Ábalos en la picota: vínculos de la tauromaquia con intelectuales españoles
Ábalos en la picota: la tauromaquia y sus vínculos con intelectuales españoles
Antes de declarar su animadversión a la Fiesta Nacional, José Luis Ábalos se dejaba ver en los cosos y plazas de España donde disfrutaba de una pasión que ahora, por motivos políticos, pretende enterrar. Desde hace años, la izquierda ha incorporado a su discurso ideológico la lucha contra las corridas de toros, olvidando de que también muchos votantes de partidos de izquierdas son seguidores de la Fiesta.
Joaquín Sabina, Andrés Calamaro o Joan Manuel Serrat son algunos ejemplos de personajes públicos que se han declarado votantes de izquierda y que también son grandes seguidores de la tauromaquia. El mundo del toro siempre ha estado estrechamente vinculado con la creación artística a lo largo de la historia. En el ámbito pictórico es fácil encontrar motivos taurinos en la obra de grandes artistas de distintas épocas o tendencias: Murillo, Goya, Pablo Picasso, Salvador Dalí, Cristóbal Toral o, más recientemente, Costus.
La vinculación con los toros del cine y la literatura
El arte por antonomasia del siglo XX, el cine, también ha contado entre algunos de sus grandes creadores con aficionados a los toros: Abel Gance, Chaplin, Orson Welles, Rafael Gil, Luis BuñuelÖ El ejemplo más reciente en nuestro país es Pedro Almodóvar que en su cinta Hable con ella realizó un homenaje al mundo taurino realizando imágenes de gran belleza plástica.
La literatura también ha estado muy vinculada al mundo del toro. Hoy en día tiene entre sus grandes defensores al Premio Nobel hispano-peruano Mario Vargas Llosa. No es el único caso, el mundo de la poesía ha sabido ver en la mezcla de sexo y muerte que desprende la tauromaquia una gran fuente de inspiración. Especialmente recordadas son las referencias al mundo del toro en la obra de Federico García Lorca, símbolo de la Generación del 27 y de la represión sufrida por los artistas comprometidos con la izquierda al estallar la Guerra Civil tras el Golpe de Estado del 18 de julio de 1936.
José Luis Ábalos ahora parece olvidar toda esta tradición y parte de su propia historia, siendo hijo de un eterno aspirante a torero que estuvo comprometido con la defensa de la II República. Sin embargo, la historia general y la particular del ministro pesan mucho.
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