Agustín Bravo, el presentador que se enfrentó a Isabel Pantoja: 'Vivo hoy enamorado'
Tras su salida de Canal Sur, Agustín Bravo recaló en Supervivientes y ahora diseña un proyecto histórico para Telemadrid
Agustín Bravo es una figura icónica en el panorama audiovisual español, con una trayectoria que abarca más de tres décadas en radio y televisión. A sus 63 años es conocido por su carisma y versatilidad, tanto en los platós de TV como en los micrófonos de radio. Era en 1989 cuando debutaba en televisión bajo la tutela de Jesús Hermida en 'Por la mañana', de Televisión Española.
Desde entonces ha dejado su huella en cadenas como Telemadrid, Telecinco, Antena 3 o Canal Sur. Pasando por programas emblemáticos como Telecupón, Bravo por la tarde, o Está pasando, así como galas, concursos y espacios de entretenimiento. Una dedicación reconocida en 2001 cuando fue galardonado con la Antena de Oro.
Más allá de la pantalla, Bravo ha explorado nuevas formas de comunicación. Desde talleres formativos hasta la creación de contenidos digitales. Siempre mostrando su compromiso con la comunicación y el entretenimiento.
Elcierredigital.com ha conversado con Agustín Bravo sobre su extensa carrera aún activa, sus reflexiones sobre la evolución de los medios y algunos de sus detalles personales más desconocidos.
- Empezaste en televisión con Jesús Hermida, ¿cómo fue esa experiencia?¿Qué aprendiste de trabajar junto a él?
- Sí, arranqué en televisión con él. Aprendí mucho. Lo primero que aprendí es que quería hacer lo que él hacía, pero imitar a un genio es imposible.
Él me abrió el camino. Me enseñó el abecedario de la comunicación y me sentí muy a gusto. Yo le veía a él arrancar el programa por la mañana en Televisión Española, en el 89.
Ahí me di cuenta de que lo que él hacía me entusiasmaba, me cautivaba y me magnetizaba. Quise hacer lo que hacía él, no imitándole, pero sí sintiendo lo que yo creía que sentía él en ese momento. Poco a poco he conseguido algo en este mundo que es muy complicado, que no es llegar, sino mantenerse.
- Después fichaste por Telemadrid para trabajar con Ana Blanco en ‘ZapZap. La Guía’. ¿Cómo fue para ti cambiar del formato radiofónico al formato televisivo? ¿Las tablas son las mismas?
- Yo estaba en Radio España desde hacía poco tiempo. Por ahí han pasado todos los números uno de la comunicación, que después también lo han sido en televisión.
Para mí era más o menos lo mismo, era parecido. Yo sentía lo mismo, tanto en radio como en televisión, y sigo sintiendo lo mismo ahora. Hable al micrófono o mire a la cámara siento la necesidad de comunicarme, de ser yo y de ser sincero.
Para mí las tablas si son las mismas, no me resulta dan diferente. Es cierto que un buen comunicador de televisión no tiene por qué ser un buen comunicador en radio, y viceversa. Hay muchos grandes comunicadores en radio que no lograron nada en televisión.
Para mí, por mi forma de ser y mi personalidad profesional y personal, tengo algo que me gusta en ambos medios, ser yo.
- En los 90 fichas por Telecinco para convertirte en el mítico presentador del ‘Telecupón’, uno de los programas estrella en España en la época más dorada de la televisión. ¿Qué aprendiste de compartir pantalla con la gran Carmen Sevilla y la tan aclamada Belén Rueda? ¿Cómo recuerdas esa época?
- El Telecupón es cierto que aparece en todas las historias de televisión, y en libros o programas que hablan de televisión.
Carmen Sevilla logró algo, que fue volver de ser una gran estrella y una gran diva de la televisión. Volvió a serlo muchos años después, cuando ya se había retirado. Yo eso lo viví como el auténtico trampolín, el Telecupón fue mi rampa de lanzamiento.
Yo lo viví como una especie de sueño. No pisaba el suelo, era una cosa muy extraña.
Telecupón, 1 de abril de 1992
Todos los días iba a trabajar a Telecinco, yo hacía mi programa en directo. Salía y la gente te hablaba, te saludaba, te sonreía y te felicitaban. Pero no eres consciente, realmente.
Ahora, con el tiempo, sí me doy cuenta de que era el momento en el que Agustín Bravo se forjó de verdad.
Sin duda, Carmen Sevilla es una leyenda para todos los españoles. Carmen tenía algo, y si nos estuviera viendo diría ‘hay que ver, hay que ver’. Porque lo que tenía era hambre siempre.
Me quitaba el bocadillo. Yo intentaba no cruzarme con ella porque automáticamente me llamaba y me decía, 'déjame probarlo'.
Nos reíamos mucho y, sobre todo, era una persona muy humana. Pero era tan humana, en el más amplio sentido de la palabra, porque sufría como si no fuera una estrella.
- Son muy diferentes los formatos en los que te has movido. Desde magacines, concursos de televisión, galas especiales o incluso realities. ¿Cuál de todos has disfrutado más y cuál te ha parecido mayor desafío?
- Yo he sido inmensamente feliz en dos momentos, uno en televisión y otro en radio.
En radio fue cuando sustituía a Carlos Herrera a nivel nacional. Hice los veranos y de vez en cuando él venía y hacía la parte política hasta las 10 de la mañana. Yo hacía la parte de entretenimiento.
Agustín Bravo toma el relevo en 'Herrera en COPE'
Ese formato se trabaja en radio desde hace ya muchos años, desde que Luis del Olmo lo descubrió. Esa etapa para mí en radio fue la más importante. Que Carlos Herrera, alguien que yo admiro, amigo mío, confiará en mí y yo pudiera sacar adelante eso.
Y después, un magazín que tuve en Canal Sur. A mí los magazines me encantan, en radio y en televisión. Me parecen el paraíso.
En el magazín de Canal Sur que se llamaba ‘Bravo por la tarde’, estuve tres años. Al primer año me dieron la Antena de Oro. Para mí es una de las etapas más felices y satisfactorias que he vivido.
- Fue con ‘Bravo por la tarde’ con el programa que te convertiste en una de las caras más reconocidas de Canal Sur durante años. ¿Cómo te has sentido estando en televisiones regionales? ¿Crees que el público es más cercano que en cadenas nacionales?
- Sí, no es que sea más cercano. Es que en Andalucía se exterioriza todo más.
Yo siendo extremeño, me he criado en Madrid, pero siempre he sentido una cercanía especial por Andalucía. Tengo muchos amigos andaluces.
Se me dio la oportunidad de ir a trabajar a Canal Sur con el concurso ‘Números Rojos’. Estar en una televisión autonómica no significa bajar un escalón, para nada. Para mí significaba especializarte, porque tienes que hablar el idioma de esa región, tienes que estar muy cercano anímicamente.
Yo me sentía muy cercano a Andalucía, y ellos lo notaron rápidamente. A raíz de ‘Números Rojos’ ya me quedé a vivir en Sevilla.
Mi hija es sevillana, mi mujer se ha criado en Málaga. Para mi Andalucía lo es todo. Mi Extremadura que no me la toquen y mi España, tampoco.
- En ese mismo programa tuviste un momento peculiar con Isabel Pantoja que ha marcado tu carrera. ¿Crees que te influyó negativamente a nivel profesional?
- Estoy segurísimo. Antes de que surgiera la entrevista póstuma que le hizo Santi a Julián Muñoz en Marbella dije, gracias. Gracias por acordarse, no de mí, sino por contar algo que a mí me ha hecho daño durante muchos años.
Me ha hecho daño durante 20 años. Muchas veces me han preguntado, "Isabel Pantoja, ¿tuvo algo que ver con tu salida de Canal Sur de un programa que tenía tanto éxito?". Mi respuesta siempre ha sido que no sé si ha tenido que ver, pero ayudarme no me ayudó.
Isabel Pantoja - Bravo por la tarde (2002)
Julián Muñoz con esa entrevista póstuma se congratuló conmigo y yo puedo estar en paz con mi conciencia. Sobre todo, que la gente sepa que yo hice mi trabajo lo mejor que pude y funcionaba. Esta mujer, por lo que sea, no digo que diese una orden, pero seguramente se acercó a alguien, le sugirió algo y esa persona, pues, le hizo caso.
- ¿Has tenido algunas palabras con ella para preguntarle si hizo o no?
- No, y no las tendría. Si Isabel se sentara en frente de mí ni la miro. Pero no por eso, porque yo no soy nada mitómano.
Ella particularmente, siempre ha sido una persona un poco distante, un poco fría. Por lo tanto, a esas personas tampoco le va a quedar mucho chance.
- Agustín, también has sido representante musical. ¿Puedes hablarnos de la época en la que representabas a 'Modestia Aparte'? Fue un grupo que marcó una generación.
- Fui descubridor de 'Modestia Aparte' y su road manager, quien los acompaña en las giras y en las actuaciones.
Tenía veinticuatro o veinticinco años. Por entonces ya era amigo de Pablo Pinilla, que es productor musical y fue cantante. Me comentó que había un grupo en el barrio del Pilar que cantaban muy bien.
Los fuimos a ver y firmamos un contrato. Han marcado una generación, tienen temas buenísimos. Me metí en el negocio hasta que me llamaron de Radio España y dije, "el artista soy yo".
‘Ojos de Hielo’ fue la canción que les dio realmente el espaldarazo a 'Modestia Aparte'. Lo escuchó José Antonio Avellán cuando él estaba en Los 40 Principales y le gustó tanto la canción que apoyó al grupo.
- Aún teniendo tus proyectos profesionales, si te surgiera la oportunidad de llevar algún otro grupo ¿lo harías?
- Sí. Aunque está muy difícil la música. Canta todo el mundo y hay mucho potencial.
- En 2021 empezaste una ventura diferente a lo que venías haciendo en radio y en televisión, al participar como concursante en ‘Supervivientes’. ¿Qué te llevó a aceptar este reto tan extremo a lo que estaba siendo tu carrera profesional?
- Era un reality que a mí me gustaba, lo seguía. Supervivientes no es Gran Hermano. De Gran Hermano me llamaron hace tiempo, y yo puse muchas pegas porque no lo veía claro.
Supervivientes es un reality que es real. Hay ciertas condiciones que cambian y no es igual lo que se ve desde casa a lo que vives allí. Pasas hambres, fatigas y estás desesperado.
- Estuviste solo cinco semanas. ¿Repetirías esa experiencia cambiando la estrategia de juego?
- Sí repetiría, pero no cambiaría mi estrategia. Fui yo y seguiría siendo yo. Y me iría igual de mal porque yo no tengo seguidores en comparación con otros perfiles que concursan.
- ¿Crees que las redes sociales son un mayor negocio que la televisión? ¿Y una mejor vía de conseguir fama?
- Un millón de veces diría que sí. Hay gente que gana mucho dinero con las redes sociales. Yo he ganado dinero con la televisión, pero no a ese nivel.
Muchos influencers desfilan por alfombras rojas. Las redes sociales son aquello que, a través de tu terminal, puedes ver lo que te da la gana en el mundo. Yo no pensaba que eso podía llegar a este punto.
Y lo ha sobrepasado, no sé dónde va a parar.
- ¿Crees que el papel de influencers como colaboradores en medios nos perjudica a los periodistas?
- La comunicación no entiende de títulos. Esto es un negocio. Pero no es un negocio todo por todo.
Es que la comunicación no entiende de sellos. No entiende de cuatro años en la facultad. No entiende de audiovisual, lo tienes o no lo tienes.
Comunicar es muy importante en todas las facetas y órdenes de la vida. Es fundamental.
- Este año has celebrado tus Bodas de Porcelana con tu mujer Susana, con quién llevas casado veinte años. En otra entrevista comentabas que ella y Alejandra, tu hija, vivís separados por tu trabajo entre Madrid y Marbella. ¿Es difícil tener una familia y a la vez proyectos profesionales lejos de casa?
- Nos casamos una semana después que los reyes y teníamos miedo de que lloviera tanto como en su boda. Por suerte, nos casamos en Sevilla y nos hizo muy buen día.
Con mi familia vivo en Marbella, en una casa modesta. Soy un currante. Precisamente, por mi trabajo vivo entre Madrid y Marbella. Vivo hoy enamorado.
Sale bien compaginarlo siempre que des con la persona adecuada. Yo me precipité y me casé con 43 años (bromea). Ya conocía a Susana, una Susana madura.
Nunca es tarde si la dicha es buena, dicen. Pero es verdad que los dos ya estábamos maduros, ya habíamos vivido y en ese sentido tenemos todo clarísimo. Estamos los dos juntos, de maravilla, pero si tenemos que estar separados por trabajo, no pasa absolutamente nada.
- ¿Cuál es el secreto para llevar 20 años casados?
- El respeto y la admiración. Yo admiro a mi mujer muchísimo.
Hablo con Susana y parece que estamos empezando a salir. Sigo sintiendo curiosidad por lo que ella piensa. Siento todavía necesidad de estar junto a ella y que me cuente cosas y yo hablarle.
Discutimos de las cosas más absurdas, pero no es discusión, es intercambio de pareceres. Nos gusta mucho hablar entre los dos.
Por nuestro veinte aniversario me hizo el regalo de mi vida, aparte de mi hija. Me llevó a ver a la Arena de Verona, en Italia, a nuestro cantante preferido, Claudio Valioni.
Estábamos sentados en la Arena de Verona esperando a que saliera Claudio Valioni. Cuando empieza la primera canción, ‘Tú como estás’, nos miramos, escuchamos y rompimos a llorar los dos a la vez.
Nos cogimos de la mano y nos abrazamos. Fue magia. Y eso se tiene o no se tiene.
- ¿Estás satisfecho con tu trayectoria profesional hasta el momento? ¿Has tenido momentos de pasarlo mal?
- Sí, claro, todos los pasamos mal. Pero estoy más que satisfecho. Y no es gratuito, podría haber sido mejor, pero me siento muy realizado.
He hecho en mi vida lo que quería hacer. Y lo sigo haciendo. Tengo 63 años, y hago hasta teatro.
He ganado mucho dinero, pero también Hacienda estaba ahí. Y he viajado mucho con mi mujer.
Me hubiera gustado dar con la fórmula, pero para eso no he valido. Estoy muy contento con mi vida profesional, muchísimo.
- Estás haciendo con Andoni Ferreño la obra de teatro ‘Se Alquila’. ¿Dónde podemos veros?
- Se puede ver por toda España. Hasta que tengamos un teatro en Madrid, que yo creo que va a ser en breve. Estamos por todos lados.
Hemos estado en Bilbao, en Oviedo y en muchísimos sitios.
- Lo compaginas estando en Onda Cero Madrid Sur. ¿Qué otros proyectos profesionales tienes entre manos que puedas contarnos?
- Estoy preparando un proyecto para Telemadrid. Ojalá salga porque tiene que ver con la historia del siglo XX y puede estar bien. Doy paso a vídeos, unos vídeos y una documentación muy importante que hemos conseguido.
- Habiendo pasado los años, si te encontraras con tu yo más joven, ¿qué consejo le darías?
Le diría a Gus: "Gus, sigue así, tío, eres cojonudo. Lo vas a conseguir. Sigue jugando al Euromillón. Todavía no ha salido, pero ya saldrá".
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