19 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA
Patio de columnas

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Patricia Alcaraz

Cuando la realidad supera la ficción: Ana Julia, un monstruo

Ana Julia Quezada.
Ana Julia Quezada.

“Tengo todas las características de un ser humano: carne, sangre, piel, pelo. Pero ninguna sola emoción clara e identificable, excepto ira y aversión”, decía de sí mismo Patrick Bateman.

Desde el año 2000 se tienen en cuenta los rasgos del psicópata real para crear personajes de ficción, se basan en el DSM-V, el manual de diagnóstico estadístico de los trastornos mentales, ya que este es un "trastorno antisocial de la personalidad", una “anomalía psíquica” (no enfermedad), que no impide a estas personas darse cuenta de la maldad de los actos que cometen, son conscientes de que hacen mal, pero no les importa.

Los casos más peligrosos son muy difíciles de detectar antes de que cometan un crimen, ya que no son locos, sino criminales organizados, personas inteligentes que planifican muy bien sus acciones.

Se pueden diferenciar varios subtipos de psicópatas, entre los que está el violento, capaz de matar sin que su frecuencia cardiaca suba y el seductor-manipulador, el más frecuente, que se sirve de los demás para conseguir sus fines y, al mismo tiempo desprecia la dignidad de los otros y el sufrimiento ajeno. Ana Julia Quezada aúna ambos tipos.

Esto hace que nos den más miedo y que queramos explicarnos por qué son así, que queramos conocerlos para distinguirlos. Y sobre todo queremos entenderlos, queremos llegar a entender algo que para un ser humano normal, es imposible. Es difícil comprender y sobre todo digerir que una persona tenga esa falta de sentimiento ¿Que somos sin sentimiento? Robots.

La conciencia del ser humano es lo que nos frena siempre a quitar una vida, recordamos ahora mismo infinidad de casos en los que las familias de víctimas de asesinos podrían haber tomado la “ley por su mano”, con toda la razón del mundo (caso Bretón, caso Diana Quer, este caso mismo), y sin embargo no lo hacen porque su consciencia no les permite dar un paso tan duro, del que solo es dueño Dios para los creyentes, o la vida misma para los no creyentes.

Actitudes como la de Ana Julia son aberrantes, son claramente propias de un psicópata, que carece de sentimiento por los demás, carece de “pensar si va a hacer daño con sus actos”, tiene una extremada inteligencia y manipula las emociones de los demás. Un ejemplo claro lo tenemos en su presencia en el juzgado, llora, con que finalidad? Obviamente no es arrepentimiento, es estrategia para no estar mucho en la carcel.

El arrepentimiento ante un acto cargado de tanta maldad, aparece al instante. En cuanto uno es consciente de lo que ha hecho. No hace falta esperar ni un minuto para ser consciente del mal. Por lo que llorar, no nos convence a estas alturas.
Lo que si nos convence para llamarle “Monstruo” es precisamente la sangre fría para esperar el momento y matar a un niño, la sangre fría para esconderlo, la sangre fría para dormir con el padre del niño, viendo su sufrimiento tan desgarrador y “poder dormir”, la sangre fría para coordinar ella misma la información de la Guardia Civil..., esto no es un ser humano, esto es un monstruo.

Que sea inteligente es propia de su condición de psicópata, que manipule o intente manipular al Jurado también lo es, que también intente estar lo mínimo en la cárcel es también propio de un psicópata porque, recuerden que un ser humano normal no podría vivir, ni fuera, ni en la prisión, tras haber cometido semejante aberración. Un ser humano normal se entrega y “quiere” estar en la cárcel porque su culpabilidad supera a cualquier otro sentimiento.

Pero siempre volvemos al mismo punto, sentimiento. Sentimiento de culpa, que no tiene, sentimiento real de arrepentimiento inmediato que no tiene..., sí que tiene un sentimiento actual de arrepentimiento, pero es porque esto le puede conllevar a ella una Prisión Permanente Revisable, no porque ella se arrepienta de haber arrebatado una vida, ni de haber enterrado en vida a unos padres.

No, Ana Julia, no nos engañas, ni nos vas a engañar. Sabes bien lo que hiciste y lo que haces, eres plenamente consciente de tus actos, lo que has hecho, lo has hecho con maldad y en plenitud de facultades cognitivas y volitivas.

Por esta razón debes estar alejada de forma permanente de una sociedad sana, de una sociedad con sentimientos y ganas de hacer el bien. No tienes cabida aquí en este mundo en el que no todo es perfecto, pero merece la pena vivirlo desde el respeto al prójimo y el intentar construir cada día un mundo mejor.

Aunque claramente no son considerados enfermos mentales, en países como España, donde la jurisprudencia es "confusa", los psicópatas pueden llegar a conseguir algún tipo de eximente por su “supuesto trastorno” en los tribunales, lo que sin duda es un error, porque son personas conscientes de las consecuencias de sus actos, y por tanto, de la que dispongan de su libertad, no harán buen uso de ella, y se romperá otra familia...

Que se haga Justicia.

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