29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA
Patio de columnas

Patio de columnas

José Ignacio Herce Álvarez

"Los paraísos"

/ Playa en Cuba.

En estos días de asueto veraniego he tenido el placer de compartir mesa, mantel y tertulia posterior, con amigos residentes en nuestro país pero provenientes de alguno de esos otros países llamados “paraísos comunistas” y que, desde miembros de nuestro desgobierno y de sus partidos afines, se nos intenta vender como tales.

Concretamente, mi querido amigo Julio es cubano y Juan Carlos venezolano y ambos están aquí no por vacaciones, sino huyendo de las “bondades” que sus países de origen les ofrecen, algo que a nuestros desgobernantes y sus socios de gobierno le parecerá increíble, salvo que sean fachas recalcitrantes y por tanto opositores de esos regímenes adalides de los valores del progresismo comunista,  según ellos por supuesto.

Pero ni Julio ni Juan Carlos son fachas recalcitrantes, pero sí ciertamente opositores a los regímenes imperantes en sus países de origen. Tanto Julio como Juan Carlos son unos profesionales muy cualificado tanto en sus países como en el nuestro, pero no puedo dar mas datos porque los servicios policiales de estos “paraísos comunistas” pueden tomar represalias contra sus familia que todavía permanecen allí “gozando” del bienestar comunista.

En el  caso de Cuba, es un atractivo destino turístico, con grandes playas, magníficos hoteles y servicios a gusto del consumidor… que pueda pagarlo. Pero mi amigo Julio cuando vuelve a su país, cosa que tiene que hacer como mínimo cada dos años porque de lo contrario pierde todos sus derechos y propiedades, lo hace además de para ver a los suyos, para llevar medicinas, ropas y juguetes que consigue en nuestro país. Porque Julio no va a las playas de fina arena dorada, ni a los hoteles de lujo… Julio va a su ciudad donde no hay medicamentos en las farmacias, ni ropa para elegir, ni juguetes para los niños…

Lo que si hay son unas “preciosas” cartillas de racionamiento con las que reciben el pan, por llamarlo de alguna manera. Va a su ciudad no a montar un negocio porque como cubano no puede ya que este es un privilegio que solo pueden tener los extranjeros y por un periodo máximo de 25 años pasados los cuales todo pasa al gobierno (inmuebles, infraestructuras, etc…) y durante los cuales solo tienen derecho a percibir el 60 % de sus ingresos… un chollo vamos. Tampoco va a buscar trabajo allí porque se prefiere traer trabajadores de fuera del país antes que pagar a los propios, no sea que adquieran un nivel no deseado según el rasero que para el pueblo tiene marcado el directorio cubano.

Eso sí, ¿qué ricos están los puros verdad? Y como disfrutan los cubanos haciéndolos mediante un buen salario y una magnifica jornada laboral… ¿Y qué decir de esas jóvenes cubanas objeto de un repugnante y asquerosos turismo sexual al que se ven sometidas por su propios familiares para poder subsistir?, nuestra ministro, ministra o ministre de Igualdad ¿no tiene nada que decir al respecto?, o quizá es que ¿solo conoce la parte turística de la isla?, seguramente será eso….

Y qué decir de La Habana, aquella ciudad que deslumbró al mundo y que ahora hace que los ciudadanos anden por el medio de la calle para que no les caiga algún resto de esos magníficos edificios que hoy son solo esqueletos a punto de derrumbarse por falta de cuidados, lo cual es lógico porque son vestigios del pasado cubano de Batista, que ese si era un dictador al uso.

Podría seguir contando muchas mas cosas de ese “paraíso” porque los relatos de lo que aquí ocurre ocuparon mucho de nuestro tiempo al borde de un mojito nacional pero no creo que sea necesario porque de todos es sabido lo que allí ocurre, aunque se nos  intente dar una visión totalmente opuesta de la realidad, pero es que  lo que me da terror y pavor es pensar que este sea el paraíso al que este desgobierno nos quiera llevar…

Y es que en esa línea, el otro modelo de paraíso que se nos ofrece es el venezolano… Mientras Julio habla Juan Carlos escucha atentamente como buen conocedor de lo que se esta hablando. Él es un firme opositor del régimen chavista, con palos a sus espaldas y amigos “baleados” por manifestarse y  que también nos cuenta lo que son las expropiaciones, los secuestros, el hambre del pueblo y a este respecto, nos comentaba aquello que difundió el gobierno de Maduro de que los niños venezolanos comen tres veces al día…el que puede apostillaba Juan Carlos porque la verdad es que es el 3% de los venezolanos el que lo hace según Meganálisis  -un pequeño baile de “treses”. Nos cuenta cómo allí los trabajos si se dan a venezolanos que a cambio tienen que manifestar su adhesión al régimen cuando toca mediante un control de entrada y salida a las manifestaciones… como en el trabajo, porque para eso te pagan.

En fin, no se trata de seguir relatando miserias, solo quiero dejar plasmado desde estas líneas desde mi descanso playero que no quiero esos paraísos que esta gente nos quiere vender y sobre todo me pregunto: ¿Por qué ese interés en hacerlo? ¿No quieren ver la realidad o es que esa es su realidad? ¿Por qué todo lo que se hace allí todo vale?, y no solo los defienden nuestros desgobernantes, sino artistas e intelectuales de “reconocido prestigio”... da que pensar.

Y ni se me ocurre entrar en comparar esos “paraísos” con otras dictaduras porque automáticamente se me tildara de facha total, casposo, retrogrado, pero, en la terrorífica que hubo aquí se creo la seguridad social, las infraestructuras viarias, los célebres pantanos que son tan criticados y tan necesarios, el auge de una clase media… Evidentemente no podemos decir que hubiera una libertades de expresión y demás encomiables pero ahora y en pleno sigo XXI ir en contra de estos paraísos te puede costar la vida… debe de ser que los conceptos de libertad varían según donde se apliquen.

Mientras que al dictador de aquí se le saca de su tumba, a los de “allí”  se les rinde culto como si fueran dictadores espartanos, salvadores de la patria y causantes del gran desarrollo económico, cultural y demás del que gozan actualmente estos países pero no son dictadores, no… son libertadores, símbolos del mejor de los comunismos, del ansiado régimen de libertades porque allí no hay cárceles, son reformatorios para aquellos intransigentes que son incapaces de reconocer el bienestar general y querer anteponer el suyo propio al de la colectividad. Será eso.

En fin, amigos, parece que el “paraíso comunista” se basa en que todos iguales en la alpargata, pero, que quieren que les diga, yo debo de ser muy clasista porque prefiero a todos iguales en el zapato, como mínimo. Claro que si tenemos zapatos empezamos a ponernos exigentes mientras que con las alpargatas cualquier cosa que se nos dé es agradecida…

Solo me queda aclarar que dado que hablamos de “paraísos comunistas” en los que impera la libertad de expresión,  lo mas probable es que Julio no se llame Julio ni Juan Carlos se llame Juan Carlos, porque puede ser que intenten localizarles para invitarles  volver al “paraíso” pero, lo que si les puedo asegurarles es que existir, existen y no solo ellos sino otros muchos más a los que estos desgobiernos no pueden engañar.     

Pero vamos, visto lo visto o esto cambia o me veo exilándome a la patria de Julio que debe ser mejor que esto, porque por aquí ya nos empiezan a apagar la luz…

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