Mapa de la 'generación perdida' de la Movida Madrileña: La muertes de Canito o Tino
Este movimiento contracultural esconde episodios trágicos que marcaron a toda una generación. Las drogas, responsables
El 9 de febrero de 1980, alrededor de 1.000 personas se congregaron en la Escuela de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid. El motivo fue un concierto homenaje a José Enrique Cano Leal, más conocido como 'Canito', artista fallecido en un accidente de tráfico durante la nochevieja de 1979 cuando se dirigía, junto a unos amigos, a una fiesta en el barrio madrileño de Pío XII. El intérprete no superó las graves secuelas que sufrió tras el accidente y tras permanecer varios días en coma falleció el 3 de enero de 1980. El que fuera batería del grupo 'Tos' tenía tan solo 20 años.
A mediados de la década de los setenta, las críticas musicales de la época auguraban a 'Canito' una prometedora carrera en la interpretación. Fue a finales de aquella década cuando junto a los hermanos Urquijo fundó 'Tos', el cual fue considerado uno de los mejores grupos de la Movida. Tras su muerte fue Javier Urquijo, uno de los miembros de la formación, quien promovió este homenaje en una noche de copas en el icónico bar 'El Penta'.
La noticia corrió como la pólvora y gracias a la gran difusión que obtuvo mediante el anuncio en varias emisoras radiofónicas y el boca a boca entre los estudiantes de las diversas facultades madrileñas, nadie quiso faltar a la cita. El homenaje reunió a grupos como Nacha Pop, Alaska y los Pegamoides o Mermelada y se convirtió en un evento multitudinario para honrar la memoria de Canito. Es más, aquel evento es recordado décadas después como el acto que inauguró la Movida Madrileña.
Un fenómeno que aunque fue una explosión en cualquier ámbito artístico que derivó en un deseo de libertad latente, lo cierto es que, tras el movimiento contracultural, marcado por la llegada de culturas alternativas, se esconde una crónica negra en la que miles de jóvenes fueron víctimas de la adicción a las drogas, los accidentes de tráfico, o el VIH ( la otra pandemia de la Movida). Efectos que se integraron en la denominada generación perdida
Eduardo Benavente o Tino Casal, víctimas de las carreteras
Tres años después de actuar en homenaje a su compañero Canito, Eduardo Benavente, batería de Alaska y los Pegamoides y líder de la banda 'Parálisis Permanente', fallecería a los 20 años en un accidente automovilístico a la altura de la localidad riojana de Alfaro. Benavente se dirigía desde León a la provincia de Zaragoza junto a los miembros de la banda. Tenían cerrada una actuación en un festival en el que compartiría escenario con otros grupos como Aviador Dro o Derribos Arias.
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En el Seat Ronda en el que viajaba Benavente, el cual estaba conducido por su pareja y también cantante Ana Curra se encontraba también Jorge 'Toti' Árboles Sanchez, a quien llamaban el 'baquetas de la Movida' y quien falleció víctima de un infarto en 1992. A las 17.00 horas de aquella lluviosa tarde de mayo se ven obligados a abandonar la autopista en el kilómetro 17 de la autopista A-68 debido al mal funcionamiento de uno de los limpiaparabrisas y tras reventar una rueda, el coche sale de la carretera y, como consecuencia, da varias vueltas de campana. El intérprete madrileño, quien iba sentado en el asiento del copiloto, sale disparado por el parabrisas. Falleció en el acto.
El 17 de mayo, tres días después de aquel fatídico accidente, numerosos rostros vinculados a la Movida como los cantantes Alaska o Loquillo asistieron al entierro del cantante madrileño el cual se celebró en Carabanchel, barrio madrileño en el que había crecido. Aquel joven de aspecto frágil que vestía según la estética punk sedujo al público con su música cargada de ansias de libertad y tal y como recogieron numerosos reportajes de la época, "murió sin vender su talento".
El 22 de septiembre de 1991 otro de los 'grandes' de la música de la Movida Madrileña fallecía víctima de un accidente de tráfico. Tras salir aquella noche de copas por Madrid, ciudad por la que el cantante Tino Casal sentía adoración, se dirigió en compañía de su baterista Gonzalo García Villanueva, quien conducía el vehículo, el pintor Antonio Villa Toro y el modelo Manuel Camino Alcón, a un estudio de grabación en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón.
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Sin embargo, el intérprete de 'Eloíse' jamás llegó a su destino. El Opel Corsa que conducía García Villanueva chocó, por exceso de velocidad, contra una farola de la carretera M-500 a 400 metros del Puente de los Franceses. Casal fue la única víctima mortal de aquel accidente quien, y según la autopsia, sufrió una "rotura del músculo cardíaco causada por una de sus propias costillas". Tal ha sido el legado artístico del cantante asturiano que, en último instancia, se ha convertido en protagonista de un documental que se estrenará en la plataforma Atresmedia.
Enrique Urquijo o Antonio Vega, el legado eterno
El 17 de noviembre de 1999, diez años después de la muerte de 'Canito', los hermanos Urquijo tuvieron que hacer frente a otra terrible noticia. Su hermano Enrique había aparecido muerte en el portal nº 23 de la calle Espíritu Santo de Malasaña. Su sensibilidad y su particular destreza para la composición de canciones han hecho que el artista madrileño haya pasado a la historia como uno de los mejores cantantes de la música española.
Durante la Movida Madrileña, Enrique se reunía junto a muchos de sus compañeros en los bares de moda, donde se dejó llevar por unos hábitos nada recomendables que le sumergieron en una espiral de alcohol, heroína, cocaína y humo. Descendió a los infiernos y tocó fondo, aunque logró salir durante un tiempo, pues el cantante de Los Secretos se armó de valor e ingresó en varias ocasiones en una clínica de desintoxicación. Uno de los motivos para lograr la estabilidad era su hija María, fruto de su relación con Almudena Navarro, a quien dedicó Agárrate a mí María, uno de sus temas más recordados.
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Aunque se sometió a varios tratamientos de desintoxicación, estos no surtieron el efecto deseado pues, dos días antes de fallecer pidió el alta en la clínica en la que se encontraba ingresado y se dirigió al edificio donde fue encontrado muerto a comprar droga. El cantante de Pero a tu lado falleció a los 39 años a causa de una combinación de coca base, barbitúricos y tranquilizantes que le propiciaron una parada cardiorrespiratoria. A día de hoy, su legado en el mundo de la música continúa siendo recordado.
Otro de los músicos de la Movida que falleció de manera prematura fue el cantante Antonio Vega cuya primera biografía autorizada salió a la luz el pasado 25 de enero. El componente de 'Nacha Pop' falleció el 12 de mayo de 2009 falleció con tan solo 51 años en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid víctima de una neumonía, además el músico padecía cáncer de pulmón.
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Vega fue uno de los muchos cantantes de la Movida que sucumbió a los excesos, aunque tal y como sostiene Magela Ronda, la autora de su biografía a elcierredigital.com, "como muchos de su generación pero en el caso de Antonio, él era muy deportista y le permitió aguantar según que cosas. Él se creía inmortal y muchos de su generación e incluso amigos, fallecieron a causa de las drogas. Él decidió que quería vivir así la vida, nunca lo ocultó de hecho esos episodios los refleja en sus canciones. La familia y sus amigos tuvieron que hacer las paces con la drogadicción de Antonio".
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