20 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA
Patio de columnas

Patio de columnas

Gabriel Araceli

Cacareo monárquico

Lo siento. Pero creo que ha llegado la hora de hablar sin miedos del tema de la Monarquía. Porque, ciertamente, como he leído esta mañana de domingo, el "cacareo monárquico" que estamos soportando está rebosando el vaso. Quosque tandem, Catilina?.Unos, comunistas y nacionalistas independentistas, porque abiertamente ya claman por una República; otros, en defensa de la actual Monarquía, y tal vez los más porque no están ni en contra ni a favor... Esta es la situación a estas alturas del siglo XXI, que, por cierto, no difiere mucho, o nada, de la de siglos pasados. Sí, ya estamos otra vez dónde estábamos, Monarquía o República, y otra vez de por medio, los Borbones, pues si hoy los discutidos son Juan Carlos I (por sus corrupciones y líos mujeriegos) y su hijo Felipe VI (por apoyar la Unidad de España), ayer eran Alfonso XIII, y anteayer Alfonso XII, y antes Isabel II, y todavía antes el más felón de la Historia, el muy traidor Fernando VII... (de ahí el sentido de las negaciones, jamás, jamás, jamás, del general Prim cuando oyó decir a alguien que debían volver los Borbones). Pero, todavía hay otra cosa más curiosa: que ni las Repúblicas ni las Monarquías han llegado en España por vía  directa de las urnas. Las Repúblicas (la de 1873 y la de 1931) llegaron, la Primera por una votación en el Parlamento, y la Segunda, agazapada y escondida en unas elecciones municipales... y las Monarquías, veamos. Fernando VII volvió cargándose la Constitución que se había dado el pueblo (o lo que fuese aquello). Alfonso XII volvió, tras ser expulsada y enviada al exilio su madre, Isabel II, por la espada del general Martínez Campos. En 1931, otra vez, los españoles mandaron al exilio a los Borbones (en este caso, al pobre Alfonso XIII, acusado, además, de traición a la Patria) y cuando ya, 44 años después, los españoles no sabían ni lo que era una Monarquía, vuelven de la mano de otro general, el ahora muy vilipendiado, Francisco Franco (y sigue siendo "El Rey de Franco"). O sea, que el pueblo español nunca, nunca, nunca, ha podido manifestarse abiertamente (y en las urnas, por supuesto) en algo tan sustancial como es la forma del Estado: ¿Monarquía o República?. Y ese es el cáncer con el que convivimos.

Y yo me pregunto: ¿y por qué no se le pregunta ya de una puñetera vez al pueblo español si quiere una Monarquía (con sus pecados y sus virtudes) o quiere una República (también con sus virtudes y sus pecados?... y que no se me diga eso de que el pueblo español ya le dijo que sí a la Monarquía cuando aprobó por mayoría absoluta la Constitución en 1978 que incluía la Monarquía, porque lo que astutamente se vendió entonces no fue Monarquía o República, sino Dictadura o Democracia (lo mismo que en 1931 con las Municipales)... Como se oculta que las Cortes que salieron de las elecciones del famoso 15-J de 1977 actuaron como constituyentes sin serlo, rozando la ilegalidad (y ahí está el Decreto 20/1977 que ordenó el Presidente por delegación, Sr. Suárez).

En conclusión, y aquí sí son oportunas las palabras casi póstumas del Padre de la Transición, Don Torcuato Fernández Miranda: "Bueno, creo que sí, que entonces nos equivocamos. La nueva Monarquía tenía que haber roto con la monarquía de Franco. Tras el 20 de noviembre tuvimos que dar otros pasos: el Príncipe tuvo que renunciar a sus " derechos franquistas" y empezar de cero . El Consejo de Regencia debió disolver las Cortes, cesar al gobierno Arias y autoinmolarse en favor de un Gobierno Provisional que convocara elecciones generales a unas verdaderas Cortes Constituyentes... y luego, y antes de la Constitución, hacer un Referéndum sobre la forma de Estado para ver qué quería realmente el pueblo español....o sea, repristinar"). ¿Repristinar? Pues sí, y no se hunde el mundo. Volver a empezar. Cualquier cosa antes que seguir con este "cacareo monárquico" permanente que nos está dejando sin dormir. Porque vivir sin saber que te vas a encontrar cuando te despiertes no es agradable (Señor Presidente ¿y qué opina usted de la situación política que estamos viviendo?... y el pobre almirante Aznar, 1931, respondió: ¿y qué quiere que le diga sino que anoche nos acostamos siendo monárquicos y hoy nos hemos hemos despertado siendo republicanos?). O como dijo Ramiro de Maeztu en plenas Cortes republicanas en 1936: "Si los socialistas sospecharan los sentimientos que animan a las derechas de esta Cámara no amenazarían con la Revolución. Creo ser el hombre más inofensivo de la tierra. En una batalla no serviría más que para víctima, porque nunca he llevado armas, ni las llevo, y si las llevara no sabría usarlas. Pero cuando se me conmina con la Revolución social que, después de la experiencia rusa, ya sé que implica la matanza general de los burgueses, me entra el impulso incontenible de quitarme la chaqueta, no para pelear con nadie, sino para que me den inmediaramente los cuatro tiros que me correspondan, porque es intolerable seguir viviendo bajo el peso de una amenaza que me está perdonando la vida".

Así que si de verdad todos queremos lo mejor para España, y todos somos demócratas y todos amantes de la libertad, pasemos a la acción. Que el Rey renuncie voluntariamente a sus derechos (sin abdicar, eso es otra cosa) y momentáneamente se aparte de España. Que el Presidente del Gobierno y sus ministros dimitan y una Regencia asuma el Poder, para convocar elecciones generales expresamente constituyentes para elegir la forma de Estado. Después Cortes constituyentes, Constitución, Referéndum, nuevas elecciones (ya ordinarias), nuevas Cortes ( ya ordinarias) y Nuevo Gobierno.

En fin, señores, amigos todos, lo dicho. Ha llegado la hora de la verdad... la hora del pueblo... con Monarquía o con República. Con libertad y sin ira.

Gabriel Araceli

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