29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA
Patio de columnas

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Eva Milla

La frustración del procés y de la falsa república catalana prometida

El independentismo catalán  ha generado expectativas falsas.
El independentismo catalán ha generado expectativas falsas.
La Perito Judicial Eva Milla Molina, especialista en trastornos psiquiátricos, explica en este artículo cómo la manipulación del independentismo catalán provoca secuelas psicológicas y explica que "las emociones son un motor único para mover masas y su conocimiento y manipulación forman parte de las estratégicas posiciones políticas que los partidos estudian detalladamente. Unos y otros aplican sus terapias y psicoterapias políticas con el fin de ganar los objetivos marcados".

La frustración es el arma más potente del independentismo catalán. Es un arma no declarada que arrasa los corazones de la gente y actúa como energizante de una parte de la sociedad que se siente decepcionada, triste y desilusionada por la falta de consecución de un deseo que esperaban se cumpliera. Una República prometida que no llega nunca.

Planteada y pospuesta en innumerables ocasiones y que finalmente fue aprobada como República Independiente de Cataluña bajo un marco de unilateralidad de dudosa legalidad y que a sabiendas de no ser estable ni próspera, fue anulada, consiguiendo así un efecto psicológico febril y delirante en los ciudadanos emocionados previamente por su declaración.

Niños a los que regalan un juguete, prometido en innumerables ocasiones por sus padres, en este caso líderes políticos, y que una vez conseguido se les retiran casi de inmediato causando así el mayor de los berrinches, pues la emoción política del independentismo no es una variable económica, es la mayor de las sensaciones de pertenencia a las tradiciones, leyes, idioma, formas de entender y vivir que arraigan en el corazón de las personas a las que otras convencen de que no pueden ser integrados en un mapa mayor, sino que deben ser únicos porque de no ser así todo ello puede ser arrasado por una especie de monstruo de 7 cabezas que es el estado español.

Manifestaciones del fin de semana pasado en Barcelona.

Los líderes independentistas utilizan su mejor arma, la emoción de la frustración para invitar a la gente a salir a la calle, y nuevamente lo hacen poniendo el foco en la esencia del pensamiento endogámico que es generado por los lideres de los partidos independentistas como Vox o la Cup invitando al ciudadano a un bucle de pensamiento segregacionista y defensivo del resto de España. 

La sentencia del Tribunal Supremo contra los líderes catalanes vino a aumentar esa frustración que crece entre la denostada burguesía catalán a la que le interesa el ruido para tapar sus procesos corruptos y los partidos anárquicos que recogen a todos los personajes contra sistema que quieran unirse a un proceso de lucha sin saber muy bien, a estas alturas, ni con quién ni contra quién se lucha.

Convierten en enemigos, a los vecinos, a los compañeros de trabajo, a los profesores de los hijos, a los tenderos de las tiendas e incluso a sus propios familiares y convencen a dos millones de personas para salir a la calle hostigados por el resultado de una sentencia que dura, blanda o justa es el resultado de un juicio trasparente y televisado en el que los independentistas pierden y son condenados convirtiendo a sus lideres en mártires que a su vez vierten las culpas al estado español de nuevo haciendo aun más creciente el sentimiento frustrante de opresión.

Disturbios en Barcelona.

Pero a la vez que se genera frustración, el independentismo se pudre, pues la llamada a la violencia de sus líderes les hace partícipes de su propia miseria y los que antes estaban para protegerlos y darles seguridad son ahora los encargados de luchar contra los edificios incendiados,las barricadas callejeras o el aeropuerto sitiado.

Ellos, dirigidos por sus mismos verdugos que pretendieron hacerse fotos movidas y estar en los dos bandos, son ahora los que sufren la firmeza de la sentencia, que los deja en un lugar dudoso respecto a su participación en un proceso ilegal, y la ira de los independentistas por no defenderlos a muerte, mientras el estado español espera impasible y tranquilo a que entre ellos se deshagan y se agoten. Los Mossos proclaman su obligación con respecto al cumplimiento de la ley y de respeto a los jueces y se ven en las calles luchando contra los ciudadanos que una vez defendieron.

El gobierno central hace psicoterapia contra la frustración y practica la contención de la violencia con el objetivo de debilitar a las masas independentistas que no serán abatidas de ninguna manea mediante la violencia y represión de "origen español”.  Aplica un tratamiento de choque y protege el orden público sin darle categoría de guerrilla ni batalla. El presidente del Gobierno pide firme tres antídotos contra la baja tolerancia, condenar la violencia de forma incondicional lo que le dará calma a la población, defender a los Mossos y sus actuaciones de manera incondicional y defender los derechos de todos y cada uno de los catalanes que no son solo los independentistas, para poder frenar la debacle económica generada y terminar la oleada violenta.

Revueltas de la frustración

Ante “las revueltas de la frustración” el estado español ha optado por disuadir, detener a unas 200 personas y juzgar otras 100 de los cuales están en prisión provisional 28 ciudadanos. 

Actúan sin prisa pero sin pausa y se calcula que los nuevos dispositivos digitales podrán proporcional identidades de miles de personas que aunque encapuchadas se pueden perfilar para adivinar sus identidades, y que este proceso se puede dilatar en el tiempo esperando el cansancio que sigue a la frustración porque igual que un niño no puede estar llorando meses, la sociedad catalana no puede estar meses asaltando la calle, siendo un claro ejemplo de ello el cambio en el discurso de los líderes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) que un principio pedían la independencia de manera inmediata y ahora lo ven a largo plazo y piden reflexión así como una hoja de ruta a futuro, contra los deseos de Puigdemont que no acepta planteamientos a larga pues su posición es mucho más cómoda, él no está en una carcel española. 

El presidente Sánchez pretende que con tiempo y cansancio baje el suflé de la frustración hasta que sean convocadas nuevas elecciones por falta de acuerdo entre los partidos políticos del espectro catalán.

Otra imagen de los disturbios en Cataluña.

Nadie niega lo que está pasando allí, nadie quiere dejar de defender a la gente pacífica que sufre en las calles y los hogares catalanes, pero parece importante no responder a la frustración con una paliza, sino más bien con contención medida , paciencia y firmeza para que esta frustración no se vuelva aun más violenta, corriendo el riesgo de ocasionar lo que algunos califican como “un cisne negro”, muertos, incendios mayores con heridos masivos o algún otro incidente que convierta en mártires a los manipuladores de las emociones, y los salve de un olvido seguro y cierto que les sobrevendrá si no pueden posicionarse como resistentes de una opresión. 

Los independentistas manejan un ideal emocional sentimental y romántico que promueve poner a salvo la tradición y sus formas de vida amenazadas. Emociones que pasan por encima de poner a salvo la economía porque ésta nada tiene de sentimental y romántica y no se puede manejar con la emoción. 

El problema es que saben cómo sacar a la gente a la calle, ¿pero cómo van a lograr meterla de nuevo en casa?

El Cierre Digital no se hace responsable de las opiniones vertidas en esta sección que se hacen a título particular.

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