25 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Su sobrina ha condensado en el libro “Si vas a Roma, llama a Paloma" toda una trayectoria periodística ejemplar y lo generosa y divertida que era

"Paloma Gómez Borrero era incansable, con un gran don para la comunicación y capaz de transmitir confianza y alegría en todo lo que hacía”

Pilar Gómez-Borrero, sobrina de la gran periodista Paloma Gómez Borrero (Madrid, 1934-2017), ha escrito el libro “Si vas a Roma, llama a Paloma” que presentará este lunes a las 19.00 h en el Café Comercial. En él recoge todas las anécdotas de la singular vida de Paloma con el fin de recordar a este gran referente de la comunicación.

 En esta entrevista Pilar nos cuenta cómo era su tía y las interesantes vivencias que se recogen en el libro. Puedes comprar su libro aquí.

¿Qué motivos te llevaron a escribir este libro?

Todo comenzó cuando la ingresaron en marzo de 2017. Mi padre, su hermano, José Carlos, le propuso recoger las historias y anécdotas con las personas tan interesantes que había conocido. Así elaboramos una lista con más de 120 personalidades donde se encontraban 4 papas, reyes, primeros ministros, cantantes, actores, deportistas… ¡de todas las partes del mundo!

Es un libro muy ágil de leer, prácticamente a anécdota por página. El objetivo ha sido recogerlas tal y como ella las contaba, de tal manera que al leerlo, realmente parezca que estás “escuchando” su inconfundible voz. Además, es un libro solidario. Todos los beneficios que me correspondan son para la Fundación Pequeño Deseo, para cumplir el deseo de niños enfermos… cuyo sueño sea ir a Roma a ver al Papa. Me pareció buena idea que, una vez que mi deseo de ver publicado el libro se cumplía, contribuir a que otros cumplan también el suyo.

¿Cómo era Paloma Gómez Borrero?

Paloma era incansable, tenía una capacidad de trabajo sin medida, preparaba, contrastaba y buscaba la manera más directa y amena de transmitir cada frase que escuchabas. La fórmula mágica: trabajo, trabajo y trabajo, con una alta dosis de pasión por todo lo que hacía. Tenía un gran don para la comunicación, pero su gran mérito era, además, ser capaz de transmitir confianza y alegría en todo lo que hacía.

Creo que es un referente para el periodismo. En la era pre-internet, en su casa la televisión estaba siempre encendida y la radio la acompañaba. En cuanto a su mesa de despacho, no se sabía cómo era puesto que los papeles y cintas de grabación la tapaban. De hecho, a ella no se la veía, se la intuía… detrás uno de los periódicos tamaño sábana…y cuando llegaron las nuevas tecnologías las supo adoptar para sacar lo mejor de ellas. ¡Incluso fue a un curso de Google!

Así era Paloma, siempre conectada, trabajando y, sin duda, alegre y divertida.

Paloma fue la primera mujer corresponsal de Televisión Española, lo fue en Italia y en el Vaticano ¿Cómo vivió esta etapa?

Paloma llega a Roma a vivir desde la ciudad de Pisa, donde residía desde que se casó  con un piloto militar italiano, Alberto de Marchis. Su marido se quiso pasar a la aviación comercial y ello implicaba irse a la capital italiana.

Sí la corresponsalía era en Italia y en el Vaticano, pero las noticias de la segunda eran más numerosas que las primeras. Pero Paloma no llegó a ser la primera corresponsal de Televisión Española sólo por fortuna, por una suplencia transitoria que se convierte en permanente. Si no hubiera trabajado y preparado ese puesto desde muchos años antes, no hubiera contado con la oportunidad de suplir al corresponsal titular en Roma, José Antonio Plaza. Francisco Narbona es quien confía en ella, sin dudas porque ya le había demostrado su profesionalidad con creces.

En el avión con el Papa

¿Cuál era su opinión sobre la iglesia católica?

Su profesión estaba directamente relacionada con la información religiosa, era probablemente una de las periodistas vaticanistas más especialistas del mundo. Y en su caso, confesaba abiertamente su Fe católica. Paloma era católica practicante y reconocía que no pertenecía a ninguna congregación ni movimiento. Y sin embargo, probablemente creo que a todas les hubieran gustado que formara parte de ellas.

Se hizo respetar en un entorno muy particular y primordialmente de hombres. Nunca traicionó a ninguna fuente y entre sus amigos de verdad se encontraban sin duda numerosos sacerdotes, cardenales y obispos.

Me gusta mucho recordar lo que seguramente fuera parte de su éxito: Paloma Gómez Borrero confesaba que “me gusta escuchar y respeto mucho las ideas de los demás, que no quiere decir que las comparta”. Pero realmente su secreto era aplicar su particular teoría: “No es necesario contradecir, basta contrapensar. Yo contradigo poco y contrapienso mucho”.

Vivió una escena muy divertida con Marujita Díaz en el Vaticano ¿Podrías contárnosla?

Una de las visitas más divertidas que recordaba Paloma de españoles en audiencia con Juan Pablo II fue la de María del Dulce Nombre Díaz, más conocida como Marujita Díaz. La actriz y cantante española fue considerada como la “Reina de la Copla” y la “Reina de la Revista musical española” y como tal, se vistió para saludar al Papa.

Paloma llevaba un pequeño seat Panda por entonces y la peineta y mantilla de Marujita estaba claro que no iba a entrar si no iba en un descapotable…

-No pasa nada, dijo optimista Paloma, entramos…

La solución fue llevar a la Reina de la Copla con la ventanilla bajada y la cabeza por fuera, por todo Roma. Al menos hubo suerte y ni se dislocó el cuello ni ningún loco conductor romano se enganchó con la mantilla española.

Pero antes de la audiencia Marujita también protagonizó una particular conversación con uno de los guardias suizos, al quien pidió que le quitara la valla de delante de su privilegiada primera fila porque:

-Quiero arrodillarme y cantarle al Papa el “no te vayas todavía”

El guardia que no había estudiado español pero que captó la esencia del mensaje de aquella señora vestida de mantilla y con media joyería encima le replicó tajantemente:

-¡Kantar, aquí noooon se kanta!

-¿Que no canto yo? Yo aquí canto porque me sale del alma

-¡Noon Kantare!, insistía el guardia

-¡Ay! ¡Este tío vestido de máscara que me quita la Fe!, acusaba Marujita.

Paloma tuvo que hacerla entrar en razón y convencerla de que aunque en España era muy famosa, en el Vaticano aquel guardia podía echarla si no se comportaba, y consiguió tranquilizarla.

Cuando pasó el Papa por su sitio a saludar, Marujita se emocionó muchísimo y le cayeron unas lágrimas enormes que se mezclaron con su rímel. Sacó un enorme crucifijo y se lo mostró al Santo Padre.

-¡El cristo que está en la tumba de mi madre, me lo bendiga, Santidad!

Juan Pablo II tenía cara de no estar entendiendo nada, ni de las palabras ni de la situación y miraba a la madre de Alejo García, que estaba justo al lado como buscando una explicación.

Realmente su secreto era aplicar su particular teoría: “No es necesario contradecir, basta contrapensar. Yo contradigo poco y contrapienso mucho”

 Ella dio la exclusiva del asesinato del ministro de Italia Aldo Moro, incluso antes que los medios italianos ¿Cómo lo hizo?

“Descubrir el cadáver de Aldo Moro, primer ministro de Italia, fue para mí impactante”, reconocía siempre Paloma.

-Como soy baja, por no decir pequeñísima, me fui metiendo entre el tumulto a pesar de que incluso me tiraron al suelo. De pronto me encontré en primera fila justo en el momento en que abrían el maletero de un automóvil y vi el cadáver de Aldo Moro.

Inmediatamente fue a un bar y les comentó que acababa de ver el cuerpo muerto del Primer Ministro y que tenía que llamar por teléfono. Había terminado el Telediario de las tres de la tarde en España. Avisaron a Pedro Macía, director de informativos entonces, y desde ese bar romano Paloma dio en crónica de urgencia la noticia de la muerte de Aldo Moro.

Precisamente por esta información el Presidente de la República concedió a Paloma Gómez Borrero el Premio Calabria a un corresponsal extranjero en Italia.

Paloma tenía muy buena relación con grandes artistas del cine italiano. ¿Con qué personalidades se codeó en este ámbito?

Fue a hacer una entrevista al director de cine Luciano Emmer, uno de los padres del neorrealismo cinematográfico, al hospital de San Camillo de Roma donde se estaba rodando un largometraje sobre el parto sin dolor que se llamaba “Il momento più bello”, en el que ella tuvo un pequeño papel como enfermera. Fue en 1957 y los protagonistas eran Marcelo Mastroianni y Giovanna Ralli.

Pero sin duda no fue el único actor italiano conocido a quien entrevistó. De hecho, Sofía Loren le enseñó a hacer unos espaguetis a los que puso su nombre…

Paloma Gómez Borrero en " Il momento più bello"

 ¿Qué personas crees que marcaron más su vida como profesional?

Durante más de 50 años de profesión es muy difícil destacar sólo a algunas personas, seguramente me dejaría injustamente a alguno. Creo que todos sus compañeros de profesión la han hecho ser como era.

¿A demás del periodismo, tenía otra pasión recalcable?

Su “pasión” era sin duda exprimir cada día al máximo. A pesar de no dejar descansar su pasión periodística no había día que no lo dedicara a pasiones más lúdicas. Todos los días tenía comidas o cenas con amigos y no faltaba a los innumerables eventos culturales. Debo decir, que ¡yo no he podido seguir nunca su ritmo! Me apuntaba a algún sarao una vez a la semana como mucho, y de hecho, una de las noches que fuimos a un musical me enteré al día siguiente de que nos había “aparcado” en casa a mí y a mi tripa de 7 meses y se fue al bar de copas donde mi hermano estaba como relaciones públicas a tomarse la “última”.

Su última etapa profesional la vivió en ‘Amigas y conocidas’ ¿Cómo vivió este periodo?

El programa que dirigía Alberto Maeso fue uno de los que más disfrutó.  Volver a televisión española con, sus más amigas que conocidas, ha permitido además que nos quede de su carrera profesional no sólo su inconfundible voz, sino también no olvidar su contagiosa sonrisa.  

El 8 marzo fue su último programa en  'Amigas y conocidas', dos días antes de ingresar
 

Paloma se caracterizaba por su vitalidad y sentido del humor, su muerte vino de manera repentina… ¿Cómo afrontó sus últimos momentos?

De una forma admirable. No escuchamos nunca ninguna palabra de queja ni de dolor. Se mostró siempre optimista y comentaba cómo esperaba volver a casa en “unos días”. Sin embargo, en su mesilla, San Juan Pablo II y Santa Madre Teresa de Calcuta la acompañaban y, seguramente ella también pensaba que esos pocos días a los que se refería era los que le quedaba para volver a ver a sus dos santos favoritos.

Creo también que murió como le hubiera gustado, si le hubieran dado a elegir. A sus 82 años seguía trabajando en televisión, dando conferencias, recorriendo España recitando a Santa Teresa, escribiendo libros… y su enfermedad apenas la impidió seguir su incansable agenda durante 14 días. Se fue en paz y con los deberes bien hechos.  

 

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