28 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

La APM de la magistratura, la apolillada APM del sector de la prensa y el periodista Juan Luis Galiacho

Victoria Prego
Victoria Prego
El catedrático de Teoría de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, Felicisimo Valbuena, analiza en este artículo la diferente vara de medir entre la Asociación Profesional de la Magistratura y la Asociación de la Prensa de Madrid en relación al periodismo de investigación. Mientras la asociación judicial entiende que este tipo de periodismo es vital y fundamental, la asociación periodística no respalda a sus asociados como ha ocurrido con el caso del "rey del cachopo".

Cuando Juan Luis Galiacho, director de El Cierre Digital, me comunicó que la Asociación Profesional de la Magistratura le había invitado a unas Jornadas Jurídicas en Málaga, le dije que su intervención iba a interesar mucho a la audiencia. El secreto del éxito en Jornadas de este tipo es encontrar la mezcla adecuada de aportaciones teóricas –el “mapa”- y otras que exponen casos reales – el “territorio”-.

Acerté. Tampoco tiene mucho mérito esa predicción.

La APM (Asociación Profesional de la Magistratura) confía en Galiacho, porque conoce su trayectoria profesional

El título de las Jornadas era 'Por el diálogo' y las había organizado la Asociación Profesional de la Magistratura (APM). La Ponencia en la que intervino Galiacho, el pasado 9 de mayo, fue "El Crimen Organizado en la Costa del Sol". La moderó el vocal del Consejo General del Poder Judicial, Juan Manuel Fernández. Participaron  el profesor de Derecho Procesal de la Universidad Complutense de Madrid, Juan Carlos Ortiz Pradillo, el magistrado en excedencia Javier Gómez Bermúdez y el jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta del CNP en la Comisaría Provincial de Málaga, José Manuel Rando Cano.

El éxito de su intervención no se debió a que sea un rostro familiar sino a que satura sus afirmaciones con pruebas reales. Es uno de los periodistas que ha sobrevivido a  la Edad de Oro del periodismo de investigación en España (1980-2000).

Juan Luis Galiacho, profesor universitario, es un rostro familiar de varias televisiones y programas de radio. Por dos razones. La primera: ofrece exclusivas, fruto de su trabajo de investigación. La segunda: en otras ocasiones, Galiacho es requerido para que ofrezca fundamento a noticias que ocupan los titulares en los medios de comunicación. Y no hay más historia.

¿Por qué acuden las televisiones a Galiacho? Porque tiene escritos varios libros sobre personajes –Jesús Gil, Miguel Durán, Miguel Boyer e Isabel Preysler…- y sobre grupos. Sobre todo, los ricos españoles, a los que ha dedicado nada menos que tres libros: “Matrimonios S.A”, “Hijos del Gran Poder”, “Mujeres del Gran Poder”. Son muchas las personas a las que Galiacho ha estudiado durante años. Por eso, cuando en los espacios televisivos en que interviene, alguien menciona un caso de actualidad, Galiacho ofrece el ambiente, el panorama. Si Galiacho fallase, desde luego que no le volverían a llamar. Y los programas se limitarían al cotilleo.

La APM (Asociación de la Prensa de Madrid) no apoya a Juan Luis Galiacho en un caso de su trabajo profesional

Ahora, cambiamos a una retrospectiva, como el cine. Días antes de esas Jornadas, Galiacho había llegado a un acuerdo con un preso, acusado de asesinato, para entrevistarle. La razón es que había sido Galiacho quien más información había dado sobre ese recluso. Incluso, “El Cierre Digital” le había denominado “El rey del cachopo”.

El director de la cárcel donde el acusado está recluido, negó el permiso a Galiacho. Si todos los directores de la cárcel hubieran obrado siempre de la misma manera, nos habríamos quedado sin conocer, entre otros, el libro del desgraciadamente desaparecido periodista Matías Antolín: Soares Gamboa: Agur, ETA. El adiós a las armas de un militante histórico (1997).  Gracias a esta obra, nos enteramos de la trayectoria  que había seguido Juan Manuel Soares Gamboa, terrorista de eta –había participado en 27 asesinatos- y cómo había decidido abandonar la banda y acusar a algunos de los terroristas a los que conocía.

Entonces, pregunto: ¿Interesa a los españoles que un periodista de investigación se entreviste con un recluso?

Galiacho acudió a Nemesio Rodríguez,  Presidente de la FAPE, para que le ayudase a encontrar una solución a su problema con el director de la cárcel. La respuesta fue lo que en otras columnas de otros digitales he denominado como un “nemesiazo”: “Consulta primero a la APM”, le dijo. “Pero bueno, si Nemesio es el presidente de la FAPE, ¿no estoy consultando ya a la APM?”. Ah, eso no le importa a Nemesio. En sus intervenciones da muestras de una falta de formación y de habilidades sociales que nada tienen que ver con lo que se espera de un presidente.

Victoria Prego, tampoco le apoyó. Le vino a decir que llevaría el caso a una Asamblea de la APM.

Cuando Juan Luis Galiacho me comentó lo que le había ocurrido primero con Nemesio Rodríguez, presidente de la FAPE primero, y con Victoria Prego, después, le respondí: “¿De qué te extrañas? Si me lo hubieras preguntado antes, te hubiera respondido que lo sorprendente habría sido que te hubieran ayudado”.

Los precedentes de Victoria Prego y Nemesio Rodríguez y la teoría de los Accidentes y Escándalos

Victoria Prego ganó las elecciones a la Presidencia de la APM por 12 votos de diferencia. Pues bien, uno de esos votos fue el mío. Un amigo, Manuel Cerdán, me pidió que votase a Victoria. Ella nos pedía que aportásemos propuestas. Propuse que instituyese el derecho al Recurso para los periodistas que recibiesen un dictamen desfavorable de la Comisión de Quejas de la FAPE, como ocurre en otros países.

Después de ser Presidenta, ella se olvidó de todo. Ahora que los partidos tanto hablan del “voto útil”, creo que apoyar a Victoria Prego ha sido el voto más inútil que he emitido en toda mi vida.

No voy a entrar en el fondo del caso que Galiacho está investigando. Lo que me interesa es comprobar qué razón tenían los investigadores Harvey Molotch y Marilyn Lester cuando investigaron sobre la estructura de la realidad informativa. Los Accidentes,  Escándalos y Acontecimientos Fortuitos nos descubren cómo es realmente la realidad.

En el caso de la frustrada entrevista entre Galiacho y el recluso, nos hemos dado cuenta de cómo han empeorado las facilidades que los periodistas encuentran en las cárceles cuando quieren realizar su trabajo de investigación.

Y también, el nulo apoyo de la Asociación de la Prensa de Madrid cuando un asociado concreto pide ayuda. Y hablo de un periodista concreto, como Galiacho, porque pienso que Nemesio Rodríguez y Victoria Prego sí hubieran apoyado a otro/a periodista. Hay precedentes. Ellos practican el apoyo selectivo.

Nemesio Rodríguez o cómo hay periodistas que son como los globos: Tanto más suben cuanto menos peso tienen

Nemesio Rodríguez no tiene estudios universitarios. Tuvo la oportunidad de convalidar sus estudios de las antiguas Escuelas de Periodismo del Estado o de la Iglesia y cursar la Licenciatura en Ciencias de la Información. No lo hizo. Y se nota mucho. En una Asamblea de la Asociación de 2018, llegó a decir que “hay más Facultades de Ciencias de la Información que botellines”. Con su estilo, autoritario y a voces, en una Asamblea de 2018, así replicó a un profesor que había hecho una propuesta excelente, y que vale intelectualmente mucho que Nemesio.

Nemesio Rodríguez

Trabajó siempre en la Agencia EFE y no se le conocen obra alguna de probado cacumen.  

En Cuadernos de Periodistas, he leído un artículo que publicó el mes de enero de este año: “La libertad de expresión en 40 años de democracia”. Un artículo lleno de topicazos. ¿De qué puede escribir Nemesio sino de lugares comunes? Y luego está el asunto que me hace reír. Sólo hay que leer a Nemesio y verlo en cualquier Asamblea de la APM, con su estilo rígido, y de mente muy, pero que muy cerrada, para comprobar que es una contradicción andante.

No admite que personas que hagan propuestas, puedan no asistir a la Asamblea por cualquier imprevisto que se presente. Como si lo importante no fueran la validez de una propuesta, y no estar presente en la muy poco concurrida sala donde se celebra cualquier Asamblea de la APM. Nemesio y Victoria Prego se niegan a retransmitir en streaming las Asambleas. Saben que esas Asambleas pueden convertirse en un espectáculo cómico.

Sobre todo, añadiendo las actuaciones de Fernando González Urbaneja. ¡Qué trío! No me puedo ocupar en esta columna sobre Urbaneja, pero prometo examinar sus escritos cuando opina de Periodismo. Al leer algunos escritos de Urbaneja y de sus intervenciones en las Asambleas, me acuerdo de la expresión muy del pueblo: “¡Qué risión!”. Bueno, hay que decir, en su favor, que en el último año notamos un progreso. Mínimo, eso sí, pero progreso. Ha cambiado “mierda” por “monserga”.

La gran pregunta es “¿Por qué pagar una entrada de teatro si podemos tenerlo gratis cuando algún día retransmitan por streaming las dos Asambleas semestrales de la APM y actuando el trío citado?” Desde luego, yo me reí todo lo que quise mientras escribía mi impresión sobre una Asamblea a la que asistí. Y  me volví a reír más cuando me hicieron llegar, seis meses después, la grabación del audio de otra Asamblea. Repito: Una Asamblea de la APM, por streaming, puede competir con cualquier comedia.

Entonces, ¿cómo es posible que una persona como Nemesio haya llegado a ser Presidente de la FAPE (Federación de las Asociaciones de la Prensa de España? Ah, eso hay que preguntárselo a quienes le han votado. Desde luego, quien también se presentó a esas elecciones fue Javier Martín Domínguez. Sólo hay que comparar los dos currícula para comprobar que Martín Domínguez tiene mucha mejor formación que Rodríguez. Pero mucho mejor.

Los burócratas se dedican a perpetuarse en su apolillado inmovilismo; los inteligentes se dedican a trabajar de verdad.

Ha pasado un año desde que Nemesio subió a las nubes y ¿ha puesto en marcha los puntos de su programa? ¿Cambiar Nemesio el Código Deontológico, como prometía? Cambiar a mejor, claro está. ¿Nemesio y avance? No casan, que no.

Nemesio es lo que los soviéticos llamaban un “aparatchick”, un hombre del aparato (entonces, del Partido Comunista). James Billington lo definía como  alguien de no grandes planes, pero de cientos de detalles cuidadosamente ejecutados. Nemesio sólo se dedica a preparase la próxima elección de sí mismo, para sí mismo, consigo mismo, etc.

Sí, una de las características que estamos observando en la FAPE es el poder que tienen profesionales que cursaron sus estudios en Escuelas de Periodismo. ¿Nemesio es el Presidente de la FAPE? Pues la Vicepresidenta es María Dolores Massana  Argüelles. También de una de esas Escuelas. Una persona a la que conozco muy bien fue denunciada ante el Comité de Quejas de la FAPE y ante tres estancias más. Se enteró de que la ponente del Comité era Massana Argüelles. Su dictamen era chapucero, tan falto de base intelectual y jurídica que así lo hizo ver al Comité por escrito. Pues nada, el Comité apoyó el dictamen de una persona que demostraba una gran incompetencia.

La persona a quien conozco muy bien acudió a los Tribunales y la Magistrada-Juez, Dña. Ana Fernández Valentí, dictó una sentencia en la que demostraba que ella tenía los puntos de vista sobre la libertad de expresión mucho más claros que la inmovilista Comisión de Quejas de la FAPE. Por supuesto, dio la razón a la persona a la que conozco muy bien. Pues nada, pasan los años y ahí tenemos a Massana eternizada en la FAPE y escribiendo un artículo ridículo para defender el Código Deontológico y el Comité de Quejas de la FAPE. Un ejercicio ombliguista, como es inseparable de estas personas.

Viendo la trayectoria de Nemesio, de Massana, de Urbaneja, surge la cuestión de para qué han servido cerca de 50 años de Facultades de Ciencias de la Información. Los pájaros disparando a las escopetas.

Entra en acción Carlos Berbell con su potencia intelectual: naftalina contra el apolillamiento

Carlos Berbell, Director de “Confilegal”, es uno de los periodistas con más credibilidad en el panorama actual. El pasado 28 de abril publicó una columna: “Instituciones Penitenciarias impide que un periodista visite al «Rey del Cachopo», restringiendo derechos constitucionales”.

Una de las características de Carlos Berbell es que documenta sus afirmaciones hasta hacerse inacusable y hacer a los demás inexcusables. Podría haber sido Doctor en Ciencias de la Información. Sólo su libro de 2004, “C.S.I., Casos reales españoles” hubiera sido una gran Tesis Doctoral. Quizá Berbell tenía muy claro lo que quería conseguir en la vida y decidió que no era obligatorio que él pasase por la docencia universitaria.

A la vista de lo que luego ha sido, le doy la razón. Ahora que tanto se lleva, incluso entre los adolescentes, la palabra “influencer”, estoy convencido de que Berbell es una de las personas más influyentes en el llamado “poder judicial”. Dudo mucho que lo hubiera sido como profesor universitario.

Y Berbell escribió una columna maravillosa. No se trataba de defender a Juan Luis Galiacho sino a los periodistas en general. Por eso, él tituló: “Instituciones Penitenciarias impide que un periodista visite…”. No quería personalizar. Lo que le ha pasado a Galiacho puede pasarle a cualquier periodista.

Comenzó Berbell exponiendo cómo los estadounidenses respetan el derecho a la libertad de expresión y de comunicación de los presos, ya sean preventivos o condenados. “En España, lo que impera es la arbitrariedad y la discrecionalidad más absoluta. Y hay que decirlo públicamente. Hoy por hoy depende de la sola voluntad de los responsables del centro”.

Seguía Berbell: La Dirección del centro lo impidió. ¿Por qué? Por la condición de periodista de Galiacho. Sólo por eso.

Como los responsables de Instituciones Penitenciarias saben quién es Carlos Berbell, le respondieron: «No es una cuestión de fondo sino de forma». «Galiacho tenía que haber solicitado la entrevista, por conducto oficial, a través de Secretaría General. Y no nos solicitó nada». 

La explicación puede ser entendible. “Pero si rascamos en la superficie, desde el punto de vista periodístico, la realidad es que rara vez Instituciones Penitenciarias concede y facilita entrevistas de periodistas con internos”.

“De ahí que muchos compañeros tiren del subterfugio de la visita, guardando todo el secreto y discreción, hasta obtener el material para después publicarlo”.

Es decir, el escándalo de la prohibición permitió ver la realidad profunda, que Berbell descubrió. “En Estados Unidos, Galiacho habría informado a la dirección del centro y el día fijado le habrían facilitado un cuarto para verse cara a cara con el «Rey del Cachopo». Eso aquí estaba fuera de todo lugar. No habría sido posible. Por eso lo sucedido es muy importante”.

Y a partir de ahí, Berbell avanza, como si dispusiera a la vez de un bisturí y de una tuneladora y concluye que el recluso que quería entrevistarse Galiacho ha sido discriminado arbitrariamente, mientras que la dirección del Centro Penitenciario ha privilegiado a los presos del “procés”. Es decir, que Instituciones Penitenciarias ha utilizado una doble vara de medir.  ¿A que tienen mucha razón los autores de la Teoría de los Accidentes y Escándalos?

Merece la pena leer esta columna de Berbell. (Aquí dejo el enlace) http://bit.ly/2XRtgv4

Todo este trabajo de Berbell debería haber correspondido a Prego-Rodríguez. No lo hicieron y demostraron que su manómetro intelectual está cercano a cero. En lugar de ponerse el mono, prefieren seguir en el machito. Menos mal que contamos con Berbell, mucho más valioso que el apolillado trío. Él no es un hombre del aparato.

Como diría un personaje de “Las bodas de Fígaro”, de Beaumarchais: “¿Por qué pasan estas cosas y no las otras?”. Desde luego, lo que está ocurriendo en la APM y en la FAPE merece un buen trabajo de investigación, dedicado a presentar la historia y la intrahistoria de estas dos organizaciones. Sí, y comparándolas con las de otros países. Eldiario.es ya trazó un bosquejo o, como diría Borges, un “esquicio”. A partir de aquí, hay que trazar  un plano y construir un texto que puede resultar muy atractivo a muchos lectores.

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