elcierredigital.com, Costco, La Menorquina Costco enfada a medio Estados Unidos con su anuncio y Sam’s Club gana la partida
Más cambios polémicos en Costco y los clientes alzan la voz en Estados Unidos
Costco ha logrado algo que parecía impensable: enfadar a buena parte de sus fieles compradores. Un cambio inesperado en uno de sus productos más populares ha desatado una oleada de críticas en redes sociales y podría abrirle la puerta a su gran competidor: Sam’s Club.
Todo comenzó cuando Costco anunció una modificación en la fabricación de los pañales de su marca Kirkland Signature. Hasta hace poco, estos productos eran elaborados por Kimberly-Clark, la reconocida empresa detrás de Huggies. Pero ahora, tras terminar esa relación, Costco ha encargado su producción a First Quality, una compañía menos conocida. Aunque la cadena presentó el cambio como una mejora, la reacción de los clientes fue inmediata.
Clientes indignados: “¡Es fino como papel!”
Muchos detectaron que los nuevos pañales son “más delgados”, “menos absorbentes” y “de calidad inferior”. En redes como TikTok, padres indignados mostraron comparativas entre los modelos antiguos y los nuevos. Algunos usuarios describieron los pañales como "fino como papel" y advirtieron que planeaban devolverlos.
La polémica ha escalado rápidamente. Muchos compradores, molestos por la falta de comunicación previa, amenazan con cancelar sus membresías. Otros, decepcionados, ya han empezado a buscar alternativas en la competencia.
Sam’s Club aprovecha el error de su rival
En este contexto, Sam’s Club, propiedad de Walmart, aparece como el gran beneficiado. Sam’s Club ha mantenido hasta ahora una línea de productos consistente y con buenas valoraciones en calidad. Su oferta de pañales Member’s Mark es bien valorada entre los consumidores, tanto por el precio como por el rendimiento.
La crisis de Costco ofrece a Sam’s Club una oportunidad de oro para captar a los clientes descontentos que buscan mejores opciones. No es la única decisión reciente de Costco que ha generado malestar. Hace apenas unas semanas, la empresa anunció también el cambio de proveedor de bebidas en sus food courts.
Abandonaron a Pepsi después de doce años para asociarse con Coca-Cola. Este movimiento dividió opiniones: algunos celebraron el cambio, pero muchos lamentaron la pérdida de su bebida favorita. Además, se rumorea que el famoso combo de hot dog, símbolo histórico de Costco, podría subir de precio por primera vez en décadas.
Este cúmulo de cambios, sumado a la percepción de una bajada en la calidad de sus productos, ha dañado la imagen de la marca. Mientras tanto, Sam’s Club sigue avanzando. En los últimos meses ha impulsado programas como Scan & Go, mejoras en entregas a domicilio y la expansión de productos exclusivos.
Todo esto le ha permitido ganar terreno de forma silenciosa, pero constante. Si Costco no logra calmar la indignación de sus miembros, podría enfrentarse a una fuga significativa de clientes. Y en una batalla tan competitiva como la del consumo masivo en Estados Unidos, cualquier error se paga caro.
Sam’s Club parece estar listo para recoger a esos compradores desencantados. Mientras Costco intenta recuperar la confianza, su gran rival celebra el momento. El mensaje de los consumidores es claro: no todo vale cuando se trata de ahorrar unos pocos dólares. La calidad, la confianza y la transparencia siguen siendo valores que pesan a la hora de decidir dónde comprar.
Costco enfrenta una de sus mayores crisis de imagen.
Sam’s Club, mientras tanto, sonríe.
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