
KFC cambia por completo tras lo que le ha pasado con Popeyes y Chick-fil-A
KFC anuncia un cambio histórico en Estados Unidos y deja los motivos claros
En un giro inesperado y audaz, la icónica cadena de pollo frito KFC ha decidido reinventarse por completo. KFC lleva varios años perdiendo protagonismo frente a sus principales competidores —especialmente Popeyes y Chick-fil-A—. Ahora, la marca ha lanzado una estrategia integral que busca más que solo vender pollo. KFC quiere recuperar su lugar en la cima del fast food estadounidense.
Desde hace tiempo, la cadena propiedad de Yum! Brands venía sintiendo la presión. En 2024, sus ventas en Estados Unidos cayeron un 4 %, alcanzando los 4.34 mil millones de dólares. Mientras tanto, marcas como Popeyes crecían a doble dígito y Chick-fil-A se consolidaba como líder en satisfacción al cliente. Ante este escenario, KFC decidió dejar atrás su postura tradicional y adoptar una actitud más desafiante.

KFC: los cambios afectan al Coronel
Uno de los cambios más notorios ha sido la transformación visual de su símbolo más representativo: el Coronel Sanders. Ahora, en lugar de sonreír amablemente, aparece frunciendo el ceño en los anuncios, carteles y campañas digitales. Este nuevo semblante busca reflejar la determinación de la marca de volver a ser relevante en un mercado que no espera a nadie.
Este relanzamiento no se ha limitado a una simple modificación estética. Bajo el lema “Kentucky Fried Comeback”, KFC ha implementado una serie de acciones contundentes:
Promoción “Free Bucket On Us”. Los clientes que compren por al menos $15 a través de la app o la web pueden recibir un balde gratis de 8 piezas de pollo o tenders. Esta oferta, válida hasta el 24 de agosto, busca atraer tráfico digital y recoger feedback para mejorar el servicio.
Regreso de los “$7 Fill Ups”. Comidas completas a precio competitivo que apuntan al consumidor que busca ahorro sin sacrificar cantidad.
Nuevo producto: Kentucky Fried Pickles. Pepinillos fritos acompañados de “Comeback Sauce” o ranch, con el objetivo de captar al público joven aficionado a los sabores intensos y las experiencias nuevas.
Campaña con el chef Matty Matheson. Como parte de su estrategia de “chefpreneur”, KFC se asocia con el popular cocinero para presentar su comida como una obsesió. Lo hace en una serie de videos y dinámicas en plataformas como YouTube y Twitch.
Este esfuerzo de rebranding también incluye activaciones en eventos deportivos, presencia en cines y campañas interactivas. Incluso hay un reto online que promete 11 meses de pollo gratis a quien logre descifrar un código secreto basado en los “11 ingredientes y especias” del Coronel.
En palabras de los propios voceros de la marca, “sabemos que nos hemos quedado atrás, y ahora es el momento de regresar con todo”. Esta autocrítica directa no solo busca conectar con el consumidor de forma honesta. También marcar el inicio de una etapa en la que KFC apuesta por una identidad más atrevida, auténtica y competitiva.
Mientras el mercado del pollo frito sigue en expansión, el reto para KFC es demostrar que no basta con tener historia: hay que renovarse sin perder el sabor original.
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