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INVESTIGACIÓN

Un año decisivo para 'El Solitario': De enemigo público número uno al segundo grado

Jaime Giménez Arbe, El Solitario, que fue el enemigo número 1 de las fuerzas de Seguridad del Estado.


Jaime Giménez Arbe, alias "El Solitario", podrá comenzar a disponer de permisos penitenciarios al haber sido calificado de segundo grado y haber pasado al régimen ordinario de Instituciones Penitenciarias. El segundo grado es, por ejemplo, el mismo del que dispone Iñaki Urdangarin y que le ha permitido salir a realizar voluntariado fuera de la prisión de Brieva. 

El Solitario se encontraba interno en la prisión de Villahierro de la localidad leonesa de Mansilla de las Mulas, y tras la clasificación de interno de segundo grado, fue trasladado hace unos días, antes de Nochebuena, a la prisión salmantina de Topas. El segundo grado es el llamado régimen ordinario y en el mismo ya se permiten los permisos de salida de forma previa a alcanzar el tercer grado o régimen de semilibertad en el que ya pueden salir a trabajar y regresar por la noche. A partir de ahora El Solitario podrá hacer trabajos y recibir formación en la cárcel.

Jaime Giménez Arbe, ‘El Solitario’, cumple una de las condenas de mayor duración de la historia penitenciaria española por cometer más de treinta atracos a mano armada en entidades bancarias de toda España, así como por el asesinato de una pareja de guardias civiles en Castejón (Navarra). Además durante uno de sus atracos en la localidad de Vall de Uxó (Castellón) un policía murió por un disparo perdido de un compañero, durante un tiroteo con el atracador.

El Solitario fue detenido, en el marco de la denominada Operación Gloria, el 23 de julio de 2007 en Figueira da Foz (Portugal) por un importante número de agentes del orden españoles (policías nacionales de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid) y portugueses (Polícia Judiciária) cuando presuntamente se disponía a perpetrar un nuevo atraco en esta localidad. La operación se denominó así en homenaje a Gloria Martínez, comisaria de policía que fue una de las responsables de la operación y que seguía la pista de El Solitario desde hacía años.

El Solitario durante su detención.
El Solitario durante su detención. | El Cierre Digital

Un chivatazo puso a la policía tras su pista y le pincharon el teléfono. Cuando llamó a su novia brasileña para preguntarle cómo se decía en portugués "quiero hablar con el director" los investigadores supieron que estaban tras el atracador de bancos más peligroso del momento, el enemigo número uno.

En abril de 2007 había presentado una petición de empleo en el INEM de Las Rozas, localidad madrileña donde residía, y en ella aseguraba hablar cinco idiomas y estar cualificado como instalador de frío industrial. La Policía hurgó en su pasado y los agentes descubrieron que había estudiado en un colegio italiano, pero no había superado ni siquiera el bachillerato. En 1972, con 16 años, fue detenido por vez primera junto a su hermano Álvaro, acusado de varios robos por el método del tirón, junto a ellos detuvieron también a José Antonio Martín Gardoqui, otro histórico de los atracos, condenado en 2004 a 15 años por varios asaltos a bancos y conocido por haber tocado la batería durante años en el grupo Burning. Se libró de hacer el servicio militar porque fue diagnosticado de paranoia por los servicios médicos del Ejército.

A El Solitario le gustaba viajar y en 1976 fue detenido en Londres  cuando intentaba pasa al país un puñado de anfetaminas. Al año siguiente fue detenido por los suecos en Malmoe por el mismo motivo. En aquella época Giménez Arbe montó un grupo de música llamado "Los Rockers", donde tocaba la guitarra y en 1978 fue detenido en Madrid con 300 recetas falsas para comprar anfetaminas. En el informe de los agentes que le detuvieron advirtieron que era posible que se dedicase al tráfico de anfetaminas con los países escandinavos con la ayuda de su esposa, una finlandesa.

En 1982 fue detenido tras apuñalar a dos vecinos durante una discusión en un pub del barrio madrileño de Chamberí. A mediados de los 80 se casó con su segunda esposa, una británica llamada Ana, con la que se fue a vivir a un chalet adosado en Las Rozas.

Pero en 1993 se creó el personaje de El Solitario. Entre ese año y el 17 de mayo de 2007, cuando cometió su último atraco en España, en la localidad zamorana de Toro, dejó tras de sí un reguero de treinta y seis atracos a bancos, dos muertos (dos guardias civiles en Castejón) y unos 700.000 euros de botín.

Los agentes que le detuvieron lo calificaron de "arrogante, muy inteligente y extremadamente minucioso", tanto que tras su detención se le confiscaron 18 cuadernos con croquis dibujados de todos y cada uno de sus atracos, con los planes de huida e incluso las coordenadas GPS de los lugares. Por eso se tardó tanto en detenerle. En la localidad madrileña de Pinto tenía alquilada una nave, donde había instalado su taller para modificar armas inutilizadas o fabricarse otras propias, como una ametralladora Ingram que había conseguido construir pieza a pieza. En el mismo lugar había decenas de libros en inglés dedicados a las armas y sus componentes.

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El Solitario durante uno de los juicios. | El Cierre Digital

Se había separado de su esposa y apenas tenía trato con sus dos hijos, a los que llamaba una vez por semana. La furgoneta Kangoo que conducía estaba a nombre de su madre y en el banco su cuenta corriente apenas llegaba a cinco mil euros. Durante los atracos El Solitario jamás se alojaba en hoteles ni pensiones. Dormía siempre en su furgoneta con lo que lograba ser invisible en la zona donde actuaba.

Sin embargo, Giménez Arbe tenía una debilidad, ya que mantenía una relación constante vía Skype (indetectable para la Policía) con una mujer brasileña del Estado de Natal, llamada Iris Roberta, con la que a veces también hablaba por teléfono, gracias a lo que fue interceptado por la Policía y ponerlo tras su pista y su viaje a Portugal donde pensaba dar un atraco. En octubre y noviembre de 2006 mandó a su novia 2.500 euros y en marzo de 2007 pasó con ella diez días en un hotel de Natal. Tras el frustrado golpe en Portugal iba a volver a Brasil, pero no para retirarse. Como dijo a los agentes que le detuvieron: "Sé que está mal lo que hago, pero no me queda más remedio".

En el momento de su detención iba disfrazado con barba, bigote y peluca falsas, según su costumbre; vestía un chaleco antibalas y portaba tres armas de fuego, dos cortas y una automática. Con su detención se puso fin a más de una década de acciones criminales que le sirvieron para convertirse en uno de los delincuentes más perseguidos en la historia criminal española.

En julio de 2008 fue condenado a 47 años de prisión por la muerte de los guardias civiles José Antonio Vidal y Juan Antonio Palmero  en Castejón (Navarra) el 9 de junio de 2004, según la sentencia hecha pública por la sección tercera de la Audiencia de Pamplona. El fallo contemplaba 20 años por cada asesinato y siete años más por tenencia ilícita de armas en la modalidad de depósito de armas de guerra. Durante el juicio se declaró "anarquista y antisistema" y llegó a decir que "robo a los bancos para liberar al pueblo español del atraco de ellos".

En la actualidad ya acumula siete sentencias, que suman en total 76 años de cárcel. El último juicio se celebró en noviembre de 2017. Publicó su autobiografía en 2009,  titulada "Me llaman El Solitario. Autobiografía de un expropiador de bancos". Ahora tiene 63 años, el próximo día 12 de enero cumplirá 64, y dentro de poco podrá pedir permisos para salir a la calle.

➡️ Investigación

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