El padre de Clea

He de confesaros que todavía sigo impactada por la presentación que vivimos con Cruz Sanchez Lara en el Espacio de la Fundación Telefónica el miércoles pasado. La magnitud de las palabras, la densidad de los sentimientos que flotaban en el aire, en una “comunión” de almas que han vivido, en primera persona o a través de otros, muchas de las desgarradoras situaciones que refleja “Maldito Hamor”… todas y cada una de esas miradas cruzadas, de los impulsos de sentirnos parte de cada párrafo de la trepidante novela en alguno de sus pasajes… Sinceramente, es uno de esos momentos largos en los que el tiempo se detuvo para mi, y para la mayoría de los que estábamos en una sala propicia a la reflexión. Aprovecho entre líneas para felicitar al arquitecto, quien haya sido, que ha realizado una obra tan serena, calmada, reflexiva, diáfana y confortablemente armónica como el Espacio de esta fundación; lo cual todavía resaltaba mas el dramático, liberador y, a la vez, impactante tema de una novela que dará mucho que hablar y grandes alegrías a Espasa Calpe. Pero, sobre todo, un relato en el que su protagonista, CLEA, y la H, de Henry, su obsesión toxica y torturador de sueños y realidades, van a pasar seguro a la posteridad en nuestro ideario colectivo. ¿Por qué? Porque jamás he asistido a una reflexión en alto y compartida sobre un tema tan difícil, lleno de aristas y ángulos complicados como el amor  toxico, el sexo torturado o las relaciones dependientes compulsivas que invaden nuestros cuerpos, cabezas y almas hasta querer, como bien dijo Cruz, llegar a reflexionar sobre una terrible diarquía: “o me mato o lo mato”, pero “la muerte parece ser la única salida viable a esta situación”.

A los timones de la presentación una sensible, como hacía tiempo, Charo Izquierdo, a quien la vida le sienta bien y se nota por su discurso sin complejos, introdujo una mesa donde no cabía mas poder femenino por metro cuadrado; Maria Tardón, brillante magistrada de la Audiencia Nacional, Marta Rivera de la Cruz, escritora y consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid y la ministra y jueza Margarita Robles… cinco mujeres. al final, en un escenario que nos pusieron la piel de gallina y nos dejaron colgando de un hilo de curiosidad perversa… de esas que quiere compartir el vodka con Clea, raparse el pelo en un streaming directo con una actitud punky pero decadente hasta el paroxismo entre vahos de alcohol , o lanzarse a las calles en una noche de huida de todo hacia delante… Cuantas veces no hemos hecho, deseado o proyectado algunas tantos minutos de esas vidas, mientras , en el fondo, anhelábamos a un torturador cuyos silencios reinaban tanto en nuestras vidas como un sexo perverso y adictivo, el olor de una piel dulce pero rara o una sonrisa abierta y sexy, cuyos dientes relumbrantes aguardaban como los del lobo a morderte la yugular en un descuido, pero que descuido… la adicción a esa maldad sutil, a ese niño pecador que aparenta frágil, pero es un reptil escondido tras los ojos incisivos… y hoy, Dia del Padre, necesito recordar que hay otros hombres.

Hombres como mi marido, Curro Sanguino, un tío que me vuelve loca, pero con amor con A, con ternura, apoyo, limpieza de alma, y por supuesto con todo lo que necesito y más… o el padre de mi hijo, Antonio Peral, un señor como la copa de un pino que sigue siendo mi amigo y tuvo el coraje y el corazón de casarme con Curro delante de su, mi, nuestro hijo Alex. O de mi padre, Arnaldo Martinez, y de mi suegro, Luis Sanguino. Esos hombres, que nos educaron para ser libres, nos dieron oportunidades, nos defendieron y nos defienden ante los otros, esos que nos pusieron La Mujer Rota de Simone de Beauvoir en las manos con 18 años ( mi padre lo hizo y se quedo tan ancho) y nos devolvieron la vida y la conciencia… a esos hoy, os digo, que CLEA, todas las CLEAS de algún momento de nuestras vidas, os necesitamos mas que nunca, para que los HENRY vuelvan al agujero o a la terapia intensiva, me da igual, de donde nunca debieron salir jamás. FELIZ DIA DEL PADRE.

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