La peligrosa estafa del motorista que está afectando a muchos conductores: no frenes
Un elaborado engaño que simula accidentes de tráfico para reclamar indemnizaciones por lesiones inexistentes
En los últimos tiempos ha resurgido una forma de estafa muy específica que afecta a los conductores, especialmente a mujeres que viajan solas. Conocida como la “estafa del motorista”; este timo consiste en la simulación de siniestros de tráfico que nunca han ocurrido o que son provocados por los estafadores.
El objetivo de esta estafa es claro: fingir lesiones físicas y conseguir cuantiosas indemnizaciones del seguro. El modus operandi de los timadores es extremadamente meticuloso. La estafa del motorista se lleva a cabo normalmente en pareja.
El modus operandi
Un primer motociclista atrae la atención del conductor, que suele ser una mujer que viaja sola, haciéndole creer que debe detenerse. Mientras la persona al volante se detiene o disminuye la velocidad, aparece un segundo motorista que colisiona intencionadamente con el coche, simulando un accidente.
Este segundo motorista es el encargado de realizar fotografías del siniestro para presentar pruebas falsas ante el seguro, mientras el primer motorista desaparece del lugar sin levantar sospechas.
Los estafadores tienden a dirigirse, de manera deliberada, a personas que parecen más vulnerables. Como mujeres que viajan solas o conductores que no presentan un comportamiento agresivo. Eligen lugares estratégicos, donde es más probable que puedan llevar a cabo su plan sin ser descubiertos fácilmente.
Los estafadores suelen repetir la estafa en una zona hasta que las víctimas comienzan a sospechar o las autoridades locales aumentan su vigilancia. Tras lo cual cambian de ubicación para evitar ser detectados y vuelven a empezar.
Una de las estrategias utilizadas por los estafadores es hacer creer a la víctima que ha cometido algún error al volante. Generándole así la culpa necesaria para que esta acepte el accidente como real. A veces, los delincuentes incluso exigen una compensación económica inmediata, solicitando el pago en efectivo en el lugar del supuesto accidente.
Sin embargo, la mayoría de las veces, el verdadero objetivo es presentar una denuncia al seguro, reclamando una indemnización por lesiones falsas.
El papel de los seguros
Este tipo de fraude está diseñado para aprovechar los sistemas de indemnización de las aseguradoras. Una vez que se ha simulado el accidente, los estafadores presentan sus reclamaciones. Adjuntando pruebas fotográficas del siniestro y documentos médicos falsos que certifican lesiones inexistentes.
En algunos casos, llegan a coordinarse con médicos o abogados para inflar la gravedad de las supuestas heridas y maximizar la cantidad de dinero que pueden recibir. El auge de esta estafa ha generado preocupación tanto entre los conductores como entre las compañías aseguradoras, que han comenzado a detectar un aumento en las denuncias fraudulentas de este tipo.
La estafa del motorista perjudica a los afectados directos y contribuye al incremento de las primas de seguros para todos los usuarios. Ya que las aseguradoras se ven obligadas a asumir estos costes fraudulentos.
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