alarmas. El chivato sonoro que se coloca en las fachadas, además de pedir ayuda cuando tratan de robarnos, produce molestias repetidas al vecindario, que exige respuesta legal al mantenimiento deficiente de los dispositivos.

Debemos esmerarnos en el uso y control de todo tipo de elementos sonoros, y para eso están las empresas especializadas. Los instaladores de alarmas disponen de varios modos de protección con precios y prestaciones diversos. Habrá que adaptarse a las condiciones del local y capacidad económica del afectado. Siempre es más eficiente disponer de conexión a una operadora de seguridad. Los detectores volumétricos garantizan cualquier entrada en el espacio físico de la instalación. Los sensores en puertas y ventanas tienen eficacia mientras sean afectados esos puntos. Si hay paredes, techos y suelos débiles el butrón será sencillo, sobre todo si hay espacios vacíos anexos, por eso es conveniente dotarlos de detectores. Las posibilidades técnicas facilitan que los propietarios puedan comprobar por medio de su teléfono móvil las novedades en el local protegido. Los vecinos tienen enorme importancia para impedir robos y facilitar la detención de los autores, porque una actitud solidaria avisando a la policía, incluso grabando imágenes, dará buen resultado. Todos estamos afectados por la seguridad y nuestro comportamiento merece similares actos de reciprocidad.

"Las alarmas tienen poca eficacia frente a otros comportamientos insolidarios". 

Pero las alarmas electrónicas, sin dejar de ser importantes, tienen poca eficacia frente a otros comportamientos insolidarios. Se han denunciado restricciones graves de derechos usando ingeniería legal desmesurada para impedir el control legislativo. A pesar de disponer de instrumentos para prevenir abusos de poder, determinados puntos flacos quedaron desguarnecidas propiciando manipulaciones. Los últimos estados de alarma provocaron el control sistemático de la población hasta niveles que algunos especialistas han tildado de excesivos e ilegales.

Cuando los que parecen mostrar reparos a la libertad toman las riendas del mando las consecuencias en derechos ciudadanos pueden resultar perniciosas. Las ideologías excluyentes se amamantan de la discrecionalidad y olvidan preceptos constitucionales que merecen mayor respeto. Hay artículos que se ignoran contumazmente. Las alarmas de una sociedad dolorida por el desprecio suenan estrepitosamente mientras algunos forofos del pensamiento único se empeñan en amordazarlas. El desgarrado alarido de quienes no se sienten respetados se trata de controlar con dispositivos mediáticos comprometidos, que respaldan decisiones preponderantes para silenciar la disidencia.

Hemos leído reflexiones de personajes históricos que abundan sobre lo que soportamos en estos tiempos. Hicieron saltar todas las alarmas del pensamiento. Los hay que recurren a la memoria falsificada para sacar provecho injusto solapando otros argumentos más contrastados. Dicen que Kennedy y Reagan opinaron de un modo similar poniendo en duda la capacidad constructiva de tantos ignorantes, auténtico peligro para las democracias. No hay más remedio que aceptar el voto de los torpes, pero sus actos detentando poder suponen un disparate extremadamente peligroso.

Hay ejemplos cotidianos de incompetencia y maldad, además del testimonio de hemerotecas, que determinan una muy baja calidad intelectual en algunos de nuestros referentes sociales. Como es lógico suponer, una legión de vividores a tiempo total secundan semejantes despropósitos enalteciendo imbecilidades impresionantes. Escuchar tanta idiotez consecutiva afecta negativamente a la salud del pensamiento colectivo, que reclama prevenir y evitar con eficacia los ataques a la dignidad. Para detectar butrones de la mentira, que acechan para robar lo cabal, habrá que esmerarse en el estado de las alarmas.

El Cierre Digital no se hace responsable de las opiniones vertidas en esta sección que se hacen a título particular.

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