Adiós a Hilario López Millán, gran conocedor de los secretos de las folklóricas
El aniversario coincide con la muerte de Carlos Ferrando, otro histórico de la prensa rosa, en circunstancias similares
En la mañana del jueves 17 de agosto se conoció la muerte del prestigioso periodista Hilario López Millán a los 78 años. El también escritor y cantante había fallecido en Madrid a causa de una "deshidratación extrema", según comunicó a través de sus redes sociales su amigo Albert Castillón.
La última aparición pública en televisión de Hiario fue en el programa de Telecinco Sálvame, en el que participó en una tertulia sobre la docuserie de Rocío Carrasco. Los espacios de prensa rosa aportaron a López Millán gran visibilidad, pero también destacó notablemente por ser una de las voces radiofónicas que acompañaron a la presentadora Encarna Sánchez en sus programas.
Natural de Hellín (Albacete), que le vio nacer en 1945, desde pequeño tuvo interés por el mundo de espectáculo. En especial por el universo de la copla. Los secretos de sus intérpretes y las anécdotas más llamativas serían algunos de los aspectos que más popularidad le darían.
A mediados de los 60 dejó su pueblo para irse a Madrid. Eran los años del desarrollismo económico, pero España seguía anclada en la moral nacional católica. Para muchos homosexuales, como Hilario, el mundo del espectáculo y el periodismo eran vías de escape.
En la capital, donde acudió para hacer la mili junto a su íntimo Juan de la Rosa, tuvo claro que quería abrirse camino en ese mundo. Él y Juan aprovecharon para hacerse amigos de Rocío Jurado. La chipionera iniciaba entonces su escalada hacia el éxito. Tras escribir a la tonadillera una carta como fans, esta les recibió en casa junto a su madre Rosario y desde entonces fueron íntimos. Incluso Juan de la Rosa llegaría a ser el secretario de la Jurado. El edecán que guardaba con celo los grandes secretos de la folclórica.
Un desnudo y la madame del franquismo
La misma táctica empleó con Marifé de Triana. Entonces la tonadillera ya era una estrella, pero Hilario le escribía cartas desde su juventud en Hellín, cuando la sevillana empezaba su carrera y vivía en la madrileña calle Elfo, cerca de la Plaza de las Ventas.
Hilario comenzó su carrera en la Estación Escuela de Radio Juventud. Eran años en los que coincidió con nombres que luego harían historia en las ondas, como Encarna Sánchez o Luis del Olmo.
Como el sueldo era una miseria se buscó alternativas para sobrevivir. En sus memorias aseguró que, a cambio de una suculenta cantidad, posó desnudo para un ciudadano extranjero. Un turista de los muchos que visitaban la capital de España y que se encaprichó del joven Hilario para que posara sin ropa para una de las revistas gay que, en el resto de Europa, empezaban a publicarse.
Cuando le fue impuesto el premio Micrófono de Oro, Hilario López se acordó con cariño de su etapa en Radio Juventud y de sus compañeros allí con estas palabras para la Academia de la Radio con el radiofonista Ramiro López: "Para mí Radio Juventud ha sido importantísima. Cuando hacía de telefonista yo le pasaba a Eduardo Sotillos las llamadas de los corresponsales que retransmitían las corridas en las plazas de toros de los pueblos. Radio Juventud era como mi casa. Estaba todo el día en la radio, era como mi casa. Sentí mucho irme a Barcelona porque dejé muy buenos amigos y era como un 'brillantazo' que desarrollé gracias a todos los que estaban allí, de los que aprendí mucho. Fui muy feliz allí".
También en esos años comenzó a colaborar con Niní Montián, una actriz fracasada, convertida en la madame del franquismo. "Por una sopa de fideos y un huevo frito nos tenía a Juan de la Rosa y a mí hasta las tres de la madrugada contestando la correspondencia de la falsa asociación de Peregrinos de la Caridad", rememoraba Hilario.
Barcelona
Hilario decidió marcharse a Barcelona. La Ciudad Condal vivía, a finales del franquismo, una apertura que la hacía distinta al resto del país. En la capital catalana, conoció el universo de la revista musical y el inicio del movimiento LGTB.
A su imaginario de folclóricas sumó el de las de vedettes. En concreto, a una de ellas, Tania Doris, reina del Paralelo, le sirvió de testigo para demostrar su relación con Matías Colsada, rey de la revista y la producción teatral, cuando a la muerte del empresario sus familiares quisieron dejar sin nada a la artista.
Luis del Olmo fue el primero que vio en Hilario la habilidad de contar anécdotas como nadie y lo fichó para un programa que estaba llamado a revolucionar la radio española: Protagonistas, en RNE. Luego también colaboró para Pepe Navarro, Albert Castillón y Alfonso Arús. Finalmente, volvería a colaborar con Luis del Olmo en su etapa en Onda Cero.
En la televisión se puso a la órdenes de Mercedes Milá en Buenas noches (1982-84), formando parte del equipo de redacción. Se le vio por primera vez en pantalla en el programa de TV3, A las cinco ¿Té o café?. Luego Alfonso Arús lo fichó para su programa La casa por la ventana para La 2 de TVE. Lo compaginó con La palmera, un magazine que presentaba desde 1988 Jordi González para la desconexión territorial de TVE. El formato saltó a nivel nacional en 1991 y a la sección de sociedad, entonces pionera en la pequeña pantalla, se unió Pilar Eyre.
María Teresa Campos lo fichó para su Día a Día en Telecinco, pero en 1998 aceptó la oferta de Ana Rosa Quintana para irse a Sabor a ti en Antena 3. Poco a poco se fue alejando de la televisión del corazón que se fue volviendo más agresiva.
Sus últimos trabajos para la pequeña pantalla fue en programas de Castilla-La Mancha Media o Canal Sur, como Se llama copla, un talent show para buscar nuevos valores en la canción española. Su vinculación a la autonómica andaluza había empezado a principios de los 2000, junto a María del Monte.
Talento para los apodos
Gran parte del éxito de Hilario López Millán se debió a su habilidad para 'rebautizar' a muchos famosos, así como a su forma de contar anécdotas. Fue autor de frases tan conocidas como la de "lleva una peluca tan buena que hace hasta caspa", o la que utilizaba cuando algún famoso disimulaba su sexualidad con una novia de pega: "¿Estamos seguros de que esta moza no ha hecho la mili?".
Entre los motes más populares destacan el de 'La mujer del cuerpo', asignado a Rocío Carrasco por su unión con Antonio David Flores; el de 'la calentones', referido a Sonia Monroy; o el de 'la tres huevos', designado a Marina Castaño.
Rara vez sus informaciones acababan en cabreo del personaje y sólo vivió un momento de tensión. Fue con Marujita Díaz, en un efímero programa de Telecinco llamado A corazón abierto (2003), donde se destapaba mediante una cámara oculta un conato de montaje por parte de la folklórica. Hilario acabó recomendando a la actriz que se tomara "un whisky con un optalidón de los que te traen de Andorra" y que "no vuelvas a sacar ese traje que ya lo llevaste en la Guerra Civil". Maruja, por su parte, se dedicó a decir que el periodista era "antiestético" y "más feo que una mona comiendo limones".
Parte de sus andanzas profesionales las recogió en el libro Crónica rosa de España (2001) que dedicó a sus padres, a su hermana y Alberto, el amor de su vida, con el que ha estado casi medio siglo unido y con el que se casó en 2005.
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