
Estados Unidos, contra Walmart por lo que acaba de hacer su heredera a Donald Trump
La heredera de Walmart, Christy Walton, contra Donald Trump
Millones de estadounidenses celebraban con orgullo el 250 aniversario del Ejército. Sin embargo, la heredera de la fortuna Walmart decidía ir en dirección opuesta. Christy Walton, viuda del hijo del fundador de la cadena minorista, invirtió parte de su fortuna en una campaña pública que desató una fuerte polémica a nivel nacional.
El gesto de Walton consistió en pagar un anuncio a página completa en el diario The New York Times. Invitaba a los ciudadanos a movilizarse contra lo que calificó como un modelo de gobierno "monárquico".

El texto promovía el llamado “No Kings Day”, una jornada de protesta contra lo que sus organizadores consideran una deriva autoritaria. Hacía alusión directa al expresidente Trump. El mensaje, sin mencionar su nombre, coincidía exactamente con su cumpleaños, lo que no pasó desapercibido.
El medio conservador American Thinker fue uno de los primeros en criticar duramente a la heredera. Señaló que su fortuna no proviene de mérito propio, sino de su vínculo con la familia Walton.
El artículo, firmado por Richard Blakley, acusó a Walton de financiar una campaña que terminó asociada con disturbios violentos en varias ciudades del país. En Portland y Salt Lake City, las manifestaciones derivaron en enfrentamientos con la policía, heridos y hasta un fallecido. En Minnesota, un tiroteo relacionado con un supuesto simpatizante de “No Kings Day” alimentó aún más las tensiones.
Walmart y su polémica heredera
Christy Walton, cuya fortuna ronda los 17 mil millones de dólares, aclaró en el anuncio que la opinión expresada era solo suya. Pero el impacto no tardó en extenderse a la empresa que representa su origen patrimonial. Walmart, a través de un comunicado, aseguró que Walton no forma parte de su junta directiva ni tiene injerencia en sus decisiones empresariales.
A pesar de esta aclaración, la indignación no se contuvo. Figuras como Roger Stone, asesor cercano a Trump, llamaron al boicot de la cadena minorista. “La heredera de Walmart subsidia la insurrección”, escribió en su cuenta de X (antes Twitter), pidiendo protestas frente a las tiendas.
El fondo del problema va más allá del anuncio. Muchos conservadores ven en esta iniciativa un acto de ingratitud hacia la base de consumidores que sostiene el imperio Walton. Walmart concentra buena parte de su clientela en los estados del centro y sur del país, donde el apoyo a Trump es más fuerte. “¿Quién cree que paga su desayuno y su cena?”, se preguntan algunos en redes sociales.

Walmart prefiere el silencio
Mientras tanto, la cadena Walmart mantiene un perfil bajo. Aunque su postura oficial ha sido deslindarse de la heredera, lo cierto es que la familia Walton posee cerca del 45% de las acciones. Su peso en la marca es innegable. Y algunos ya plantean si es justo seguir alimentando con compras diarias a quienes, desde la élite, atacan las creencias de millones de ciudadanos.
El episodio reabre un viejo debate y varias preguntas. ¿Pueden las decisiones políticas o personales de los herederos de grandes empresas tener consecuencias sobre el consumo? Para muchos conservadores, la respuesta es un sí rotundo. Y la propuesta de un “Día sin Walmart” comienza a cobrar fuerza como respuesta simbólica a una provocación que, aunque publicitaria, ha tocado una fibra muy sensible del electorado republicano.
En una época donde cada dólar cuenta como forma de expresión, los consumidores empiezan a plantearse una decisión: seguir comprando o castigar con el silencio del carrito vacío.
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