Pablo Iglesias debuta como editor en medio del conflicto entre Podemos y Sumar
El 'Diario Red', impulsado por el Canal Red, lanza con más de 20 programas y casi 16,000 socios en seis meses.
Más de 20 programas televisivos y casi 16.000 socios ha atesorado en sus primeros seis meses de vida el Canal Red, que emite a través de la TDT madrileña y que ayer lanzó un hermano pequeño, el periódico digital Diario Red.
Su editor, el fundador de Podemos y exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias, afirma que Diario Red es "un periódico digital modesto pero con ganas de crecer y de contar lo que casi nadie cuenta, empezando por hablar de los medios".
Estreno
La ministra y actual líder de Podemos, Ione Belarra, dice que la puesta en marcha de este proyecto es "una gran noticia para todos y para todas", y otro fundador de la formación morada, Juan Carlos Monedero, se estrenó como columnista.
Diario Red, convertido en el órgano de expresión morado, cubrió el pasado sábado el acto celebrado por Podemos en un teatro madrileño y aseguró que Belarra afirma que hay cinco exigencias para que sus cinco diputados acepten investir a Pedro Sánchez.
Las peticiones son "medidas para el abaratamiento del coste de la vida; la derogación de la Ley Mordaza y la renovación del CGPJ; medidas para frenar la crisis de la vivienda y congelar los precios del alquiler; la subida del SMI a 1.500 euros y la última y más sonada: un ministerio de Igualdad continuista encabezado por Irene Montero".
Diario Red editorializó asegurando que "la violencia mediática contra la izquierda, contra el independentismo y contra el feminismo está absolutamente normalizada en España. Si Pedro Sánchez acabó pactando con el PP sacar el consentimiento del centro del Código Penal y llegó a decir en campaña que el discurso feminista incomodaba a sus amigos de 40 y 50 años, fue en gran medida por el ejército de tertulianos que, en los medios de la derecha pero también en los de la progresía, repitió durante meses que la responsabilidad de las rebajas de penas a agresores sexuales era de la ministra Irene Montero —ni siquiera del ministro de Justicia Juan Carlos Campo que diseñó el sistema de penas".
Ideología y medios
Pablo Iglesias asegura que "somos, lógicamente, lo que leemos y lo que vemos y escuchamos" y afirma que "la ideología o la cultura a la que pertenecemos se configura a partir de experiencias ideológicas y culturales. Esas experiencias pueden darse en la familia, en el sindicato, en el colectivo estudiantil, en la asociación de vecinos, en la parroquia, con una amiga que nos prestó libros y nos recomendó películas. Pero, en nuestra época, rara vez esas experiencias pueden competir con la experiencia mediática. Por eso llevo años diciendo que la gente milita en los medios de comunicación mucho más que en los partidos".
El fundador de Diario Red aseguró hace unos meses que "resulta divertida la desesperación de ciertos izquierdistas ante el hecho de que los éxitos de las políticas sociales y económicas del primer gobierno de coalición desde la II República no garanticen el éxito electoral. Los mismos que han olvidado el salvaje despliegue de relatos para evitar que Podemos entrara al gobierno se sorprenden de que las derechas puedan ganar básicamente con discursos basados en la mentira y en la provocación".
Pablo Echenique, por su parte, advirtió de los peligros que corre Podemos de ser invisibilizado por Sumar: "El ataque constante al alma más partisana y transformadora de la izquierda a la vez que se procuran todo tipo de cuidados mediáticos al alma más centrista y transaccional conlleva caminar en todo momento con 40 kilos de piedras en la mochila", asegura.
El pacto aceptado por Podemos ante Sumar supuso, según el portavoz morado, "reducir a su mínima expresión al alma partisana y transformadora nacida del 15M y representada por Podemos, al mismo tiempo que se concedía una injustificada sobrerrepresentación a todo tipo de actores centristas y transaccionales en el espacio que los morados habíamos dejado libre".
Y remató: "Lo que me resulta muy difícil de entender es que, desde una posición supuestamente negociadora y dialogante, se niegue la autonomía política del alma partisana de la izquierda, se la inste a callarse y se la conduzca —de esta manera— a su final. Si eso es la 'unidad de la izquierda', entonces habrá que hacer otra cosa".
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