Todo sobre la detención del 'Rambo Gallego'
Alfredo Sánchez Chacón, descrito como "guerrillero vencido por la edad y el invierno gallego".
Tras la detención del 'Rambo Gallego', Elcierredigital.com ha contactado con una fuente de la investigación, que ha asegurado que la Guardia Civil nunca buscó al prófugo. “La Guardia Civil, digan lo que digan, nunca le ha buscado. Desde que huyó nunca le han buscado. Lo único que se hizo fue trazar un plano con los lugares donde era probable que él diese los golpes para robar comida. No se le buscó, ni hubo infrarrojos, como publicó La Voz de Galicia, todo es mentira” asegura.
Según relata, no se realizó la búsqueda porque encontrarle en el monte sería casi imposible. "Este hombre es un sufridor, está acostumbrado a la vida en el monte y necesita muy poco para poder vivir. Para haber buscado al ‘Rambo’ habría que haber traído a Galicia vehículos especializados, y eso no se hizo, porque cuesta más traerlos que el ‘Rambo’ que, a pesar de haber matado a una persona un día cargado de copas, no era agresivo. Él nunca más buscó el enfrentamiento, nunca más se enfrentó a nadie. No es un psicópata, ni un asesino, no mata por matar”, argumenta esta fuente.
“La única forma de cogerlo era que cayese él por su propio peso. Es un hombre de 64 años, fuera de forma, con una gran cojera, que además está reventado por el frío que ha hecho los últimos días” explica a este medio.
Se dejó detener
Según la fuente contactada por este medio, el ‘Rambo Gallego’ se dejó detener. “Ya no dormía en la tienda de campaña, se buscaba chabolas o casas en construcción donde no vivía nadie para que la humedad y la violencia del tiempo no le mataran y le dejaran moverse”.
“¿Por qué se metió en una casa con tres coches fuera donde vive gente? Eso no lo entiende nadie. Yo creo que casi se entregó porque estaba desesperado. Si no, no lo hubiese hecho, ya que es un señor que no puede enfrentarse a nadie debido a su bajo estado de forma y además, ese no es su modus operandi, el de enfrentarse a nadie. Él es un superviviente, un guerrillero, él no ataca a nadie”, asegura convencido.
Y sigue narrando: “El 'Rambo Gallego' ya estaba rendido. De hecho, lo primero que tuvieron que hacer cuando lo detuvieron fue llevarlo al médico. Su detención fue por una cagada voluntaria, porque en esa zona hay muchas casas de fin de semana en las que él podría haber entrado y, sin embargo, decidió hacerlo en una con gente dentro. Además, es un tío que nunca se dejaría coger y no mostró mucha oposición cuando lo atraparon”, concluye.
¿Quién es el 'Rambo Gallego'?
Su nombre real es Alfredo Sánchez Chacón, aunque hace tiempo que fue bautizado como el ‘Rambo Gallego'. Hijo de guardia civil y antiguo miembro de la Legión, se formó en los Cuerpos de Operaciones Especiales del Ejército, donde probablemente aprendió las técnicas de supervivencia que le han permitido vivir al margen de la civilización sin que las fuerzas de seguridad logren atraparle.
Cuando salió del ejercito volvió a su Galicia natal, donde hizo pequeños robos. Se ganaba la vida como podía, vendiendo chatarra y cobre. En uno de sus robos en un polígono le quitó el arma a un vigilante jurado, una 38 mm.
La perdición de Sánchez Chacón era la bebida y las prostitutas. Un día, sus dos puntos débiles le trajeron consecuencias para toda su vida. Una noche de 1996, en un prostíbulo de un pequeño pueblo cercano a Coruña, tuvo una discusión con un grupo de jóvenes que estaba de despedida de soltero. Tras el rifirrafe salió del antro, cogió la pistola del coche, volvió a entrar, le disparó en la cabeza al tipo con el que había discutido anteriormente y se fue. Por este crimen, fue detenido en marzo de 1997.
Sin embargo, durante el tiempo de espera para el juicio, Sánchez Chacón protagonizó una fuga de la prisión de Vigo de película. Los presos simularon una pelea para despistar a los trabajadores de la prisión mientras que el delincuente empleó una sábana para descolgarse por las paredes de la cárcel.
Huyó a Portugal y pudo esconderse de las autoridades durante cinco años hasta que en 2002 finalmente fue detenido. Cuando por fin se enfrentó al juicio por el asesinato del joven le condenaron a 17 años de prisión, finalizando su condena en 2025, ya que se le sumaron otros cargos menores.
Hasta marzo de 2021, el 'Rambo Gallego', con 63 años, estuvo interno en la cárcel de Monterroso, en Lugo. Sin embargo, en marzo volvió a protagonizar una fuga aprovechando un permiso de tres días que le habían concedido para escapar de prisión. Tras no aparecer y estar dos semanas en paradero desconocido, se decretó una orden de busca y captura.
Su apodo de 'Rambo Gallego' viene por su gran capacidad para sobrevivir en medio de la naturaleza tras haberse fugado de prisión hasta en tres ocasiones en los últimos 25 años
Es un hombre con muchos conocimientos de supervivencia. Durante su última fuga, tenía su horno de pan en una zona, su campamento base en otra zona y hacía sus necesidades en otra diferente para que no le pudieran detectar por mapas de calor y para que los perros no pudieran acudir al olor. “El tío era un profesional, una boina verde de los años 80. Un tío duro, muy arriesgado y solitario”, comenta una Guardia Civil consultado por este medio.
¿Cómo lo cogieron?
En la madrugada del jueves, sobre las 0.30 horas, Sánchez Chacón fue detenido por la Guardia Civil en la parroquia de Loira, del municipio coruñés de Valdoviño. El arresto se produjo gracias a la colaboración ciudadana, pues fueron dos vecinos de la localidad los que le han inmovilizado mientras llegaban los agentes.
La detención se produjo después de que el fugado intentara entrar por una ventana en una casa de la zona de Loira, en la que se encontraban una mujer mayor y sus tres hijos.
Precisamente, fueron dos de los hijos quienes, al oír ruidos, lo descubrieron y persiguieron en la noche a la vez que avisaron a otro vecino, guardia civil, que vivía a un kilómetro. El tercer hermano, Francisco Fernández, que permaneció en la casa con su madre, ha relatado a Radio Galega cómo lograron capturarlo: "Lo vieron cruzar por la carretera, y, aunque lo tenían algo perdido en un momento, lo siguieron hasta que lo apresaron".
La persecución, ha relatado, no duró mucho. "Aunque él se aprovechaba de la oscuridad para esconderse, recorrió muy poca distancia, unos 400 o 500 metros escasamente".
Tras la detención fue trasladado al hospital para que se revisaran las lesiones que se produjo en la huida y que, al no revestir importancia, fue trasladado a los calabozos de Ferrol.
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