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Hombre mayor con barba y gafas, vestido con un suéter gris, hablando y gesticulando en un ambiente interior con luces difusas en el fondo.
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El mítico periodista Àngel Casas, ironiza tras serle amputadas las dos piernas

"Todo esto me ha hecho ver la vida que me queda de otra manera", señala el presentador televisivo a sus 75 años

Recorrer la impecable trayectoria profesional de Àngel Casas es vislumbrar el último medio siglo de la comunicación española. El periodista saltó a la fama en los setenta con espacios de la SER como  'El trotadiscos', que fue galardonado con un Ondas. En los ochenta se convirtió en uno de los presentadores estrella de la primera  TV3 con 'Àngel Casas show'.

Este particular formato repleto de entrevistas, debates y striptease fue importado a TVE, donde condujo en los noventa exitosos programas como 'Un día es un día' o 'Tal cual'. Su trayectoria laboral la cerró en  Barcelona Televisiò, de la que fue director entre 2008 y su jubilación en 2014.

Dura jubilación

No está disfrutando de un apacible retiro Casas, que a sus 75 años lleva mucho tiempo arrastrando graves problemas de salud. En 2020 recibió un  trasplante de riñón tras serle diagnosticada  una enfermedad denominada calciofilaxis.

Ese mismo año le fue amputada una pierna y él explicó ambas operaciones en una carta que se hizo viral. "El pasado 15 de enero, mi mujer me regaló un riñón y me lo trasplantaron. Dicen los médicos que se ve que fue un éxito y ahora voy con un riñón prácticamente nuevo, que funciona al cien por cien, y que no sé cómo agradecérselo a Olga: la amo. Pienso que ha sido una versión del creacionismo a la inversa. En vez de darle la vida a ella a través de una costilla, que ya me dirás qué hacemos de una costilla en la medicina moderna, que aquellos del paraíso eran unos indocumentados, ella me la ha dado a través de un riñón (tiene mucho más sentido científico)".

Un hombre mayor con barba y gafas, vestido con una chaqueta oscura y camisa azul, en un ambiente interior con iluminación cálida y muebles modernos.
Casas. | El Cierre Digital

"Hasta aquí la cara estupenda de la historia. A partir del trasplante todo ha sido infernal, depresivo, maldito. Llevo cinco meses conviviendo con un dolor indescriptible a causa de una enfermedad a la que llaman calcifilaxia y que te destroza a lo vivo. Por mor de esta extraña circunstancia sanitaria, en plena pandemia, acabo de salir de cuatro meses de hospitalización inenarrable, con toda clase de sustos, que al parecer bordeaban el final. Ah, y un detalle nada despreciable: la noche de San Juan me amputaron la pierna derecha", añadió.

Casas no se cortó a la hora de describir su situación: "Estoy en casa, y eso que aún no estoy bien. Los médicos consideran que estoy más protegido en casa que en el hospital, en el que he pillado bacterias, hongos y virus de toda clase. Una puta mierda".

"Todo eso me ha hecho ver la vida que me queda de otra manera. He alquilado un zulo en el Blue Space donde he guardado los malos recuerdos, las experiencias traumáticas de estos cuatro meses, el dolor y el aburrimiento (la sensación de día de la marmota), los errores de diagnóstico y la abnegación de tantos/as enfermeros/as que han estado conmigo con paciencia y empatía. Portazo a las vivencias traumáticas. 'Bon vent i barca nova'", escribió.

Casas no se olvidaba de sus fans: "Gracias a todos los que me habéis seguido con asiduidad. Gracias por los comentarios. Gracias por los desacuerdos. La vida contemplativa empieza ahora sin ataduras ni compromisos. Desgraciadamente soy otro y quiero aprovechar la vida de otra manera. Los errores descomunales de los que cobran de mí para hacernos la vida más confortable, las aventuras y corrupciones de los chorizos más grandes del reino, los que han hecho de la épica 'nostradíssima' un engaño, los que nos han vendido y han arruinado el país con su incompetencia... ".

Amputada su otra pierna

La infección se le extendió a la pierna izquierda y a Casas se le amputó la otra pierna el pasado año. El showman explicó que se estaba acostumbrando a perder cosas: "Perdí un trozo de intestino y el duodeno, al que tenía mucho cariño. A la pierna también le tenía, aunque quizás más a la izquierda porque soy zurdo. Le pregunté al médico qué le habían hecho y no me supo responder. Supongo que la debieron de quemar, a pesar de que Albert Espinosa explica que su pierna la enterraron, ¡y con ceremonia y todo!".

Y añadió con sorna:  "Me lo continúo tomando con humor. Desde hace quince días tengo estas piernas postizas, 'cosméticas' dicen. Son agradables y fáciles de encajar. Por la noche las guardamos de pie y con los pantalones puestos. Tiene un efecto muy curioso, como si hubiera medio tío de pie en la habitación".

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