25 de abril de 2024
|
Buscar
FIN DE SEMANA
Patio de columnas

Patio de columnas

Pilar Redondo

Historias de un perro flaco

Los escritores Manuel Luque Bendala y Pilar Redondo en la entrada del hotel: Casa de los Azulejos, hotel con encanto del que Manuel es el gerente. (Foto: Calixto Torres).
Los escritores Manuel Luque Bendala y Pilar Redondo en la entrada del hotel: Casa de los Azulejos, hotel con encanto del que Manuel es el gerente. (Foto: Calixto Torres).
Caminar sobre las estrellas en constante huida, cruzar el espejo de Alicia donde el reloj espera al tiempo, y comparte coordenadas con el recuerdo invicto.
Fecunda y latente sangre que se bate en duelo con el pasado, conjurando una y otra vez el dolor.
La palabra iza velas, leva anclas, desactivando el blanco inmaculado del folio, eso es el germen de: "Historias de un perro flaco", cuyo autor es: Manuel Luque Bendala.
 
Son un conjunto de cuentos cortos, cuya génesis es el ingreso hospitalario de uno de los hijos de Manuel, y él para hacerle una estancia más llevadera le narraba algunos de ellos, esto le sirvió de inspiración, escribió algunos más y el conjunto total es este libro.
La ilustraciones interiores que son muy atractivas y la  de portada, van rubricadas por Elena Yáñez. Está editado en todoverso, editorial dirigida por Calixto Torres.
 
En cada historia las sombras mudas conservan un trasfondo reflexivo sobre las relaciones humanas, escenifican, quizás, parte de la propia vida del escritor.
Sobre el cielo de porcelana la luna deshojada gotea silencio encuadernado...
La daga sin mañana rasga la densidad del lenguaje trazando un mapa de la vida sobre las nubes dormidas, que almidonan cada letra, tejiendo el agua ciega, los latidos sincronizados y los verbos no conjugados.
 
Él crea su propio universo literario, su particular escenografía conceptual. Pone sus escritos al servicio de los sentimientos que dan voz directa al ahora que emite su veredicto concluyente. A través de ellos parece que quisiera mostrarnos el nacimiento del "yo" literario. Ajuste de cuentas con uno mismo, autoafirmación. Se escuchan los engranajes de cada frase.
Ventilar el pasado deshilachado que sella la zanja donde la sangre muda dibuja las fronteras, recorrido transfronterizo. 
Ágiles descripciones, detallismo del que se nutre su prosa.
En estas narraciones confluyen diferentes mundos, podemos observar la retadora necesidad de la literatura para defender la libertad de expresión, y de su lectura emergemos un poco más sabios.
Desde el nosotros reconstruye la identidad individual. Apreciamos el núcleo emocional de su escritura.
Varios de estos cuentos tratan el tema del circo. Muy original es el titulado: Gregorio y Barba, al leerlo me vino a la mente: La Metamorfosis, de Kafka. 
 
En el ángulo ciego del firmamento embotellado el presente tensa la línea hecha de encuentros para amputar las periferias del acantilado de la memoria.
 
Manuel está siempre ávido de conocimientos, la curiosidad la lleva a flor de piel, y no sólo en la literatura, también en la vida diaria.
Es curtidor de relatos.
 
Las devoradoras agujas del reloj incuban tiempo que dicta justicia. Sobre el empedrado balcón de la madrugada duermen los nomeolvides encarnados en la piel de la luna.
Del mástil de cada vocablo cuelga la imantada pulcritud de la desvelada y sedienta lectura que cae en la tentación de desatar relatos concebidos para el disfrute.
 
"Marta se propuso un día calcular la felicidad y, frente a la flamante pantalla de su nuevo ordenador, comenzó a buscar en internet (...). Miró el reloj y con un suspiro pasó la página (...). Las cosas malas también requerían su dedicación. Vio muchos problemas aparecer de la nada, otros sin embargo venían de temas ya enquistados. En cualquier caso todos aquellos problemas tuvieron su nacimiento, su vida y su muerte. Con algunos menores se aprende a vivir. Para Marta cada problema fue una experiencia, un aprendizaje, aunque a veces forzado. Entendió que casi todo en la vida depende del cristal por el que lo mires y que, en ocasiones, a ese cristal había que darle una vuelta entera. Analizó lo vivido. (...). Cuando acabó el café escribió un pequeño texto... Tomemos la penúltima querida compañera y, tras de ella, escribamos pronto otro nuevo verso." (Fragmento del relato: Marta y la felicidad), autor: Manuel Luque Bendala.  
 
Tallados a gubia fertilizantes y volcánicos versos vestidos de domingo en los que la vida cristaliza impresa en el irreversible paso del tiempo, y en las entrañas de la inflamada hoguera y su duradera huella. Tienen corazón y voz interior. Esta es la sístole de la palabra de Calixto Torres, que gracias a su buen hacer en favor de la cultura se mantiene en su incólume atalaya. 
Agradecerle una vez más su labor editorial, con este libro: Historias de un perro flaco, nos da ejemplo otra vez del trabajo bien hecho.

" Cuando le dijeron a Jorgito que lo iban a curar a soplidos no lo creyó. Ni siquiera un poquito. No tenía ni pies ni cabeza, el método digo.". (Comienzo del relato titulado: Soplidos). Autor: Manuel Luque Bendala.
 
Pilar Redondo. Escritora. Córdoba.

El Cierre Digital no se hace responsable de las opiniones vertidas en esta sección que se hacen a título particular.

COMPARTIR: